probabilidades de que recibieramos exactamente ocho copias, aunque cualquier cifra entre seis y catorce es una probabilidad elevada. Me temo que no hay ni rastro de la nave que orbitaba alrededor de Lukoris.
No le hacia falta anadir: «La nave en la que viajaba Drake».
—Las estadisticas tienen sentido. —Tom Lambert estaba estudiando uno de los monitores—. Pero nada mas. Mirad esto.
La grabacion de los ultimos minutos sobre Lukoris existia en dos formatos. Uno de ellos mostraba lo ocurrido desde la perspectiva de los sensores repartidos por toda la superficie. El otro era la propia percepcion de Drake tal y como el la recibia mediante la encarnacion del mander.
Segun los sensores de superficie, Lukoris estaba casi igual que hacia un ano; o, ya puestos, medio millon de anos. Pantanos, interrumpidos por macizos de vida vegetal, que se extendian llanos y monotonos hasta el horizonte, donde las escarpadas paredes de roca se alzaban a kilometros de altura. El cielo sobre ellas mostraba el inalterable amarillo sulfuroso de finales de verano.
Pero la perspectiva de Drake…
—?Que esta viendo? —dijo Milton—. ?Y que cree que esta haciendo?
Veian con los ojos del mander como caminaba este por un cesped de suelo fertil y flores de primavera. Milton, que nunca habia visto la antigua Tierra, estaba justificadamente desconcertado. Pero Drake, sentado en la Sala de Guerra del cuartel general, sabia donde estaba. Le costaba dar una respuesta a Milton, porque tambien intuia lo que vendria a continuacion.
La encarnacion del mander habia adquirido forma humana. Caminaba descalzo por Sussex Downs, uno de los lugares de recreo favoritos de Drake y Ana. Esta estaba de pie junto a un seto, admirando un nido de zorzal. Se giro ahora para sonreir a Drake. Espontaneamente, sin mediar palabra, se abrazaron.
En aquel primer y extatico momento, el Drake de la Sala de Guerra se obligo a desviar la mirada hacia el otro monitor. Los sensores mostraban al mander, inalterado en su forma, de pie, inmovil ante una planta bulbosa de treinta centimetros de alto, con puntiagudas hojas plateadas.
—?Alto! —exclamo apresuradamente. Y luego, a los otros—, conoceis los anteriores informes. —Senalo la pequena planta—. ?Es eso nuevo en Lukoris, o en esta region? Me parece que no lo habia visto nunca.
—Es nuevo, aparentemente. —Los demas, empleando el poder de sus compuestos, podian responder casi de inmediato y simultaneamente.
—Pero ?que importancia tiene? —pregunto Par Leon—. No es mas que una planta.
—No estoy seguro. Buscad mas como esa.
Ese analisis concluyo tambien casi antes de que diera la orden. Todo el potencial de computacion de la galaxia estaba a disposicion de Drake. Con semejantes recursos, el problema era trivial. Utilizando la planta de hojas puntiagudas como plantilla para ejecutar un algoritmo de emparejamiento, la base de datos global de Lukoris fue escaneada y analizada, hasta el ultimo dia de cada ano desde el comienzo de las observaciones.
—Estan por todas partes —dijo Cass—. De este tamano o mas pequenas. Pero hace diez anos no habia ninguna. Han brotado todas en los ultimos anos. ?Crees que son reales?
—Seguro que si. Es la otra escena la que es una realidad falsa. —Drake se odio por decir eso. Queria que fuera cierto lo que habia visto, pero le resultaba casi imposible apartar la vista de la imagen de Ana—. Creo que esa planta es capaz de crear ilusiones en la mente de los seres inteligentes.
—?Por que inteligentes? —quiso saber Par Leon.
—La imaginacion requiere inteligencia. —Drake indico el primer monitor de nuevo. El mander estaba paralizado delante de la planta, mientras otros animales merodeaban por la superficie pantanosa sin reparar aparentemente en ella—. Debe existir un determinado minimo de consciencia, cierto nivel de inteligencia, para que la mente pueda ser obligada a imaginar algo mas de lo que percibe a traves de los sentidos.
—Como con la hipnosis —dijo Melissa—. El sujeto ve lo que le piden que vea.
Mel Bradley fruncio el ceno.
—?Hipnotizado por una planta?
—?Se te ocurre alguna explicacion mejor? —Drake amplio la imagen del mander—. Mirame. Seguro que Cass puede sugerir mil maneras de que una senal electromagnetica, o un aroma que contenga los componentes quimicos adecuados, afecte al funcionamiento del cerebro. Recordemos que la planta no cambia Lukoris. Tan solo persuade al sujeto para que vea una realidad alternativa.
—Pero ?que realidad? —Milton parecia confuso—. Esta claro que no puede imponer su realidad a nadie.
—No. —A Drake no le sorprendia saber lo que ocurria cuando los demas no. Su comprension era exactamente proporcional a su dolor—. Su realidad no. Tu realidad. Te permite ver la realidad que deseas mas que cualquier otra, e imaginar que vives en ella.
El, mas que nadie en todo el universo, comprendia el poder de seduccion de semejante vision. Daria lo que fuera por ser ese otro Drake y besar a Ana en la placida campina. Ese era el canto de sirena del Shiva:
Drake intento explicarselo a los demas, pero al cabo comprendio que no daria resultado. No podian conocer la mente del otro Drake, y era imposible que cualquiera de ellos sintiera lo que sentia el. No podian mas que seguir haciendo preguntas.
—?Como llega al planeta, para empezar? —dijo Tom Lambert.
—No lo se.
—?Eso es todo? —dijo Mel Bradley—. ?Crees que el Shiva no es mas que un punado de plantas?
—No lo se.
—Y el fallo de los sistemas de defensa planetarios…
—Y su propagacion entre las estrellas, entre las galaxias… ?Como?
—Y el que avancen mas despacio donde no tenemos colonias…
—Y el que las colonias perdidas no enviaran ningun mensaje…
—No lo se. —Drake no podia esperar a terminar con esta reunion, para poder disfrutar del placer indirecto del abrazo de Ana a su otro yo; aunque no fuera mas que una ilusion, lo deseaba.
»Estais pasando por alto lo mas importante —continuo—. Esto no demuestra que el Shiva no sea mas que una planta plateada con puas. No nos dice como se propaga el Shiva, ni por que. No explica que ocurre con los mundos a los que llega. Nos dice muy poco sobre el Shiva en si. Pero a pesar de todo tenemos motivos para congratularnos. Hemos hecho un descubrimiento. Por primera vez, estabamos presentes en un planeta cuando llego el Shiva. Hemos enviado informacion sobre lo ocurrido.
»No tenemos un final. Apenas si puede decirse que tengamos un comienzo. Esto es lo que debemos hacer a continuacion. Tenemos que instalar copias organicas de mi en todos los planetas a lo largo del frente de propagacion del Shiva.
Drake hizo una pausa, comprendiendo lo que acababa de decir. Esas copias estaban abocadas a desaparecer, hasta la ultima de ellas. El iba a desaparecer, un millon de veces. Pero ahora existia la esperanza de que algunas de sus encarnaciones sobrevivieran. Quiza lo transportaran a un paraiso personal… una vida de ensueno, aunque fuera un sueno perfecto del que las copias no despertaran jamas.
—Ademas —anadio por ultimo— debemos colocar sensores independientes en todos los planetas. Tenemos que instalar cesuras en o cerca de cada planeta, listas para actuar en cuanto cualquier cambio en la realidad indique la aparicion del Shiva. Debemos instalar en una nave proxima a la cesura el equipo necesario para producir millones de copias identicas de toda la informacion, con el equipo necesario para introducir esas copias en la cesura a la menor senal de problemas.
Equipo. Era una forma de describirlo. Pero ese equipo incluiria copias de si mismo… y estas copias, al contrario que las de la superficie planetaria, estaban condenadas sin remision.
—Y cuando hayamos hecho todo eso —La mirada de Drake, ajena a su voluntad, volvio a posarse en el monitor; este le mostraba su otro yo, con Ana todavia entre sus brazos—, cuando hayamos hecho todo eso y hayamos grabado la informacion de mil o un millon o diez millones de mundos, puede que tengamos lo que necesitamos. Puede que encontremos la forma de contraatacar.
Descubrimiento.
Asi lo habia llamado Drake, pero era la palabra equivocada. No habia habido ningun torrente de informacion procedente de los otros mundos en el camino de la expansion del Shiva. No habia habido ninguna inspiracion repentina que lo aclarara todo.