llamaria cuando tuviera preparado al chico judio con el dinero. Se dieron la mano. Richard volvio a subirse a su Cadillac blanco reluciente y se puso en camino. Al rato, Polifrone comprobo la cinta. Habia funcionado.

Lo tenemos por los huevos, penso, y al poco rato entrego la grabadora Nagra al detective Paul Smith.

Quinta Parte

SUPERESTRELLA DEL HOMICIDIO

52

La calma que anuncia la tormenta

La Navidad estaba en el aire. Barbara Kuklinski habia preparado su lista de compras, se dedicaba a comprar regalos y a envolverlos. La mayoria de las casas de la calle de los Kuklinski ya tenian puestos los adornos navidenos. Barbara se sentia algo decaida, pero la perspectiva de la Navidad la animaba y la motivaba.

Richard hablaba con Remi varias veces al dia. Solia hacer esas llamadas con tarjetas telefonicas robadas. Creia, con razon, que tenia los telefonos intervenidos (por culpa de Kane) y tenia cuidado con lo que decia. Remi le repetia que era «inminente» un nuevo cheque. Richard dijo que saldria de viaje cuando Remi tuviera el cheque, que en esos momentos no queria estar perdiendo el tiempo en Zurich esperando el cheque. Richard hizo varios viajes a Jersey City y a Hoboken, su antiguo territorio, buscando a alguien que tuviera acceso al cianuro; no estaba teniendo suerte. Por entonces se planteo seriamente hacer desaparecer a Kane, sin mas, pero llego a la conclusion de que aquello seria peor que matarlo, pues los policias no descansarian hasta haber descubierto que habia sido de el. Tambien penso pinchar una rueda a Kane, matarlo de un golpe a la cabeza, meterle la cabeza bajo la rueda y sacar el gato del coche de una patada, aplastandole la cabeza de tal manera que fuera imposible determinar que lo habian matado de un golpe. Pero sabia que para hacer una cosa asi necesitaria mayor tranquilidad de la que podria tener en el aparcamiento del bar.

Barbara estaba preocupada por su marido. Este se habia vuelto cada vez mas distante. No era el mismo hombre de antes. Llevaba muchas semanas sin ponerse de mal humor ni alzar la voz. Cosa extrana.

Llego a la conclusion de que aquello era la calma que anuncia la tormenta. Se cocia algo; habia algo en el aire; pero ella no sabia de que se trataba. En vez de preocuparse, dedico su energia a los preparativos para la Navidad, ir de compras, comprar regalos… gastar dinero, uno de sus pasatiempos favoritos.

A instancias de Bob Carroll, Polifrone volvio a ponerse en contacto con Richard y le dijo que ya tenia preparado al comprador de cocaina; que todo estaba dispuesto y que el cianuro ya llegaba. Acordaron otra reunion en el area de servicio Lombardi.

Las reservas con que veia Richard a Polifrone estaban contrarrestadas por dos consideraciones: conseguiria el cianuro para matar a Pat Kane como es debido, quitaria de en medio a aquel chico judio rico, quedandose todo el dinero, y, por fin, se desharia de una vez por todas de Polifrone y de su feo peluquin. Todo encajaba perfectamente. Hasta cierto punto, el hecho de que Polifrone hubiera estado retraido, que no hubiera estado persiguiendo a Richard, hacia creer a este que bien podria conseguirle el cianuro y tener acceso a un chico rico que queria comprar cocaina; al fin y al cabo, la cocaina era la droga de moda. Casi todo el mundo la tomaba, hasta tipos de la Mafia, y toda la gente guapa y elegante.

Esta tercera reunion entre Richard y Polifrone tuvo lugar el 12 de diciembre. Habia nevado hacia algunos dias y el area de servicio estaba salpicada de monticulos de nieve sucia. Richard se presento a la hora acordada, las once de la manana.

– Escucha esto -le dijo Polifrone-. El chico judio me ha preguntado si le puedo pasar tres kilos. Yo le he dicho que si, claro. Ochenta y cinco mil, al contado. Viene el miercoles por la manana. Estara aqui hacia las nueve y media, joder. Y mira lo que hay. Recogere el cianuro esa manana, de mi contacto.

– Asi no me da tiempo. Necesito un par de dias para prepararlo -dijo Richard, y explico que tenia que hacer que un quimico mezclara el cianuro con un liquido especial, el DSMO. Eso tardaria dias. No se podia hacer con precipitacion.

Polifrone, que queria llevar la cosa adelante y hacer que detuvieran por fin a Richard, le propuso que dieran entonces al comprador de cocaina «un emparedado de huevo» y lo mataran asi. Le explico que al chico judio le encantaban los emparedados de huevo, que siempre los pedia.

– Pero ?comera el chico? -pregunto Richard.

– Si, no hay problema.

– Entonces funcionara.

– Garantizado. Sera un emparedado de huevo. Siempre que me veo con este chico pide un emparedado de huevo. Nosotros le daremos uno.

– Podemos hacer eso. ?Venden aqui emparedados de huevo? Ni siquiera se si los venden.

Polifrone resolvio esto diciendo que el llevaria el emparedado de huevo, ademas del frasco de cianuro.

Esto deberia haber disparado las alarmas mentales de Richard: dar al comprador de cocaina un emparedado de huevo que traeria el propio Polifrone… pero no las disparo. Al parecer, Richard aceptaba todo lo que le proponia Polifrone. En todo caso, nada de esto tenia importancia para el: pensaba que tanto Polifrone como el comprador de cocaina iban a morir. Era sencillo. Les pegaria sendos tiros en la cabeza con una 22 con silenciador, la misma arma que habia vendido a Polifrone hacia algunas semanas.

Aquella noche se celebro una nueva reunion en el puesto de mando de la fiscalia general. Los miembros del equipo de trabajo, sentados alrededor de la mesa grande, escuchaban la ultima cinta y discutian el modo de cerrar el caso. Todos sabian que iba a representarse el acto final de aquel drama. La cuestion era cual seria la manera mejor de detener finalmente a Richard. Bob Carroll propuso que trabajaran en un apartamento y que grabaran a Kuklinski dando al comprador de cocaina (el detective Paul Smith) el emparedado de huevo envenenado con cianuro.

A Smith no le gusto la idea en absoluto.

– ?Y si decide sacar una pistola y matarme sin mas… y a Dom tambien?

No le faltaba razon.

Por tanto, se decidio que el ultimo acto tendria lugar en el area de servicio Lombardi.

Polifrone se puso en contacto con Richard al dia siguiente. Se acordo que el trato se llevaria a cabo el miercoles, 17 de diciembre. El llevaria al comprador de cocaina a la zona de servicio Lombardi. Richard dijo que llevaria una furgoneta para poder hacer que el chico se metiera dentro. Polifrone dijo que se reuniria antes con Richard y le daria tres emparedados de huevo y un frasco de cianuro (que en realidad era un polvo blanco inofensivo), con el que Richard envenenaria el emparedado del comprador de cocaina como el considerara oportuno.

Para Richard, la cuestion del emparedado habia perdido toda

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