aparezca. Esa es una de las razones por las que la amo.

Drake retrocedio y tropezo con la silla de control de la nave.

—Y Ana te quiere a ti, no a mi. Voy a perderla.

—Si —dijo Ana—. Me perderas. Pero no te confundas. Ya te he dicho que ibas a perder a Ana, pero no a tu Ana.

—Volvere a estar sin ti. ?Que puedo hacer? ?Como voy a vivir?

Las dos mujeres se acercaron a el y se agacharon para depositarle sendos besos en las mejillas.

—No te rindas —dijo suavemente Melissa—. Manten la fe, Drake, y persevera. Estamos de acuerdo contigo: en algun lugar, en algun momento, encontraras a Anastasia. No a mi Ana, sino a la tuya.

Ana y Melissa se apartaron. Cogidas de la mano, se dirigieron a la compuerta. Drake se incorporo a medias de su asiento, como si se dispusiera a seguirlas. Luego se dejo caer. La puerta de la escotilla se cerro.

Seguia sentado, contemplando sin ver las imagenes de la abrupta superficie de Caronte, cuando se abrio de nuevo la puerta. El pequeno Servidor, Milton, entro en la sala. Rodo hasta situarse al lado de Drake. Como si percibiera el estado de animo del humano, no dijo ni una palabra.

Milton estaba en Caronte cuando llego Melissa Bierly y habia escuchado toda la conversacion. Sabia lo que iba a suceder a continuacion.

14

«Estos nuestros actores, como predije, eran todo espiritu y se han disuelto en el aire, en la nada»

Ahi estaba la misma habitacion acogedora, la misma vista a la amplia bahia y el oceano revuelto: la Bahia de Napoles, y algo mas lejos, las inmortales aguas del mar Tirreno. Pero esta vez el mar era de un gris pizarra, y hacia el norte, ominosas nubes de lluvia se alzaban sobre la antigua ciudad; en vez de la gitana de negros cabellos habia una persona de atractivos rasgos androginos y melena sentada en el sillon frente a el.

Drake giro la cabeza a uno y otro lado. Sentia el cuello ligeramente envarado, como si hubiera pasado demasiado tiempo sentado en la misma postura. Cayo en la cuenta de lo ridicula que era esa idea al tiempo que decia:

—Preferiria que no se tomara tantas molestias, sabe. Prefiero la realidad.

—No lo creo. —Era un hombre, a juzgar por la voz. El ingles que hablaba era perfecto, sin acento—. Ha habido… cambios.

—Espero los cambios. Necesito los cambios. Las epocas pasadas no pudieron hacer nada por salvar a Ana. Ahorreme las simulaciones.

—Me temo que eso es imposible.

—Mi cuerpo…

—Conservado. Su criocadaver, junto con el cuerpo original de Ana, sigue en la criomatriz. Esa matriz ya no se encuentra en Pluton, por motivos que comprendera mas adelante. Sin embargo, su cuerpo permanece inalterado. Podria ser revivido, aunque como ve ya no nos resulta imprescindible reanimarlo para conversar. Hemos activado un enlace superconductor directo con su cerebro.

—?Quien es usted?

—Tambien eso requiere una explicacion. —El hombre sonrio, una sonrisa cordial y relajada que parecia imposible de simular—. Digamos que soy «el material del que estan hechos los suenos». Como ve, tras el malentendido de su ultima resurreccion nos hemos esforzado por familiarizarnos con los escritos de su epoca. Llameme Ariel, si quiere tener un nombre que le suene de esa era. Con su permiso, voy a anadir a alguien mas a esta conversacion.

—Melissa, y el clon de Ana…

Drake habia solicitado, con tanta insistencia como podia hacerlo alguien sin autoridad para solicitar nada, que lo dejaran congelado hasta que se pudiera hacer algo por restaurar a la Ana original; pero su ultimo despertar le habia ensenado que los demas tenian sus propias e imperiosas necesidades.

Ariel sacudio su rubia cabellera.

—Ni Melissa Bierly, ni el clon de Ana.

—?Estan vivas?

—Yo diria que si; pero no de ninguna forma que usted pudiera reconocer. Paciencia, Drake Merlin. Han pasado muchas cosas, y queda mucho por decir y hacer. Antes, sin embargo…

El hombre no se movio, pero a su lado aparecio de la nada una esfera conocida, rematada por una escobilla metalica.

—Mis mas sinceras disculpas. —El Servidor inclino su cabeza sin ojos en direccion a Drake—. Las instrucciones que me dio en el momento de su congelacion fueron sumamente precisas: solo cuando existiera informacion nueva disponible relacionada con el estado de Ana debia ser usted resucitado. Sin embargo, tras meditarlo he considerado necesario enlazar con usted antes de tomar ciertas medidas inaplazables. Reconozco que podria arguirse que en realidad no ha sido usted reanimado, y que por consiguiente no se han desobedecido sus instrucciones. No obstante, renuncio a justificarme con ese pretexto en particular.

—?Tu eres Milton? No hablas como antes.

—Soy Milton, pero en composicion soy mas que Milton. Me presento en esta forma pensando unicamente en su conveniencia. Aunque haya transcurrido mucho tiempo, sigo siendo su Servidor y acato sus ordenes.

—?Cuanto tiempo? —Drake se enderezo en su asiento, consciente de que su cuerpo real, sumido en el criosueno, no podia moverse ni un micrometro. ?Que milagro de la ciencia le otorgaba este control absoluto de su cuerpo en una realidad derivada? ?Que tipo de magia posibilitaba que su cerebro supercongelado pensara?—. Y no te andes por las ramas como la ultima vez. ?Cuanto tiempo ha transcurrido desde que volvi a la criomatriz?

Milton vacilo visiblemente antes de responder.

—Sin enganos. Segun sus estandares, sin duda es mucho tiempo; pero tambien se han producido cambios en la percepcion y la medicion del tiempo. Ademas, ha habido… discontinuidades… en la historia humana y su desarrollo.

—?Te refieres al ocaso de la civilizacion humana? Eso era lo que me preocupaba la primera vez que entre en el criosueno.

—No ha habido ningun ocaso en el sentido al que usted se refiere, con una perdida completa de tecnologia. Sin embargo, en tres ocasiones el desarrollo humano ha progresado en otras direcciones… que ahora consideramos equivocadas. Durante dos de esos periodos, el concepto de tecnologia carecia de significado.

—Ya me lo contaras luego. ?Cuanto hace que entre en la criomatriz? ?Me lo vas a decir o no? Olvidate de la desorientacion temporal y responde. Dices que obedeces mis ordenes. Esto es una orden.

—Aun sin el refuerzo del compuesto, estoy obligado a desobedecer todas aquellas ordenes que, en ultima instancia, pudieran redundar en perjuicio de su bienestar. Sin embargo, respondere. Su cuerpo ha estado en la criomatriz durante un periodo de tiempo que, en los terminos de revoluciones orbitales de la Tierra con los que esta usted mas familiarizado, equivale a catorce millones de anos. —El Servidor hizo una pausa. Al ver que Drake no se movia ni hablaba, continuo—. Catorce millones de anos. O lo que es lo mismo, un periodo de tiempo igual a…

—Ya se lo que son catorce millones de anos. —Drake se rio, un ladrido sin gracia de incredulidad, mientras intentaba asimilar esa cantidad de tiempo. Al principio, en su inocencia, se habia imaginado que permaneceria

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