Observo mas de cerca el aparato que tenia delante. No habia pantalla ni teclado, tan solo una caja plana y rectangular, y delante de ella una superficie lisa semejante a una mesita.
Par Leon habia desaparecido en un cubiculo adyacente. Drake aguardo largo rato en silencio. Al cabo, sin estar seguro de que fueran a oirlo, dijo:
—Tengo un problema.
—?No encuentra nada de su agrado? —La voz de Leon era diafana, aunque en el cuarto contiguo no se escuchaba otro sonido.
—No lo se. Nadie me ha ofrecido ningun plato.
—Que raro. ?Que ha pedido usted?
—Nada. No se como.
—Un momento. —Luego, tras un silencio mas breve—. La culpa es mia. Supuse que le habian proporcionado informacion general junto con los conocimientos de universal, pero no es asi. Esta programada para su siguiente periodo de adoctrinamiento. El chef que tiene delante es facil de usar, y manana no tendra ningun problema con el. Esta noche, sin embargo, pedire yo por usted si me lo permite.
—De acuerdo. —Era la primera vez que Drake podia intuir que hora era. La habitacion donde habia despertado carecia de ventanas, igual que este sitio. Fisicamente, no tenia impresion alguna de que fuera de noche o de dia, ningun biorritmo diurno.
Aguardo y observo, hasta que un par de minutos despues la caja que tenia delante se abrio donde antes no habia ninguna ranura, y le sirvio una humeante bandeja cuadrada, un utensilio que combinaba cuchillo y tenedor, y un cilindro transparente lleno de liquido rojo.
Las verduras eran de vivos colores pero exoticas. La carne —si es que era carne— podria haber sido roja, de pescado o de ave. Pero Drake no habia visto mucho mundo en su epoca. Por lo que sabia el plato entero podia haber existido ya entonces, parte de la cocina desconocida de algun pais extranjero. Se agacho y olisqueo la salsa. Una satisfactoria combinacion de aromas asalto su olfato: comino, salvia, hinojo, estragon. Cogio el estilizado cilindro y bebio.
Por fin —gracias a Dios— algo que reconocia. Tendria que haberlo sabido. El vino tenia cinco mil anos de edad en su epoca; no era de extranar que continuara alegrando a los humanos hoy dia, cinco siglos despues.
Levanto su vaso en un brindis silencioso,
Drake no tenia deseos de hablar mientras comian, pero estaba claro que Par Leon se sentia locuaz. Despues de prometer a Drake que le explicarian el mundo mas tarde, cuando estuviera dormido, mucho mejor de lo que podria explicarselo el mientras cenaban y con mucho mas detalle, Leon siguio hablando y se lo explico de todos modos.
A lo largo de la hora siguiente se hizo evidente cuales eran sus intereses. Tenia buenos conocimientos, aunque superficiales, de la civilizacion y la sociedad de la Tierra, pero sabia y le importaba poco el resto del sistema solar.
La poblacion de la Tierra, dijo, era de quinientos millones de personas, menos de una decima parte de lo que habia sido en tiempos de Drake. Ahora se mantenia estable. En los proximos dos siglos experimentaria un aumento planificado para alcanzar los mil millones antes de reducirse de nuevo a su nivel actual. Desconocia los motivos para el cambio. Ese tipo de cosas estaba en manos de los especialistas en gestion de recursos.
?Y la poblacion de otros planetas y lunas? Esa fue una de las pocas preguntas de Drake. Par Leon respondio con un encogimiento de hombros verbal. Habia gente que vivia ahi fuera, sin duda, pero, ?que mas daba cuantos fueran? Los demas planetas y lunas no tenian una larga historia, y menos una historia musical. Por consiguiente, carecian de interes. Si Drake queria averiguar ese tipo de detalles extranos, tendria ocasion de hacerlo sin ocupar el valioso tiempo de otro humano. Las maquinas y los bancos de datos estaban a su disposicion. Aunque Drake tuviera que aprender un nuevo idioma, tampoco eso supondria problema alguno. El vocabulario y las normas gramaticales se podian instalar casi de inmediato por medio de los cascos de retroalimentacion. El manejo del idioma, sobre todo del lenguaje hablado, seria mas arduo, dado que requeria coordinacion fisica y practica. Una semana, quiza, en vez de un dia.
—Pero ahora —era evidente que Leon habia dedicado todo el tiempo que deseaba a ese tipo de cuestiones insulsas— hablemos de musica.
Eso hizo. Dichosa e incomprensiblemente. Drake se guardo de decirle que no lo entendia. Cumpliria su cometido y estudiaria musica moderna llegado el momento. Por esta noche se conformaba con sentarse, comer y beber, y reunir fuerzas para lo que le depararan los dias siguientes.
Una civilizacion es algo mas que un conjunto de hechos, normas e idiomas. Despues de dos semanas de noches de conocimientos inducidos, Drake empezo a preguntarse si no habria algunos aspectos de su nuevo mundo que estarian siempre lejos de su alcance, daba igual cuanto tiempo pasara viviendo alli.
La ciencia era uno de ellos. La ciencia del siglo XXVI, en concreto las asunciones basicas que la sustentaban, lo eludia totalmente. No era ninguna sorpresa que ese tema le resultara dificil. Siempre habia sido asi. Ya en su epoca sus profesores le acusaban de tener talento pero no interes, y de pasarse el dia sonando despierto con palabras y musica.
Aun asi, las ideas generales de la ciencia tendrian que ser accesibles. Se suponia que no eran mas que sentido comun, elevado al grado de disciplina. Pero se encontro bregando sin exito; y en verdad bregaba, se esforzaba, pugnaba por comprender mas de lo que habia comprendido jamas en su juventud. La salvacion de Ana, cuando llegara por fin, derivaria de la ciencia, no de la musica.
Al final busco ayuda; no la de Par Leon, que ardia en deseos de que terminara el adoctrinamiento de Drake para que pudieran ponerse manos a la obra, y que tampoco sabia mucho ni le interesaba la ciencia. En su lugar Drake se zambullo en la red de informacion, desarrollada mas alla de lo que hubiera podido sonarse en su epoca. Busco a alguien que estuviera dispuesto a traducir para el de la ciencia, que no sabia hablar ni escribir, al universal. Ofrecia a cambio lo que sabia de su epoca.
La mujer que se puso en contacto con el no parecia interesada en los comienzos del siglo XXI, o al menos no en las cosas que podria contar Drake sobre dicho periodo. Eso confirmo lo acertado de su antigua decision de suscitar la curiosidad de los especialistas en musica. Cass Leemu tambien era una especialista, pero su especialidad era algo que Drake no alcanzaba a comprender, ni siquiera en terminos generales ni tras horas de conversacion y estudio. Ella decia que era una forma de fisica. Parecia no ser mas que imagenes, que de algun modo arrojaban resultados cuantitativos.
Cass era una mujer de color cuya edad, igual que la de Par Leon, resultaba dificil de determinar. Era alta y de pelo moreno, con una cabeza ligeramente grande y solida, sin cejas ni pestanas, y un cuerpo suntuoso. Drake se olia alguna discreta modificacion genetica. Sus motivos para entrevistarse con el obedecian bien a la curiosidad por un ejemplar de la primitiva humanidad —Drake— o bien a razones que el no acertaba a comprender.
Sus explicaciones eran tan concisas como permitian las limitaciones del universal para expresar conceptos cientificos.
—Se trata del tipico problema de cambio paradigmatico de gran envergadura. —Estaban en los aposentos privados de la mujer. Cass Leemu se encontraba casi desnuda, repantigada en un sofa y rascandose la barriga pensativamente mientras hablaba. En otros tiempos, reflexiono Drake, su cuerpo al descubierto habria supuesto un gran obstaculo para la simple transferencia de informacion. Tambien se habria considerado una clara invitacion.
»?Te suena el nombre de Isaac Newton? —continuo.
—Naturalmente. La gravedad, y las leyes de la dinamica.
—Correcto. Famosas, y faciles de comprender. En eso estamos de acuerdo. Pero, ?sabias que muchos de sus contemporaneos encontraban su obra demasiado avanzada? Presentaba nociones de espacio y tiempo absolutos, que para ellos eran incomprensibles. Sostenian, con todo derecho, que solo la separacion entre objetos podia tener un sentido fisico. El concepto de coordenadas absolutas, en oposicion a las distancias relativas, no tenia sentido para ellos. Ademas, su obra se derivaba y comprendia con mas facilidad empleando el calculo, que para los cientificos del siglo XVII estaba envuelto en las paradojas de las cantidades infinitamente pequenas. Se tardo tres generaciones en resolver las paradojas, asimilar la nueva perspectiva del mundo y trabajar comodamente con ella. Lo mismo sucedio dos siglos despues, cuando Maxwell atribuyo al concepto de campo una importancia fundamental. Muchos de sus contemporaneos, hasta el fin de sus vidas, intentaron disenar analogias mecanicas que resolvieran la necesidad de un campo electromagnetico. Y en el siglo XX, cuando la incertidumbre
