Drake hizo caso omiso de la advertencia. Se dejo caer en el asiento del piloto. ?Por que no habia despegado la nave? Al salir de la Tierra y de Marte, sus ordenes se habian cumplido en el acto.
Intuia la respuesta: el sistema de pilotaje automatico de la nave estaba siendo asaltado desde el exterior. Si queria partir, tendria que asumir el control manual. Sabia como pilotar la nave, en teoria, gracias a sus cursos acelerados de astronautica y sistemas espaciales. En la practica, nunca habia intentado algo parecido.
Aporreo los mandos para apagar el control informatico de la nave, maldiciendo a cada mensaje que recibia por respuesta:
—
—Si.
—
—Si.
—
—?Si, si, si!
Estaba introduciendo la secuencia de elevacion manual a punetazos, convencido de que en el exterior de la nave se estaban tomando medidas mas expeditivas para impedir el despegue.
Al fin —por fin— vio como se elevaba la nave. La superficie de hielo y rocas de Pluton se alejaba de el.
Programo una ruta de alejamiento sencilla, en direccion opuesta al Sol. Le daba igual adonde fuera, mientras estuviese lejos de alli.
Tendria que resultar facil. El pasillo de acercamiento a Pluton estaba desierto cuando llego. Ahora era un hervidero de naves. Su panel de control mostraba decenas de ellas en el espacio delante de el. ?De donde habian salido? ?Seria igual que el servicio automatizado que habia rescatado a Melissa, una red de naves de seguridad invisible que entraba en accion cuando fuera preciso?
No habia tiempo para preguntarse el como ni el porque. Las naves del frente estaban agrupandose, dispuestas a interceptar la ruta que habia programado el con rumbo al perimetro del sistema solar. De alguna manera estaban al corriente de su plan de fuga. Debia de transmitirse automaticamente, aunque estuviera en modo manual.
—NO INTENTE SEGUIR ADELANTE. —Esta vez la orden fue mas alta y perentoria—. REGRESE A PLUTON INMEDIATAMENTE.
Drake alcanzo la aceleracion maxima de la nave y siguio adelante, directo al corazon del racimo de naves.
—APAGUE LOS MOTORES. HA SUPERADO LA VELOCIDAD DE CUARENTA KILOMETROS POR SEGUNDO Y SIGUE ACELERANDO. UN CHOQUE A ESA VELOCIDAD PUEDE TENER CONSECUENCIAS MORTALES.
Decir eso era quedarse corto. El impacto con otra nave a cuarenta kilometros por segundo dejaria un monton de metal fundido y plastico vaporizado flotando en el espacio.
—SE ENCUENTRA USTED EN UNA RUTA DE COLISION.
Una sirena ensordecedora atrono en el oido de Drake. El sistema de deteccion de la nave estaba dando su propia senal de alarma. La colision y la destruccion estaban a una fraccion de segundo de distancia.
Y entonces, en el ultimo momento, las demas naves viraron. Se abrio el centro de la formacion. Drake lo atraveso como una exhalacion.
Se pregunto que lo habria salvado. ?Acaso los interceptores tenian ordenes de proteger la vida humana? ?O de impedir su propia destruccion?
Eludio otro grupo de naves que habia aparecido a lo lejos. Avanzaban hacia el, pero su nave era demasiado rapida. No tardo en dejarlas atras. Sin abandonar la aceleracion maxima, huyo en busca del borde del sistema solar.
En cuanto el espacio estuvo despejado, programo una ruta directa a Canopus.
Por fin pudo respirar. Si en una generacion anterior habrian podido acusarlo de asesinato por lo que Tom Lambert y el habian hecho con Ana, en esta, sin duda, lo considerarian un ladron o algo peor.
?Que mas daba? Ana y el estaban juntos, eso era lo unico que importaba. Aunque todavia era posible que lo siguieran, no veia ni rastro de persecucion. Y les costaria atraparlo. La nave seguia acelerando monstruosamente. Pronto se acercaria a la velocidad de la luz, avanzando tan solo ciento veinticinco metros por segundo mas despacio que un frente de onda en movimiento. Ni siquiera ese era el limite. Si hiciera falta, podria llegar a rozar la velocidad de la luz por menos de un metro por segundo.
Pero no seria necesario. Examino el panel de control. A menos que viera indicios de persecucion, la velocidad maxima programada bastaria. La dilatacion temporal relativista iba a ser un factor a tener en cuenta. Transcurririan anos en la Tierra por cada dia de viaje a bordo de la nave. El viaje de ida y vuelta a Canopus ocuparia unos pocos meses de su tiempo, que para la Tierra se traducirian en casi trescientos anos.
?Y para Ana?
Seguia atrapada fuera del tiempo, en su fermata personal, un hiato temporal sin final donde no existian el intervalo ni la duracion.
Sintio el tremendo impulso de contemplar su rostro en el interior del criotanque sellado. En vez de eso, se adelanto para escudrinar la lejana estrella que habia elegido por destino. Aun a cien anos luz de distancia, merced a algun milagro del sistema de imagenes de la nave, Canopus ya aparecia revelada como un diminuto disco brillante.
Se dirigio al lugar donde estaba alojado el ordenador de la nave. Ahora que habian burlado a sus perseguidores, habia restaurado el control automatico. Sentia curiosidad por ver que aspecto tenia el ordenador, el procesador multifuncional que lo mismo planeaba trayectorias que preparaba comidas y mantenia todos los sistemas de soporte vital de a bordo.
Levanto el panel de acceso de plastico que daba al procesador principal y se asomo a una pequena cavidad oscura. Vio una celosia de cuentas rojas, ninguna de ellas mayor que una cabeza de alfiler. Entre ellas saltaban diminutas chispas de luz violeta. Una voz baja procedente del sistema de comunicacion de la nave dijo en tono levemente admonitorio:
Drake regreso a los controles y volvio a prestar atencion a las funciones generales de la nave. Podia cubrir sus necesidades vitales indefinidamente, al parecer. Su velocidad y maniobrabilidad nunca dejaban de asombrarlo. Y aun asi era, en mas de un sentido, menos sorprendente que la civilizacion que la habia creado. Una civilizacion capaz de producir un milagro de rendimiento y potencial como ese, para luego no utilizarlo; ese era el misterio mas incomprensible de todos.
?Seria la dislocacion temporal provocada por la dilatacion temporal lo que encontraban psicologicamente inaceptable los humanos? Drake dependia de ella. Pero ?acaso los demas detestaban partir y encontrar a la vuelta a sus amigos en las criomatrices, o puede que incluso muertos? Aunque, conforme aumentara la esperanza de vida, ese seria un factor a tener cada vez menos en cuenta. Si ese era el principal motivo por el que no se utilizaban asiduamente las naves, el futuro deberia conocer mas trafico entre las estrellas.
La nave estaba a punto de alcanzar la velocidad maxima estimada. Drake observo que el indicador de masa externa de la nave registraba mas de ciento cuarenta mil toneladas, a partir de una masa en reposo de ciento treinta. Para quien lo viera desde el exterior, el propio Drake pareceria pesar ochenta y ocho toneladas, y estar reducido a una longitud de menos de dos milimetros. Los escudos ocultaban la vista frente a la nave, pero sabia que la imagen que estaba viendo en su pantalla habia sido sometida a una fuerte compensacion de movimiento. La vista desprotegida revelaria la radiacion de fondo universal de treinta y tres grados, alterada por el efecto Doppler hasta longitudes de onda visibles. A lo lejos, las fuentes solidas de rayos-X quedaban reducidas a palidas estrellas rojas.
La nave no se aproximaba siquiera a sus limites de rendimiento. Si fuera preciso, Ana y el podrian volar para siempre, hasta el fin del universo. Aunque estaba seguro de que no haria falta llegar a ese extremo. Cerro los ojos y escucho una melodia amplia y serena, la musica de las mismas estrellas, agitandose en su cerebro. Se