—Cierto. Pero ahora que sabemos lo que ocurre, podriamos encontrar muchas maneras de detener al Shiva. Me refiero a formas pacificas. Nada de destruccion masiva de nuestro planeta o el suyo; nada de cortafuegos que devasten arcos enteros de la galaxia; nada de cesuras que proyecten naves e inteligencias y mundos mas alla de los limites del espacio y el tiempo. Y no habra necesidad de determinadas otras cosas.
Y Drake, por fin, comprendio lo que se resistian a decirle directamente.
—Te refieres a que ya no habra mas necesidad de mi.
—Si. El servicio que nos has prestado es inconmensurable. Estamos eternamente en deuda contigo. Cuando pensabamos que el Shiva era malvado y que intentaba destruirnos deliberadamente, tu presencia, tu coraje y tu forma de pensar eran absolutamente esenciales. Ahora no. Naturalmente, no quisieramos sugerir que debas, o debamos, hacer nada de inmediato. Aun quedan muchas, muchisimas incognitas y dificultades en potencia. Esperamos que nos ayudes a resolverlas. Pero en ultima instancia pensamos que eres un obstaculo en el camino que nos lleve a encontrar respuestas pacificas. Estas demasiado imbuido de guerra, demasiado a favor de los rigores del combate. —Tom Lambert agacho la cabeza—. Lo siento, Drake.
—No pasa nada. —No tenia sentido explicar que el no era agresivo, que sus instintos siempre habian sido pacificos. No lo comprenderian. Habia ejercido de comandante en jefe durante muchos cientos de millones de anos. Por lo que a los compuestos respectaba, se habia conjurado un Drake militante de la nada electronica para librar una batalla, para librar al universo de la amenaza del Shiva. Y una vez superada la crisis, la utilidad de Drake quedaba en entredicho. Peor que eso; era una lacra, un foco de violencia, un recordatorio de la antigua y cruel historia de la humanidad.
»No me necesitais ahora que el problema se ha resuelto y la guerra toca a su fin, ?verdad? Lo entiendo, Tom. Todo esto ya ha pasado antes.
—?Si? —Tom parecia y sonaba perplejo—. ?Te has encontrado con alguna situacion parecida en el pasado?
—Personalmente no. Pero es tan antiguo como la historia de la humanidad. ?Os acordais del Flautista de Hamelin, y de Tommy Atkins?
No se acordaban, como tampoco el esperaba que lo hicieran. Todos los rostros se mostraban inexpresivos. A Drake no le costaba imaginarse a incontables compuestos invisibles ahondando en memorias de cuarto y quinto nivel, intentando encontrar sentido a su referencia. Quiza encontraran algo; o quiza fuera el el unico que conservaba esa particula de cultura popular humana. En cualquier caso, daba lo mismo. Estaba claro cual seria su siguiente paso.
—Dices que estais en deuda conmigo. Estoy de acuerdo. De modo que haced algo por mi. Devolvedme a mi continente electronico y dejadme dormir. Seguid buscando la manera de devolverme a Ana. Y no me desperteis hasta que hayais conseguido algo.
Drake no preveia ningun problema con su solicitud. Pero, de nuevo, vio vacilacion y azoramiento en los ojos de Tom.
—?Que ocurre ahora? Venga, Tom, escupelo.
—Hay otra complicacion. Siempre te has negado a formar parte de un compuesto.
—Sigo negandome. Ya sabes por que. No he sobrevivido ocho mil millones de anos para perder ahora mi motivacion. No puedo permitirme el lujo de formar parte de una memoria colectiva. Quiero seguir siendo yo mismo. Piensa en que tesitura estariais ahora si mi decision hubiera sido distinta.
—Eso lo entendemos. Sabemos que no podemos curar tu obsesion. Pero lo que pides es imposible. Ya existes en multiples formas. Cuando el avance del Shiva se detenga, muchas de esas formas sobreviviran. Algun dia, regresaran.
Y, por supuesto, Tom tenia razon. Drake se habia acostumbrado a la idea de tener mil millones de copias de su personalidad repartidas por toda la galaxia via senales de ondas-S. Sabia que se habian encarnado en formas nativas en cien millones de planetas, y apostado para escuchar y vigilar en mil millones de naves distribuidas a lo largo de la frontera con el Shiva. Esas innumerables versiones de si mismo estarian cambiando, absorbiendo nuevas experiencias, convirtiendose en algo distinto al Drake Merlin que seguia en el cuartel general.
Habia aprendido a vivir con la idea de morir, dia a dia, de incontables formas distintas. Lo que nunca se habia parado a pensar era que ocurriria cuando se averiguara el secreto del Shiva y todas esas copias diseminadas dejaran de estar condenadas. Cuando se encontrara la forma de contrarrestar el Shiva, sobrevivirian en un numero cada vez mayor.
—Entiendo. No podeis con uno. ?Como ibais a apanaroslas con mil millones?
—Nos tememos que no podriamos. Queremos pedirte tu ayuda… una vez mas. Muchas de las mentes que regresen habran cambiado, muchas estaran gravemente danadas. Tu eres el unico ser de todo el universo capaz de comprenderlas y ayudarlas. Te prometemos recursos ilimitados por nuestra parte, todo lo que este en nuestra mano, para ayudarte a desempenar tu tarea. Lo unico que te pedimos es que evites el contacto con nuestros compuestos.
—?Quereis encerrarme, a mi y a cada una de mis versiones?
—No. Tu libertad no se veria restringida. Viajarias a tu antojo y harias lo que quisieras. La unica condicion que te pedimos es que haya una separacion entre tu y nosotros. Te parecera ridiculo, pero nos asusta tu intensidad…, es decir, literalmente, tu independencia en nuestro universo de compuestos. Si accedes, a cambio te prometemos investigar ininterrumpidamente lo que mas te interesa: el regreso de Ana.
—?Ha habido algun avance? —Hacia cien millones de anos que Drake apenas pensaba en esa pregunta.
—Nada de valor inmediato. Deberia ser posible recrear a Ana en el escaton, cuando el universo se aproxime a la convergencia definitiva. Pero aun falta mucho para eso. Te prometemos seguir investigando otras posibilidades, si tu a cambio nos ayudas. ?Que respondes? ?Te ocuparas de las copias de Drake Merlin cuando regresen destrozadas por miles de millones de la frontera con el Shiva?
?Que opcion tenia? ?Como podia una persona darse la espalda a si misma, y menos cuando se sabia herida y confusa?
—«Dadme vuestros seres pobres y cansados. Dadme esas masas ansiosas de ser libres, los tristes desechos de costas populosas. Que vengan los desamparados que las tempestades batan».
Hablo mas para si que para los demas, y sus expresiones de desconcierto le indicaron de nuevo que no comprendian. Drake se dio la vuelta. Los compuestos estaban escarbando en los bancos de datos, buscando una referencia, preguntandose que acababa de decir.
Aunque ellos no lo supieran, el si. Habia accedido a hacer lo que le pedian. La guerra con el Shiva posiblemente tocara a su fin, pero para el lo mas dificil estaba aun por llegar.
24
Et pluribus unum
Billones de bits, miles de millones de paginas; ahora todo era innecesario. Drake repaso la masa de informacion almacenada que representaba su diario personal y reflexiono sobre una curiosa ironia: la proximidad de la victoria inutilizaba su trabajo por irrelevante, como no podrian hacerlo el peligro y la derrota.
No tenia motivos para quejarse. Habia sabido lo que le esperaba desde que dijo que si a Tom y a los demas en la Sala de Guerra.
Durante todos los anos transcurridos desde su primera resurreccion, se habia mantenido estrictamente fiel a si mismo. Al principio lo hacia porque nadie mas comprendia su necesidad ni compartia su busqueda de Ana. Su soledad se le habia antojado aun mas crucial cuando entro en juego el Shiva. La suya era la unica consciencia de toda la galaxia procedente de los primeros dias de la humanidad, y no se atrevia a acercarse a ningun compuesto; estaba claro que ni siquiera consideraba la idea de fundirse con las redes. Se habia negado, incluso, a compartir el contenido de sus bancos de datos.
Su obstinacion habia ocasionado problemas mil millones de veces, pero tenia la impresion de que no le quedaba otra eleccion. Por ineficaz que fuera el depender de otros para conseguir la mayor parte de su informacion, debia hacerlo asi. Tenia que permanecer al margen. Alguien debia tomar las decisiones dificiles.