Roy.
Y asi todos los dias durante casi una semana, Richard estaba en su puesto, llamaba a Brooklyn mientras el tipo hablaba por los codos y le decian que «todavia no». A Richard no le gustaban nada tantas dilaciones, pero estaba dispuesto a cenirse a los requisitos del trabajo. Llamaba a su casa varias veces al dia, se aseguraba de que todo marchaba bien, como buen padre y marido atento.
Por fin, a Richard le dieron luz verde. Aquel dia estaba lloviendo. Aparco la furgoneta en un lugar por donde sabia que pasaria a pie la victima, entreabrio la puerta lateral un par de dedos y se puso a esperar. Richard sabia que la victima habia transgredido la regla de oro: estaba repitiendo unos mismos movimientos todos los dias, facilitando mucho la tarea de Richard. En efecto, vio venir al hombre hacia la furgoneta, distraido.
Richard tomo la 22 y espero a que la victima estuviera en posicion; y cuando estuvo justo a tiro, apreto el gatillo. Una leve detonacion, y la bala alcanzo a la victima en la cabeza, un poco a la izquierda de la sien. Cayo alli mismo, con muerte cerebral antes de haber llegado al suelo mojado. Richard habla utilizado un proyectil calibre 22Magnum de cabeza hueca, que habia entrado en el craneo de la victima y habia rebotado de un lado a otro, haciendole papilla el cerebro al instante.
Richard se puso al volante y se dirigio al aeropuerto de Los Angeles, contento por haber rematado de una vez aquella tarea. No le habia gustado tener que rondar por ahi durante varios dias. Pero el era cazador y sabia que en la caza siempre era indispensable la paciencia.
Como siempre, Richard se deshizo del arma homicida camino del aeropuerto, y no tardo en embarcar en un vuelo de vuelta a Newark. Tomo un taxi hasta su casa y entro de buen humor. Le habian pagado treinta de los grandes por aquel trabajo. La Policia de Los Angeles no sabia nada de Richard y aquel asesinato no se relaciono con el.
Barbara estaba en la cocina preparando la cena; las ninas estaban poniendo la mesa; Dwayne leia un libro. Richard saludo a todos con sendos besos; sus hijos lo abrazaron y lo besaron.
– ?Que tal el viaje? -pregunto Barbara, que no tenia idea de lo que acababa de hacer Richard; solo sabia que habia ido a Los Angeles por «un asunto de negocios».
– Bien -dijo el. Nada mas.
Al rato, la familia se sento a cenar, rosbif con patatas, uno de los platos favoritos de Richard. Trincho la carne con cuidado, en lonchas bien medidas, ni demasiado finas ni demasiado gruesas. Las chicas hablaban de la escuela, Dwayne sobre el libro que estaba leyendo, y Richard, como de costumbre, simplemente escuchaba.
Merrick estudiaba en la prestigiosa Academia Devonshire, una escuela privada carisima. Chris estudiaba en la Holy Angel, escuela parroquial tambien cara. Asi lo queria Barbara, y asi tenia que ser. En general, Barbara no reparaba en gastos, y desde luego que no sabia los riesgos que corria Richard para ganar el dinero necesario para pagar las escuelas privadas y todos los demas gastos y accesorios necesarios para asistir a ellas.
Barbara habia descubierto pronto que el pequeno Dwayne era un nino superdotado, y ella no podia estar mas orgullosa de el. Tenia un cociente intelectual de 170 y le encantaba leer; preferia con mucho leer un libro a ver dibujos animados o a jugar con sus juguetes. Le encantaba la serie de los Libros de Oro; los termino enseguida y paso a los clasicos: El libro de la selva, La isla del tesoro, Historia de dos ciudades, Moby Dick, Oliver Twist. Los libros le fascinaban. Barbara solia encontrarselo escondido bajo las sabanas, en la cama, leyendo un libro con una linterna. La madre trataba a Dwayne como si fuera un principe, y no dejaba de repetir a Richard lo listo que era Dwayne, sin la menor malicia. No era mas que una madre orgullosa que se expresaba con efusion. Pero Richard no lo entendia asi. Si, Dwayne era hijo suyo; si, estaba encantado de que el chico fuera listo… pero no dejaba de ser un varon, y a Richard no le gustaba que otros varones le robaran la atencion de Barbara. Inevitablemente, Richard se puso celoso de Dwayne, y el mismo reconoce que trataba a su hijo menor, en general, con cierto desapego y distanciamiento.
Barbara no queria tener mas hijos con Richard. Ya le producia bastante aprension haber tenido tres hijos con el. Se hizo una ligadura de trompas para asegurarse de no volver a quedarse embarazada. Richard era un hombre muy sexual. Cuanto mayor se hacia, con mas frecuencia queria hacer el amor con Barbara; todos los dias… incluso dos veces al dia y mas. Ella no siempre atendia a sus propositos, cosa que a el lo irritaba inmediatamente, y se acostaba con ella lo quisiera o no. Asi era el por naturaleza. Asi se portaba el. Aquella era una fuente frecuente de roces entre ellos, porque Richard no estaba dispuesto a aceptar un «No tengo ganas». Si ella le decia «Me duele la cabeza», el respondia: «A lo que quiero hacer el amor no es a tu cabeza».
Hasta se ponia violento con Barbara si ella decia que no. Lo tomaba como un rechazo, cosa que el no toleraba a ningun nivel y por ningun motivo. A el no le importaba siquiera que ella tuviera la regla. Era irrelevante para el. Richard guardaba a Barbara una lealtad obsesiva, no iba nunca con otra mujer, ni pensaba en ello siquiera, segun dice, y por eso pensaba que tenia el derecho divino a poseer a su esposa siempre que le diera la gana. En general solia ser un amante delicado y considerado; no le hacia nunca dano al hacer el amor, ni queria atarla ni dominarla ni nada asi. En cuestiones de sexo era convencional, hasta algo puritano. Pero era ardoroso como un latin lover, y solia querer hacer el amor con Barbara.
Barbara habia aprendido a aceptar esto como todo lo demas, a verlo de la mejor manera posible. Pero Richard se preocupaba siempre de que tambien ella quedara satisfecha. En ese sentido era «muy considerado», segun revelo ella recientemente.
Por las presiones econoimicas a las que estaba sometido Richard, siempre estaba buscando modos nuevos de ganar mas dinero. Nunca tenian suficiente. Pero al correr la voz de la dedicacion de Richard, de su habilidad y su eficacia, fueron poniendose en contacto con el mas personas para encargarle golpes, y el dinero de sangre llegaba con regularidad. Aceptaba encargos por todo el pais; de hecho, por todo el mundo. Alli donde la Mafia tenia intereses, alli donde hacia negocios, habia conflictos, desacuerdos, traiciones, faltas de respeto a las esposas, a las novias, a las hijas, y habia personas que tenian que morir. Richard se encargaba de ello. Viajo a Wisconsin, Florida, las islas Hawai, Maryland, Carolina del Norte y del Sur, Georgia, Las Vegas, Misisipi, Chicago, Arizona, Los Angeles, San Francisco, Wyoming, Indiana… y mato a gente en todas partes. A algunos los dejaba en el sitio. Otros desaparecian para siempre… enterrados, aplastados en el maletero de un coche, arrojados a pozos sin fondo en Pensilvania, pasto de las ratas en el condado de Bucks.
Un hombre de Brooklyn debia a la familia Bonano 140.000 dolares. En vez de pagar, prefirio ir a hablar con los federales para que detuvieran a la gente a la que debia el dinero. Tenia un garaje. Convocaron alli a Richard. La gente a la que se debia el dinero ya estaba alli, esperandole. Querian ver como se hacia el trabajo; eran un capitan y cuatro asociados. Indicaron a Richard que podia actuar. Este derribo al tipo de un golpe y, con una pistola con silenciador, le disparo en los brazos, en los codos y en las rodillas, y despues en los genitales, alargando la muerte delante de sus clientes, para que estos lo vieran, lo supieran y lo disfrutaran. Despues de dispararle siete veces, Richard lo torturo con un cuchillo y, por fin, lo degollo. Todos quedaron satisfechos. Richard recibio veinticinco mil dolares. Le gustaba dejar satisfechos a sus clientes.
Un tipo de Tennessee debia dinero y no queria pagar. Los Gambino le habian entregado pornografia y el se burlaba de ellos, decia a sus amigos: «No pienso pagar; que los jodan». Enviaron a Richard a que le hiciera una visi ta. El hombre dio a Richard unos cheques que resultaron ser sin fondos. Richard lo tiro por una ventana, desde un octavo piso.
Un tipo grande y pesado, del que se creia que estaba hablando con la Policia, se subio a su coche y se puso en marcha, oyendo musica por el camino. Richard lo siguio en una moto. Llevaba una escopeta de caza recortada de dos canones, oculta en la chaqueta de cuero. La victima se detuvo en un semaforo. Se puso a encender un grueso puro; echo una mirada al motorista corpulento que se habia detenido a su lado.
No le dio mayor importancia. Al cabo de un momento, Richard saco la escopeta y disparo con los dos canones, sujetandola con su mano enorme y volando la cabeza por completo a la victima. El semaforo se puso verde. La moto se alejo despacio, sin prisas. No habia testigos; ninguna relacion con Richard.
Un hombre de origen asiatico, en Honolulu, tambien debia dinero, No pagaba. Ponia excusas. Se creia fuera del alcance de posibles represalias. Mandaron para alla a Richard. Sus