– Si haces dano a mi hijo, date por muerto -dijo a Richard en muchas ocasiones.

Segun dice Barbara ahora, si ella hubiera sabido con quien estaba hablando, habria hecho las maletas y habria puesto pies en polvorosa con sus hijos. Pero ella sabia que, se escondiera donde se escondiera, el la encontraria, jamas la dejaria marchar. Se inquieto tanto por Dwayne, que empezo a dejarlo en casa de su madre durante los fines de semana, para que «no corriera peligro», como decia ella.

El distribuidor de pornografia Paul Rothenberg, socio de Tony Argrila, estaba dando problemas. Rothenberg era un tipo descarado, insolente, pendenciero y cortante; era un hombre rechoncho con una nariz como una patata. Lo habian detenido en muchas ocasiones por hacer y distribuir pornografia. Esto no era ilegal de por si, pero Rothenberg forzaba los limites y vendia peliculas de zoofilia, peliculas en las que intervenian menores, peliculas de sadismo fuerte en las que corria la sangre, peliculas de «lluvias doradas», y lo detenian por distribuir este tipo de productos.

– Yo no las podria vender si la gente no quisiera verlas -solia decir; y seguia vendiendo estas producciones de hardeore extremo, perversas, que generaban grandes beneficios. Cuanto mas perversas y aberrantes eran, mas vendian; de hecho, se vendian como rosquillas en las tiendas a lo largo y ancho de los Estados Unidos.

Richard sentia resquemor hacia Rothenberg: lo culpaba de sus primeros problemas DeMeo, y esperaba el momento de vengarse. Richard creia en la venganza, con firmeza, con obsesion. Era incapaz de poner la otra mejilla. Esta idea no tenia nada que ver con el. Si alguien lo trataba mal, el no se sentia integro hasta haber hecho dano a esa persona.

El Departamento de Policia de Nueva York hizo una redada en el laboratorio cinematografico y confisco camiones enteros de pornografia, que el ahogado de Rothenberg valoro en un cuarto de millon de dolares. El Departamento de Policia sabia bien que el crimen organizado se habia apoderado del negocio de la pornografia, y tanto la Policia como el fiscal del distrito, Robert Morgenthau, estaban decididos a desmontar aquel negocio insidioso. Estaban seguros de que la familia Gambino estaba muy metida en el negocio (era cosa que sabia todo el Mundo en la calle), pero necesitaban pruebas, pruebas tangibles que pudieran presentar ante un tribunal. Era tarea dificil, pues seria preciso que alguien se atreviera a declarar en calidad de testigo.

La Policia confisco tambien los libros de contabilidad de Argrila y de Rothenberg, y encontraron cheques a nombre de Roy DeMeo, que los habria cobrado por medio del banco Credit Union de Brooklyn: se trataba de la primera vinculacion directa con la familia Gambino.

La Policia sospechaba que Roy tenia relaciones con el crimen organizado, pero no tenian pruebas. Los detectives empezaron a seguir a DeMeo por todas partes, aunque el solia conseguir darles esquinazo, << era astuto como un zorro el primer dia de la temporada de caza», segun conto hace poco un detective del Departamento de Policia de Nueva York.

Evidentemente, Roy sabia que si Argrila y Rothenberg colaboraban con la Policia, el tendria problemas; y no solo el, sino tambien Nino Gaggi: Gaggi habia estado presente el dia en que Roy habia impuesto su voluntad a Rothenberg. Roy sabia que tenia que proteger a Gaggi a todo trance: si a Gaggi lo detenian por aquel asunto, Roy se encontraria hundido en la mierda, era muy facil que tuvieran que matarlo. Nino Gaggi habia asesinado a gente por mucho menos.

DeMeo no creia que Tony Argrila hablara, pero no se fiaba de Rothenberg. Se puso en contacto con Rothenberg y lo invito a una buena cena en un restaurante italiano en Flatbush, para sondearlo, y la impresion que se llevo no le gusto. Roy, como mucha gente que habia salido de la calle y se habia criado en ella, tenia muy desarrollado el sentido del peligro, y percibia que Paul Rothenberg no era de fiar, que estaba resentido por el dinero que Roy le habia estado sacando; que le parecia que sus problemas con la justicia se estaban agravando de manera desproporcionada por sus tratos con Roy DeMeo. Roy, como amigo dispuesto a echar una mano, dio a Rothenberg unos cuantos miles de dolaes al contado para ayudarle a pagar a sus abogados y le dijo que, si le hacia falta mas dinero, podria contar con el. Para Rothenberg, no se trataba de una cuestion de dinero. Siempre habia guardado a Roy el resentimiento por la paliza que le habia dado y no sentia la menor amistad ni vinculacion hacia DeMeo.

– Es un puto desgraciado, y yo no voy a correr ningun riesgo por el - dijo a una de las chicas que trabajaban en el laboratorio. Cuando le preguntaron si sentia que corria peligro, dijo: «Se demasiado como para que alguien me haga dano».

Fue un grave error de juicio por su parte. Estas palabras no tardaron mucho en llegar a oidos de DeMeo.

La fiscalia del distrito de Rothenberg pidio al abogado de este que convenciera a su cliente para que contara como lo estaba extorsionando la Mafia. A la fiscalia del distrito le importaba un pito la pornografia que hacian y distribuian Rothenberg y Argrila; lo que les interesaba era la Mafia; alli era de donde salian los titulares de prensa, y a todos los fiscales de todas partes les gustan los titulares. Un claro ejemplo de ello seria el de Rudolph Giuliani, que fue fiscal general. Los periodistas que cubrian su guerra al crimen organizado, de la que se hizo tanta publicidad, solian comentar que «jamas veia una camara que no le gustara».

Se celebraron varias reuniones entre el abogado de Rothenberg, Herb Kassner y fiscales adjuntos. DeMeo, que tenia muchos contactos en el Departamento de Policia de Nueva York (policias corruptos que le vendian informacion) no tardo en enterarse de lo que se estaba cociendo. Convoco inmediatamente a Richard a una reunion en Brooklyn.

Cuando llego Richard, estaba alli Nino Gaggi en persona. Llevaba una camisa amarilla de mangas cortas y gafas grandes de aviador. Se hicieron las presentaciones. Lo que queria Roy, el asesinato de Rothenberg, no podia confiarselo a sus hombres. Rothenberg los conocia a todos, y Roy queria poner aquel encargo en manos de un profesional. Sus hombres eran muy habiles a la hora de matar y descuartizar en la trastienda del Gemini, pero Roy sabia que no podia confiarles un encargo que requeria delicadeza, una planificacion cuidadosa… discrecion.

Roy fue directamente al grano, como de costumbre.

– Este puto judio de Rothenberg esta dando problemas -dijo-. ?Te has enterado de lo que dijo, que sabia demasiado como para que pudiesemos hacerle dano? -pregunto con incredulidad.

– Me habia enterado -dijo Richard.

– Nuestro amigo aqui presente esta preocupado. Si podemos ganar algo, es gracias a el; si no nos molesta nadie, es gracias a el.

Richard asintio con la cabeza respetuosamente. lo habia entendido.

Gaggi tomo la palabra por primera vez.

– Cometi el error de dejar que me viera aquel kike [5]. Sabe quien soy. Es un problema. Ese mamon es capaz de meterme a la sombra.

Nino Gaggi tenia un miedo atroz a ir a la carcel. El se consideraba a si mismo un hombre de negocios, en cuyo negocio habia que robar y matar, pero la carcel no entraba nunca en sus calculos. La mayoria de los mafiosos saben y no olvidan nunca que la carcel forma parte inseparable de su terreno de actividad; pero Nino Gaggi no. El estaba por encima de aquello. La carcel no era para el.

– Yo me hare cargo de este problema -se ofrecio Richard. Ya sabia para que lo habian llamado a Brooklyn, y se daba cuenta de que era una buena oportunidad para entablar buenas relaciones con Gaggi y los Gambino-. Tendre mucho gusto en ir a verlo -anadio Richard.

– Bien -dijo Roy; e informo a Richard de donde vivia Paul Rothenberg, el coche que llevaba, hasta el numero de la matricula. No hacia falta decir nada mas. Ahora, ya todo era cuestion de tiempo.

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