Alguien tenia que estar dispuesto a sacrificar humanos, compuestos y aun planetas enteros. Nadie mas que Drake podia hacerlo, y no se atrevia a diluir en absoluto su fuerza de voluntad.

Drake volvio a echar un vistazo al largo historial de sucesos. Los compuestos debian de pensar que no tenia alma ni corazon; sin duda pensaban que carecia de imaginacion. No lograban entender como si no era capaz de enviar incontables versiones de si mismo a afrontar un futuro incierto en los oscuros confines de la galaxia.

No tenian ni idea del esfuerzo que le habia costado. ?Por que deberian? No les habia contado nada. Lo habia hecho, y eso era lo que importaba.

Cuando el Shiva estaba en plena expansion, era un proceso de un solo sentido. Sus copias se iban para no regresar. Pero ese ya no era el caso. Hacia una semana que habia vuelto la primera copia. El habia vuelto.

Los compuestos le instaron a estudiar a conciencia esa copia antes de intentar ponerse en contacto con ella. Estaban preocupados porque su yo reaparecido habia pasado por lo que ellos consideraban una «experiencia traumatica». Habia ademas, advertian, cien mil millones como esa copia en camino.

?Una experiencia traumatica? Se podia llamar asi.

Drake habia comprobado el trasfondo, y este caso era probablemente tipico. Descargada y embarcada hacia ochocientos mil anos, en forma de senal superluminica a una nave en orbita permanente alrededor del planeta de una debil estrella emplazada en la otra punta de la galaxia. Bajada a la superficie de ese mundo y encarnada en una forma de vida alienigena mejorada, de esperanza de vida aumentada. Abandonada a su suerte para sobrevivir, resistir, observar y esperar la llegada del Shiva.

Solo que esta habia sido repatriada, sin previo aviso. Se esperaba que las semillas de Shiva aterrizaran pronto en su mundo. Los compuestos estaban realizando preparativos especiales alli, al igual que en otros cien millones de planetas, y no querian que ningun elemento incontrolado entorpeciera sus planes. Temian que este ser, como los demas que iban a ser recuperados, adoleciera de «graves inestabilidades».

«Experiencia traumatica», «estudiar a conciencia», «graves inestabilidades». Terminos eufemisticos, asepticos.

?Acaso no comprendian que cualquiera que hubiera pasado solo un millon de anos debia adolecer de alguna inestabilidad? ?No se daban cuenta de que a Drake no le hacia falta estudiar la copia repatriada, que la comprendia de sobra? Que lo que fuera que regresara de los confines de la galaxia no era una copia. Lo que regresaba era el, Drake Merlin.

Un el diferente, sin duda. Asi debia ser, puesto que el remedo habria vivido experiencias unicas. Pero seguia tratandose de Drake, no obstante. Los compuestos tenian razon en una cosa: el Drake reaparecido necesitaba ayuda.

Habia pasado tanto tiempo aislado de todos que se habia convertido en una costumbre adquirida. Pero ?como podria aislarse de si mismo?

No podia.

De modo que, al final, Drake Merlin iba a entrar a formar parte de un compuesto. Este, sin embargo, iba a ser un compuesto de excepcion: cada uno de sus elementos seria, a su vez, Drake.

No se imaginaba como saldria todo aquello. Los yoes reaparecidos habian estado dispersos por el tiempo y el espacio. Hacia mucho que habia perdido la cuenta de sus copias. Algunas serian versiones mutiladas o incompletas de un Drake Merlin entero; algunas estarian totalmente desquiciadas, sin lugar a dudas. Puede que desequilibraran el conjunto.

Daba igual lo que ocurriera a la larga: al principio iba a ser un caos. Cada uno de el, sin excepcion, seria distinto. El tiempo y la experiencia producen cambios de forma, de perspectiva y aun de percepcion propia.

Su trabajo consistiria en comprender, asimilar y, en ultima instancia —si podia—, integrar cada una de las partes en un solo ser.

?Como? No tenia la menor idea.

Pidio a Ana que le diera fuerzas.

25

«Que no le ponga inconvenientes yo a la alianza de espiritus constantes»

La primera vez es la mas dificil.

Drake se lo repetia constantemente e intentaba convencerse de ello. Su remedo estaba dormido cuando lo sacaron de sus ochocientos mil anos de aislamiento. Lucia aun la forma ofidia que se consideraba mas adecuada para la superficie de Mantoverde.

Drake se enfrentaba a su primera decision: ?Deberia transferir la mente de su otro yo a un continente electronico, antes de iniciar la interaccion? La tecnica necesaria era pura rutina, y sin duda la transferencia de informacion resultaria mas facil y rapida en formato electronico. Pero ?anadiria ese cambio una impresion adicional que hiciera el despertar mas intolerable para el remedo?

Seria mejor hacerlo al reves, al menos para la primera reunion. La descarga y fusion electronicas vendrian despues. Drake dispuso su transferencia a la misma forma ofidia. Cuando desperto, ocupaba el cuerpo de un animal sin patas, con alas vestigiales en los costados y un triplete de tentaculos prensiles en su chata cabeza.

Dio la senal para despertar al otro y se pregunto: ?Como lo voy a llamar, cuando quiera distinguirlo de mi en mi cabeza?

De nuevo, la respuesta era evidente. Si quiero que sufra una impresion minima, tendra que ser Drake Merlin. Si alguien debe cambiar de nombre, sere yo.

Unos ojos verdes y rasgados se abrieron para clavarse en el.

—Hola. —El saludo se produjo en forma de una complicada ondulacion de las tres proboscides flexibles.

El otro Drake lo miro con curiosidad pero no dijo nada. Estaba seguro de saber por que. Drake Dos estaba pensando: ?Ha sucumbido el planeta ante los Shiva? ?Sera esta alguna manifestacion de ellos, disenada para enganarme y destruirme?

—Drake, no te fies de las apariencias. Vuelves a estar entre humanos. Te hemos repatriado antes de que el Shiva llegara a tu planeta.

Se produjo una larga pausa pensativa. La respuesta, cuando llego, no era exactamente la que el habria dado. El aislamiento del remedo habia ocasionado cambios.

—?Quien eres?

—Soy tu. Otra version tuya.

—Demuestralo. Dime algo que no sepa nadie mas en el universo. Algo sobre mi que solo yo pueda saber.

Que solo yo pueda saber. Tardo unos segundos en dar con ello.

—Nuestro profesor se llamaba Bonvissuto.

—Lo que sabemos yo y todos los bancos de datos.

—Claro. El segundo ano que estudiamos con el, nos apunto a un torneo estatal. Ganamos, principalmente porque gran parte de la competicion consistia en improvisar sobre un tema en concreto.

—Lo que tambien esta registrado, supongo, en los mismos bancos de datos. —Drake Dos debia de intuir adonde conducia esto, pero sus sinuosos tentaculos permanecian inescrutables.

—Solo que nosotros no improvisamos en absoluto. Cuando desayunamos en un hotel proximo a la sala de conciertos aquella manana antes de la competicion, nos dieron una mesa que aun no estaba recogida. El comensal anterior habia garabateado una serie de notas en una servilleta, antes de tacharlas. Nos fijamos en la

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