obstaculos de una investigacion muy dificultosa.» Un dictamen presentado al Parlamento y a Su Excelentisima Majestad.

Aquella noche, un representante de la prensa pregunto a George como habia reaccionado ante el informe. Se declaro «profundamente descontento del resultado». Lo llamo «un mero paso en la buena direccion», pero la aseveracion de que el habia escrito las cartas de Greatorex era «una calumnia; un insulto… una insinuacion infundada, y no descansare hasta que la retiren y me pidan disculpas». Ademas, «no le habian ofrecido indemnizacion alguna». Reconocian que habia sido condenado injustamente, por lo que «es justo que me compensen por los tres anos de trabajos forzados que he sufrido. No dejare las cosas como estan. Quiero una compensacion por mis agravios».

Arthur escribio al Daily Telegraph diciendo que la posicion del comite era «absolutamente ilogica e insostenible». Se preguntaba si habia algo «mas mezquino o mas poco ingles» que un indulto sin indemnizacion. Se brindaba a demostrar «en media hora» que George Edalji no habia podido escribir las cartas anonimas. Proponia que, en vista de que seria injusto que los contribuyentes pagaran la compensacion de George Edalji, «podria recaudarse a partes iguales entre la policia de Staffordshire, el tribunal de los Quarter Sessions y el Ministerio del Interior, ya que estos tres grupos de hombres son los culpables de este fiasco».

El vicario de Great Wyrley escribio tambien al Daily Telegraph senalando que el jurado no se habia pronunciado sobre la autoria de las cartas, y que sir Reginald Hardy tenia la culpa de todas las deducciones falsas, al haber sido tan «precipitado e ilogico» al decirle al jurado que «quien escribio las cartas era el mismo que cometio el delito». Un distinguido abogado que habia asistido al juicio califico de «deplorable espectaculo» la recapitulacion del presidente. El vicario decia que la policia y el ministerio habian dispensado a su hijo un trato «indignante y desalmado». En cuanto al comportamiento del ministro del Interior y su comite: «Esto quiza sea diplomacia o arte de gobernar, pero no es lo que habrian hecho si hubiera sido el hijo de un hacendado o un noble ingles».

Otro descontento con el informe era el capitan Anson. Entrevistado por el Sentinel de Staffordshire, contesto a las criticas dirigidas contra «el honor de la policia». El comite, al detectar las llamadas «contradicciones» en las pruebas, simplemente no habia comprendido los cargos de la policia. No era tampoco «verdad» que hubiera estado desde el principio convencida de la culpabilidad de Edalji y que luego hubiese buscado pruebas para apoyar esta conviccion. Al contrario, no sospecharon de Edalji «hasta meses despues» de que comenzaran las agresiones. «Fueron senaladas diversas personas como posibles implicadas en los hechos», pero poco a poco las fueron descartando. La sospecha «solo al final se centro en Edalji como consecuencia de su costumbre muy comentada de vagar solo por las calles a altas horas de la noche.»

George escribio para el Daily Telegraph una refutacion de esta entrevista. Ahora quedaba claro el «endeble fundamento» de los cargos formulados contra el. «De hecho», ni «una sola vez vago por las calles» y, a no ser que volviese tarde de Birmingham o de algun espectaculo vespertino en el distrito, estaba «invariablemente en casa hacia las 21.30. No habia nadie en la comarca» que saliera menos de noche, y al parecer «la policia se tomo en serio» algo que fue dicho «en broma». Ademas, si hubiera salido con frecuencia a horas tardias, el hecho habria sido conocido por las «nutridas fuerzas de la policia» que patrullaban el distrito.

Pentecostes habia sido frio y extemporaneo. El hijo de un millonario se habia matado en un tragico accidente de trafico cuando conducia su coche de doscientos caballos. Principes extranjeros habian llegado a Madrid para un bautizo real. Unos viticultores habian causado disturbios en Beziers, cuyo ayuntamiento habia sido saqueado e incendiado por campesinos. Pero no habia nada -no habia habido desde hacia anos- sobre la senorita Hickman, medico.

Sir Arthur se brindo a financiar cualquier querella por difamacion que George quisiera incoar contra el capitan Anson, el ministro del Interior o miembros del comite Gladstone, bien individual o colectivamente. George, aunque reiterando sus expresiones de gratitud, declino cortesmente el ofrecimiento. La reparacion obtenida se habia logrado gracias al compromiso, la labor ardua, la logica de sir Arthur y su amor a armar ruido. Pero George pensaba que el ruido no era la mejor solucion para todo. El calor no siempre produce luz y el ruido no siempre produce locomocion. El Daily Telegraph reclamaba una investigacion publica sobre todos los aspectos del caso; para George, era lo que correspondia hacer. El periodico tambien habia organizado una colecta en su ayuda.

Arthur, mientras tanto, continuaba su campana. Nadie habia aceptado su propuesta de demostrar «en media hora» que George Edalji no podia haber escrito las cartas: ni siquiera Gladstone, que publicamente habia afirmado lo contrario. Arthur, por tanto, se lo demostraria a Gladstone, al comite, a Anson, a Gurrin y a todos los lectores del Daily Telegraph. Dedico al asunto tres extensos articulos, con abundante ilustracion holografica. Demostro que era obvio que las cartas las habia escrito alguien «totalmente diferente» de Edalji, «un patan deslenguado, un chantajista», alguien que no conocia «ni la gramatica ni la decencia». Ademas se proclamaba desairado personalmente por el comite Gladstone, ya que en el informe «no hay una sola palabra que me induzca a pensar que han tenido en cuenta mi evidencia». Respecto a la vista de Edalji, el comite citaba la opinion de «un medico carcelario sin nombre» y despreciaba el dictamen, presentado por Arthur, de quince expertos, «entre ellos algunos de los mejores del pais». Lo unico que habian hecho los miembros del comite era sumarse a «la larga cola de policias, funcionarios y politicos» que debian una «disculpa muy abyecta» a «este hombre maltratado». Pero hasta que se expresara esta disculpa, hasta que se reparase la injusticia, «las pinceladas de cumplidos mutuos no conseguiran limpiarlos».

A lo largo de mayo y junio, hubo constantes preguntas en el Parlamento. Sir Gilbert Parker pregunto si existian precedentes de que no se hubiese pagado una indemnizacion a alguien injustamente condenado y posteriormente indultado. Gladstone: «No conozco ningun caso analogo». Ashley pregunto si el ministro del Interior consideraba que George Edalji era inocente. Gladstone: «No me parece una pregunta muy adecuada. Es cuestion de opinion». Pike Pease pregunto que reputacion habia tenido Edalji en la carcel. Gladstone: «Tenia buena reputacion». Mitchell-Thompson pidio al ministro del Interior que ordenara una nueva investigacion para estudiar el asunto de la letra. Gladstone denego la peticion. El capitan Graig solicito que se entregaran al Parlamento todas las notas tomadas durante el juicio para uso del tribunal. Gladstone denego la peticion. F. E. Smith pregunto si Edalji habria sido indemnizado si no hubieran existido dudas respecto a la autoria de las cartas. Gladstone: «Me temo que no puedo responder a esta pregunta». Ashley pregunto por que habian excarcelado a aquel hombre si su inocencia no habia sido completamente establecida. Gladstone: «Es una pregunta que en realidad no me incumbe. La liberacion fue consecuencia de una decision de mi antecesor que, sin embargo, apruebo». Harmood-Banner solicito detalles de agresiones similares contra ganado perpetradas mientras George Edalji estaba en la carcel. Gladstone respondio que habia habido tres en el vecindario de Great Wyrley: en septiembre y noviembre de 1903 y en marzo de 1904. F. E. Smith pregunto en cuantos casos, durante los ultimos veinte anos, se habian pagado indemnizaciones, tras demostrarse que una condena habia sido insatisfactoria, y que importes se habian pagado. Gladstone contesto que en los ultimos veinte anos habia habido doce casos y que en dos de ellos se habian abonado sumas cuantiosas: «En un caso se pagaron cinco mil libras y en el otro se dividieron mil seiscientas entre dos personas. En los diez casos restantes, las cifras oscilaron de 1 a 40 libras». Pike Pease pregunto si en todos aquellos casos se habia concedido el indulto. Gladstone: «No lo se seguro». El capitan Faber solicito que se publicaran todos los informes y comunicaciones de la policia enviados al Ministerio del Interior sobre el caso Edalji. Gladstone denego la peticion. Y, por ultimo, el 27 de junio, Vincent Kennedy pregunto: «?El trato que se esta dispensando a Edalji obedece a que no es ingles?». En el acta de la sesion constaba: «[No hubo respuesta]».

Arthur siguio recibiendo cartas anonimas y tarjetas insultantes, las primeras en toscos sobres amarillos, pegados con papel adhesivo. El matasellos era del noroeste de Londres, pero las arrugas de los documentos le indicaban que quiza los hubiesen transportado escondidos, o posiblemente en el bolsillo de alguien -un jefe de tren, por ejemplo-, desde los Midlands a Londres para franquearlos en la capital. Ofrecio una recompensa de veinte libras a quien le ayudase a descubrir al autor.

Arthur solicito nuevas entrevistas con el ministro del Interior y con el subsecretario, Blackwell. En el Daily Telegraph contaba que le habian recibido con «cortesia», pero tambien con una «antipatia helada». Ademas, tomaron «claro partido por los funcionarios cuestionados» y le hicieron sentirse rodeado de una «atmosfera hostil». No hubo un aumento de temperatura ni

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