galaxia aparecia un tono mas apagado que el otro. Momentos despues, las diferencias se volvieron mas pronunciadas y especificas. Estaba apareciendo un sector oscuro a un lado del disco. En el brazo mas exterior de la espiral, lejos del Sol en la galaxia, los brillantes puntos de luz estaban apagandose uno a uno. Drake penso primero en un eclipse, como si alguna esfera inimaginablemente grande y negra estuviera ocultando todo el plano galactico. Comprendio enseguida que la analogia no era aplicable. La negrura del filo de la galaxia no tenia un diametro constante. Estaba aumentando de tamano. Algun tipo de influencia externa estaba avanzando para invadir el disco galactico, creciendo constantemente al mismo tiempo.
—Y ahora lo ves tal y como es hoy dia —musito Tom. Las luces habian vuelto a encenderse en la sala, atenuando la imagen exterior. Drake no sabia si eso estaba bajo su control o bajo el de Tom—. Solo que, evidentemente, aun no ha acabado. El cambio continua produciendose, mas deprisa que nunca.
Se habia excavado una medialuna en la galaxia, eliminando una fraccion considerable del disco entero.
—Las colonias se desvanecen. Sin una senal, sin dejar rastro. —Tom parecia desorientado—. Si asumimos que todos los compuestos de la zona han resultado destruidos, como sugiere su silencio, miles de millones de seres conscientes estaran muriendo a cada instante mientras hablamos.
Era una tragedia que empequenecia a todas las demas. Drake se habia acostumbrado a las visitas guiadas por un sistema solar en cambio permanente, en cada una de sus resurrecciones, hasta que el exceso de estimulos desembocaba en una suerte de insensibilidad; pero la muerte era otra cosa.
Habia sentido el roce de la muerte tan solo cinco veces en toda su vida: cuando fallecieron sus padres, luego los de Ana, y despues tambien ella. Esos incidentes por si solos parecian enormes, pero encajaban en un contexto de cien anos de desastres aun mayores, de guerras, hambrunas y epidemias. Treinta millones de personas habian sucumbido en dos guerras mundiales, veinte millones a causa de la gripe en un solo ano, veinte millones mas de inanicion debido al acto deliberado de un solo hombre.
Esas cifras eran enormes, impensables, pero seguian siendo millones, no miles de millones. No era nada comparado con el problema al que se enfrentaba ahora.
—Nuestra galaxia esta siendo invadida por algo que ha venido de fuera —musito Tom—. Nos estan destruyendo, sin darnos tiempo a escapar.
Eso Drake ya lo sabia. Tambien sabia que no queria enfrentarse a algo asi.
—Vuestro problema es terrible, pero no tiene nada que ver conmigo. Es mas, no hay nada que yo pueda hacer al respecto.
—No lo sabras a menos que lo intentes.
—?Que hay que intentar? No seas ridiculo.
—Si supieramos que intentar, lo habriamos intentado hace tiempo. Drake, no te hemos sacado de tu letargo por capricho, ni sin meditarlo previamente. Procedes de una epoca anterior, estas mas familiarizado con la violencia. Si hay alguien que nos pueda sugerir alguna manera de protegernos, ese eres tu.
—?Por que yo? Habia otras cincuenta mil personas en los criotanques, todas de mi epoca. Las resucitasteis, a todas. Me figuro que todavia habra al menos un punado de entidades conscientes.
—La mayoria. Pero ya no existen como inteligencias aisladas. Todas, salvo tu, forman parte de los compuestos. El resultado carece… por favor, no me malinterpretes… de tu agresividad e instinto primitivos.
—?Me necesitais porque soy un barbaro!
—Exacto.
—Para que haga lo que vosotros os negais a intentar.
—No. Lo que somos incapaces de intentar. Como dije antes, eres nuestra ultima esperanza, y por cierto que es una esperanza desesperada. Drake, permiteme senalar que no tienes eleccion. Si quieres que Ana vuelva contigo algun dia tienes que ayudarnos.
—Chantaje.
—En absoluto. Piensalo. Si te niegas a ayudarnos y la civilizacion humana sucumbe, sucumbiran a su vez los bancos de datos electronicos. Entonces dejaras de existir, y se esfumara cualquier posibilidad de resucitar a Ana. No se trata, en el lenguaje de la teoria del azar, de una apuesta a todo o nada entre tu y el resto de la humanidad. Unicamente si sale victoriosa la humanidad saldras ganando tu. A fin de obtener un resultado optimo para la humanidad y para ti, es preciso que sufras un periodo de sumo esfuerzo, sin garantia alguna de que ese esfuerzo vaya a dar algun fruto. A decir verdad, ni siquiera hay nada que garantice que necesitemos de tus esfuerzos. Es concebible que, sin ti, podamos encontrar una solucion a nuestro problema manana mismo. Pero no lo creo. Lo hemos intentado todo. ?Y bien, Drake?
Drake meneo la cabeza y contemplo el mutilado disco de la galaxia.
—Esta claro que no hablas igual que Tom Lambert. Tom nunca habria hablado de apuestas a todo o nada con su vida en juego.
—Fuiste tu el que eligio esta forma de interaccion, no nosotros. El compuesto que se dirige a ti es puramente electronico. Y es posible que tengamos que apostar la vida a todo o nada si queremos salvarla.
La escena cambio al otro lado de la ventana. De nuevo el chale de la costa, frente a una bahia sacudida ahora por olas encrespadas bajo un manto de nubes de tormenta.
—Ya lo ves —dijo Tom—. Me estas dando la razon. Esa vision es tuya, no nuestra. Pero no ponemos en duda su exactitud, como posible heraldo de las cosas por venir.
Drake, malhumorado, se volvio hacia el sur, donde un velero se apresuraba a buscar cobijo. Una rafaga de viento golpeo la pequena embarcacion y empujo sus velas rojas hacia estribor.
—Creo que deberiamos ponernos manos a la obra —dijo por fin—. Cuentamelo y ensenamelo todo, desde el principio. Reservo para despues el millar de preguntas que se me habran ocurrido.
17
La guerra de las galaxias
Drake podria haber previsto el problema. Llegaron compuestos de todas las formas y tamanos, lejanos y proximos, sabios y necios, planetarios y del espacio libre, organicos e inorganicos. Lo constante de su interaccion difuminaba los limites de la identidad hasta el punto de no poder distinguirse que elementos hablaban o cuales estaban al mando. Puesto que veia ese problema en los demas, tendria que asumir que podria ocurrirle lo mismo cuando trabajara con ellos. Pero aun asi debia, a cualquier precio, conservar su caracter y plan individual.
Decidio que tenia que crear un archivo privado con sus pensamientos y acciones particulares. Se le antojaba una necesidad mas que un lujo o una concesion personal.
No se le pasaba por alto lo ironico de la situacion. Durante toda su vida habia sido pacifista, detestaba todo lo que tuviera que ver con la guerra, hasta tal punto que cuando Ana entro en la criomatriz y el necesitaba el dinero desesperadamente, se habia negado a considerar la posibilidad de componer himnos militares, por mucho que le ofrecieran. Ahora, tan lejos en el futuro que se resistia incluso a pensar en ello, era el consejero de guerra de toda la galaxia.
Por dentro pensaba que los incompetentes e ignorantes gobernaban ahora a los inocentes, pero se guardo de compartir ese pensamiento con nadie.
—?Que habeis probado? —Drake se encontraba en una sesion de trabajo con Tom Lambert. Estaba seguro