Encajaba con este cuerpo y este mundo a la perfeccion.
—En tu caso —continuo Milton— yo no podria emplear un clon exacto. Tu cuerpo no habria sobrevivido aqui sin las modificaciones geneticas. Fue preciso descargar tu ADN somatico, practicar ciertos cambios en el y, despues, descargar tu base de datos adquirida una vez se hubo completado el crecimiento corporal. De modo que, aunque sospecho que habrias preferido tu cuerpo original, tal y como era en la Tierra…
—Puedes dejar de disculparte. —Drake se sentia euforico… peligrosamente euforico. ?Era posible que Milton hubiera calculado mal el equilibrio gaseoso que necesitaba su cuerpo? Se rasco el escamoso costillar—. Pongamonos manos a la obra. ?Donde esta el alienigena?
—Los alienigenas. Hay muchos. Lejos de aqui. Aterrizamos en la region ecuatorial, y ellos residen en un continente aislado cerca del polo sur. Queria asegurarme de que estabas plenamente operativo y ajustado antes de exponerte a ningun peligro.
—?Tan malo es?
—O tan bueno. Es cuestion de semantica. Digamoslo asi: He examinado mas de catorce mil formas de vida alienigena que cumplen algunos o todos los requisitos indispensables para calificarse de sintientes. Sin embargo, jamas habia visto una tan feroz y agresiva.
—?E inteligente?
—No en terminos tecnologicos. Los snarks no utilizan herramientas. No dominan el fuego. Modifican su entorno de forma rudimentaria. Al parecer carecen de idioma.
—?Pero aun asi dices que son peligrosos?
—Se que lo son. —Milton encabezo la marcha desde la nave principal a un vehiculo mas pequeno sin alas que aguardaba en la reluciente y temblorosa superficie—. Esta es tu tercera encarnacion en este planeta.
—?Que paso con las otras dos?
Era una pregunta estupida a la que no esperaba que Milton respondiera. Era una norma que el propio Drake habia dictado: cada uno de sus encuentros con un alienigena seria juzgado por sus propios meritos. Milton estaria al corriente de las experiencias fallidas anteriores, pero Drake no. Asi habia sido con los catorce mil casos. Drake —o una de sus encarnaciones— debia de haberlos conocido todos pero, generalidades aparte, lo unico que sabia era que ninguno resultaba util frente al Shiva.
El Servidor se limito a decir:
—Esta vez tomaremos precauciones especiales. Entre ellas se cuenta el aterrizar lejos del continente polar y todos los snarks, hasta estar seguros de que te sientes completamente comodo con tu encarnacion.
Ninguna informacion anadida; aunque saber que los dos intentos anteriores habian fracasado ya era una informacion de por si. En el vuelo suborbital de veinte minutos hacia el polo de Graybill, Drake permanecio sentado, pensando. ?Que habia hecho las veces anteriores para conseguir que lo mataran? ?Volverian a matarlo? De ser asi, no le resultaria menos doloroso tan solo porque ya hubiera ocurrido antes.
La nave aterrizo en una costa infestada de plantas activas de sangre caliente. Drake podia apreciar un descenso de temperatura, pero su cuerpo seguia sintiendose bastante comodo. Sintio unicamente una tension en sus capas externas cuando el aislamiento termico mejorado entro en accion. Se acerco al agua, sabedor de que en realidad no se trataba de agua. Toda el agua estaba en forma solida y yacia en el fondo. Esto era una mezcla de alcoholes e hidrocarburos, heptano y eter y propanol, todos ellos mas ligeros que el hielo liquido.
Se agacho y acerco un punado a su boca ribeteada de tentaculos. Sabia bien.
—Por aqui. —Milton senalo mientras Drake se enderezaba—. Unos siete kilometros tierra adentro encontraras el primer nido de snarks. ?Quieres que te acompane?
Milton parecia ansioso. Drake meneo su hocicuda y escamosa cabeza. El Servidor era listo, pero habia cosas que no aprenderia nunca. Era imposible que Milton se mordiera la lengua si Drake estaba en peligro. No solo eso; daba igual cuanto se esforzara Drake por disuadirlo, el Servidor no podia evitar dar pistas con la intencion de garantizar la seguridad de Drake. No era culpa de Milton. El Servidor estaba disenado para proteger y salvaguardar a Drake Merlin. Su papel actual de mero espectador era mas de lo que podia soportar.
Drake subrayo su gesto con palabras.
—Quedate aqui hasta que regrese. No te alejes del deslizador.
La escobilla de alambres se contorsiono y giro nerviosa.
—Eso mismo dijiste la ultima vez que estuvimos aqui.
Mas informacion que, supuestamente, Drake no debia tener.
—Lo dire de nuevo. Si no vuelvo al anochecer, puedes ir a buscarme.
—Eso sera dentro de mucho. Estamos en las regiones polares y es verano.
—En ese caso, un cuarto de periodo revolucionario planetario. Si no vuelvo en ese tiempo, ve y recoge los pedazos. Pero no antes. No te quiero cerca cuando este en los nidos. Recuerda, tambien sirven los que se quedan de pie y esperan. —Drake emprendio la marcha tierra adentro. Milton era infatigable, cauto y concienzudo, pero a veces el Servidor podia llegar a ser un autentico fastidio.
Siete kilometros: parecia un margen de seguridad razonable; a excepcion del hecho de que no sabia como eran los sentidos de los snarks. La vista a la luz de longitud de onda corta era el sentido mas comunmente utilizado en la galaxia, prueba del hecho de que la estrella de secuencia principal media emite picos de energia en una longitud de onda de entre medio y un micron. Sin embargo, se empleaba otra decena de sentidos dondequiera que hubiese una atmosfera: oido, deteccion termica por infrarrojos, control directo de los campos magnetico y electrico, sonar, olfato… los snarks podian valerse de cualquiera de ellos. En la antigua Tierra, un oso polar podia olfatear una ballena muerta a treinta kilometros de distancia. Una polilla en celo podia identificar a su pareja a distancia a partir de una sola molecula de feromona. Quiza los snarks esperaran ya la visita de Drake.
El terreno estaba volviendose cada vez mas abrupto y pedregoso, con grandes rocas separadas por extensiones de guijarros planos cubiertos de parsimoniosos helechos azules. Drake aminoro el paso en la marca de los dos kilometros y atisbo de nuevo por primera vez lo que debian de ser los nidos. Estaban bien separados, cada uno de ellos alargado, estrecho y hueco, como la seccion de una tuberia de barro ancha tendida de costado. No vio senales de vida, pero se detuvo, se agazapo sobre sus fuertes cuartos traseros y espero. En cuanto se quedo inmovil, la vegetacion de sangre caliente repto lentamente hasta sus pies y alrededor de ellos. Unos tentaculos como suaves dedos azules se alzaron, le tocaron las piernas y al parecer decidieron que no tenia ningun potencial como fuente de nutrientes. Los calidos dedos se apartaron. Las plantas se alejaron arrastrandose.
Por fin, Drake pudo ver algo que se movia cerca de las tuberias de barro. ?Habria tenido la misma paciencia sin las advertencias de Milton? Seguramente no. Habria seguido adelante, porque las cosas que podia ver frente a el no se movian mucho mas deprisa que las plantas.
Habia decenas de ellos. Los snarks eran gruesos cilindros blancos segmentados, sostenidos por decenas de finos seudopodos del mismo color. Los cuerpos median aproximadamente metro y medio de largo y unos cuarenta centimetros de ancho. El extremo de la cabeza, a juzgar por la direccion en que se movian, carecia de rasgos distintivos. Una cola curvada de un blanco cremoso mas oscuro se arqueaba sobre el lomo para dirigir hacia delante su punta afilada. El aguijon oscilaba lentamente de un lado para otro. ?Seria eso, en vez de la «cabeza», lo que albergaba los organos sensoriales? Puede que fuera esa la cabeza y que los snarks caminaran hacia atras.
Los snarks no parecian reparar los unos en los otros ni en su entorno pero, ante los ojos de Drake, cuatro de ellos se irguieron lentamente desde sus posturas horizontales. Cada cabeza ciega se curvo hasta tocar la cola y formar un bucle completo. El aguijon ceso en su parsimonioso bamboleo. Mantuvieron esta postura como estatuas varios minutos, antes de desenroscarse para tenderse de nuevo en el terreno empapado. Despues de aquello no se movieron en absoluto. Era como si el breve esfuerzo por desafiar la gravedad los hubiera dejado agotados.
Drake se acerco un poco mas. Podia ver que cada uno de los alargados cilindros marrones de los nidos se curvaba hacia abajo en un extremo para convertirse en un tunel que se adentraba en la superficie esponjosa. Cerca de cada tubo se alzaban grandes pilas de plantas arrancadas. Las que coronaban cada monton se agitaban debilmente todavia, intentando encontrar la manera de llegar al suelo.
?Material para los nidos o alimento? Si los snarks fueran herbivoros, resultaria complicado explicar cual era la posible fuente de peligro para Drake. Uno de los snarks acababa de arrancar una planta de la pedregosa superficie con dos de sus seudopodos delanteros. Estaba de cara a Drake, que por fin pudo ver una estrecha