La nave parecia tan frustrada como exultante se sentia Drake. Tenia que andarse con cuidado. Los efectos pasajeros cerebrales producidos por la residencia en su nuevo cuerpo todavia no habian remitido. Podia sentir los bruscos cambios de humor. ?Cuanto tiempo habia durado su letargo?
—?Que quieres decir con «opcion por defecto»? Dime que esta ocurriendo.
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—Espera un momento. ?Cuantos objetivos hemos visitado?
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—?Y ahora si?
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—?Y cuanto hace que comenzo la busqueda?
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—Vale. —Drake decidio que se habia vuelto indiferente. Dos millones de anos ya no lo impresionaban. Ahora, para llamarle la atencion, habia que hablar de miles de millones—. Entonces, ?cual es el problema?
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—Tiene buena pinta. Carreteras, diques, electricidad y ciudades. ?Has realizado escaneres detallados?
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—De modo que conoces la forma de quienquiera que estuviera haciendo todo el trabajo. ?Por que no me has dado esa forma?
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La escena era el planeta entero, visto desde el espacio. El orbe refulgia moteado de rosa y rojo, desde su ecuador listado hasta los pequenos circulos blancos de los polos.
—?Eso son casquetes polares de agua congelada? —A Drake se le ocurrio la irrelevante idea de estar contemplando el gigantesco adorno de un arbol de Navidad. Bullia con el exceso de energia y su mente estaba dispuesta a aceptar extranas imagenes.
—No se ve gran cosa a esta distancia.
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La esfera rosada estaba creciendo en la pantalla. Era posible imaginar lineas oscuras en su superficie, repartidas cerca del ecuador. Drake aguardo. Conocia la tendencia del ojo humano a jugar a «unir los puntos» y discernir pautas lineales donde no las habia. Sus pensamientos volaron hacia el lejano pasado. ?Quien era, mucho antes de que el naciera, el que se habia dejado enganar por ese defecto fisiologico incorporado del cerebro humano y habia trazado mapas de inexistentes «canales» marcianos?
Solo que esto no era ninguna ilusion optica. Los rasgos lineales eran reales y crecian a cada minuto que pasaba. Conforme la nave se acercaba al planeta, el monitor dejo de contener la imagen completa del mundo. La perspectiva se fijo en una linea, negra y recta, en el centro de la pantalla. Estaba jalonada de rectangulos y triangulos de colores. Para el ojo y la imaginacion de Drake esa linea era una carretera que cruzaba una llanura de Kansas. Los vastos campos eran de distintos tonos de rojo, una pequena manta de cuadros brillantes que iban del rosa claro al carmesi mas oscuro. La calzada de baldosas amarillas habia adquirido un matiz parduzco, pero atravesaba sembrados de tintes feericos.
La escala que acompanaba a la imagen desmentia la ilusion. La «carretera» media un kilometro de ancho. La manta era monstruosa, cada uno de sus cuadros del tamano de una comarca de la vieja Tierra. Los puntos oscuros diseminados dentro de los parches eran lo bastante grandes como para tratarse de ciudades.
El punto de vista se amplio sobre un hilo negro mas estrecho en el centro de la amplia franja de la carretera. Drake pudo ver que los bordes de la manta de cuadros no eran regulares. Eran abruptos y aleatorios, los limites se invadian mutuamente. El rosa se habia propagado en algunos lugares hacia la franja mas oscura, como garranchuelos invasores de un cesped desatendido.
El hilo negro seguramente era agua. Al contrario que en Marte, estos canales eran reales. La linea de orillas discurria recta por la superficie. Cerca de la ribera, cada pocos kilometros, se alzaba hacia el cielo una torre pentagonal abierta de vigas. La pantalla se centro en una de ellas.
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Drake se acordo de su «cortafuego», los millones de mundos humanos que se habian sacrificado y desocupado para huir del Shiva. ?Habrian sido invadidas otras galaxias? ?Habria especies alienigenas que intentaran emplear la misma tactica de contencion, abandonando este mundo para ralentizar el avance del enemigo? ?Quien era ese general romano, celebre por su politica de suelo arrasado y su rechazo a enfrentarse directamente a los cartagineses?
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La imagen mostro una zona de color mas claro junto al canal. Era un calvero, de unos doscientos metros de diametro, a la sombra de una de las grandes estructuras pentagonales. Drake pudo divisar por fin las formas de vida en la superficie.
El semicirculo llano lindaba en su cara recta con el agua, y en su perimetro curvo con una modesta valla. Un grupo de treinta o cuarenta objetos parecidos a gigantescos caracoles rosas se apinaban contra la verja, por la que se arrastraban constantemente. Los rodeaba otra decena, algo mas pequenos y rapidos.
Un grupo de otros veinte seres se arracimaba cerca de la orilla. Eran de un rojo oscuro, con muchas patas, y rodeaban un pozo oscuro y poco profundo en la superficie. Al fijarse mejor, Drake vio que se dividian en tres tipos. Los que estaban al borde mismo del pozo eran los mas grandes, cuatro veces superiores en tamano a los miembros del grupo mas separado.
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Drake penso que resultaba extrano que la nave dijera algo asi; la presencia de las grandes torres pentagonales indicaba el dominio de una tecnologia muy superior al mero dominio del fuego. Pero podia ver —o