adolescentes se llamaba Vincent Governara. No sabia quien era Nino, que era capo de la familia Gambino, ni tampoco sabia Nino quien era Governara, un boxeador excelente, campeon de boxeo. Governara, joven, agil y musculoso, esquivo el martillo y dio a Nino un gancho de izquierda con el que lo noqueo y le rompio la nariz.
Nino no podia tolerar aquel insulto y juro matar a Governara.
Pronto corrio por todo Bensonhurst la voz de que Gaggi queria acabar con Governara, de que queria su sangre. A Vinnie Governara lo llamaban Vinnie el Lelo porque no tenia una gran capacidad mental, pero era un atleta de primera, gran jugador de fronton y de beisbol, ademas de campeon de boxeo. Parecia un Jerry Lewis a la italiana, con la boca grande. Vinne el Lelo era, ademas, un bailarin excelente. Las noches de musica latina iba a la sala Hollywood Terrace, en la avenida Dieciocho, y daba todo un recital. Era tan buen bailarin que la gente le hacia sitio en la pista de baile para verlo actuar. Vinnie tambien era un luchador lleno de sana, golpeaba a la gente con combinaciones rapidisimas. Jamas habia perdido una pelea callejera. Cuando Vinnie se entero de quien era el hombre al que habia pegado, se marcho de Brooklyn y se fue a Florida. Vinnie habia nacido y se habia criado en Bensonhurst y sabia bien el precio de derribar de un punetazo a un «hombre hecho»: la muerte.
Vinnie el Lelo acabaria por tener gran importancia para el ingreso definitivo de Roy DeMeo.
Governara volvio al barrio algunos meses despues de haber roto la nariz a Gaggi, y vieron su coche aparcado en la avenida Bath, unas pocas manzanas al sur de la calle Ochenta y Seis. Nino Gaggi encargo a su sobrino Dominick, veterano de la guerra de Vietnam que se habia entrenado para operaciones especiales, que dispusiera una granada de mano para que estallara cuando Governara abriera la puerta del coche. La granada la proporciono con mucho gusto Roy DeMeo.
Pero cuando Governara abrio la puerta del coche, haciendo saltar la anilla de la granada de mano, no cerro la puerta enseguida, y cuando estallo la granada, la mayor parte de la fuerza expansiva se escapo por la puerta abierta. A pesar de ello, la explosion rompio una pierna a Governara y lo arrojo hasta la otra acera de la avenida Bath, una arteria principal que atraviesa el corazon del territorio mafioso.
Huelga decir que Governara volvio a desaparecer de Bensonhurst. Se volvio a Florida y, prudentemente, paso una temporada sin aparecer por alli… pero no tanto como debia; y cuando regreso a Bensonhurst, vieron su coche en la esquina de la avenida Veinte y la calle Ochenta y Cinco; casualmente a solo dos manzanas del Hy Tulip, donde habia comenzado todo aquello.
Era el 12 de junio de 1976, el cumpleanos de Denise Montiglio, la esposa de Dominick. En casa de los Gaggi se celebraban siempre los cumpleanos por todo lo alto. Roy DeMeo estaba por alli, y regalo a Denise (una hermosa chica de barrio de origen italiano, de larga cabellera negra y una gran sonrisa encantadora) un reloj de pulsera con diamantes. Denise era sobrina politica de Nino, y Roy estaba dispuesto a hacer lo que hiciera falta por agradar a Nino, por congraciarse con Nino.
Cuando Nino se entero de que habian visto el coche de Vinnie Governara en la avenida Veinte, salio enseguida de la casa con su sobrino y con Roy DeMeo, abandonando la fiesta de cumpleanos, para ir a matar a Vinnie Governara por una ofensa, por una nariz rota, que este habia cometido hacia ya quince meses. El sobrino de Nino, Dominick, tenia el pelo negro, ojos oscuros, pomulos marcados. Habia intervenido en muchos combates en Vietnam, y tras volver de la guerra estaba callado y taciturno, parecia como si se cerniera sobre su cabeza un nubarron de tormenta.
Nino se puso un bigote postizo ridiculo, y los tres, Dominick, Roy y el, fueron hasta la avenida Veinte en el coche de Roy y se pusieron a esperar a Vinnie Governara. Era un sabado a media tarde. Habia mucha gente por la calle, de compras. Nada de aquello impediria a Nino Gaggi vengarse. Matar a un hombre a plena luz del dia, cerca de la calle Ochenta y Seis, era, en realidad, una empresa absurda y muy arriesgada; pero aquello no bastaba para disuadir a Nino. Estaba dispuesto a sacrificar todo lo que tenia con tal de desquitarse de Vinnie Governara, que no era mas que un joven que luchaba por abrirse camino en la vida con un buen par de punos.
Nino Gaggi no tuvo que esperar mucho. Vieron llegar a Governara, que se dirigia tan tranquilo a su coche, un viejo Plymouth. Nino y Roy se pusieron a su espalda. Governara los vio y echo a correr. Alli mismo, a plena luz del dia, Roy y Nino apuntaron a Governara, que huia, y lo abatieron con una rafaga de balas del 38. Dominick no disparo con la 22 que llevaba. Cuando corrian otra vez hacia el coche de Roy, algunos transeuntes empezaron a perseguirlos. Gaggi levanto su 38. Todos se tiraron al suelo. Los asesinos subieron rapidamente al coche de DeMeo, se pusieron en camino y consiguieron huir. Governara murio a consecuencia de sus heridas a los pocos dias, en el hospital de Coney Island.
Desde entonces, DeMeo pidio con mayor insistencia a Gaggi que hablara con Paul Castellano para que lo hicieran «hombre hecho». Gaggi prometio a Roy hablar con el; se encargaria de que a DeMeo lo «arreglaran» por fin, como decian ellos.
Aquel incidente entre Governara y Nino Gaggi solo afecto a Richard Kuklinski en el sentido de que conduciria por fin a que Roy DeMeo se convirtiera en «hombre hecho», lo que significaria que Richard ganaria mas dinero con el y que DeMeo pasaria mas contratos de asesinato a Richard.
El golpe siguiente que llevo a cabo Richard para DeMeo fue tambien en Los Angeles. La victima debia dinero a los mafiosos, no pagaba, parecia como si estuviera retando a los mafiosos a que hicieran algo. DeMeo aviso a Richard por el busca, se reunio con el en la casa de comidas proxima al puente Tappan Zee, encomendo el contrato a Richard, y este volvio a viajar a Los Angeles al dia siguiente.
La victima era muy desconfiada. Sabia que lo buscaban, y se movia con cautela. Richard paso dias enteros acechando ante su casa. El hombre vivia en un edificio de pisos de color rosa, en Sherman Oaks. Richard lo vio dos veces, pero no pudo hacer nada. Habia testigos. A Richard no le gustaba rondar tanto tiempo para hacer un trabajo. Las probabilidades de que algo saliera mal aumentaba a cada hora que pasaba. Frustrado, intento una cosa que habia visto en unos dibujos animados de Bugs Bunny. Fue directamente a la puerta de la casa de la victima y llamo. Veia luz por la mirilla y acerco un ojo. Cuando vio que la silueta oscura de la victima se acercaba y llegaba a la puerta, apoyo en la mirilla el canon de una 38, espero el momento y disparo, matando a la victima al instante de un tiro en un ojo.
Despues de un nuevo trabajo bien hecho, Richard fue a hacer una buena comida en Hollywood Oeste, se dio un largo paseo, durmio bien aquella noche, y al dia siguiente se volvio a reunirse con su familia.
El dinero seguia llegando en cantidad; pero, por mucho que ganara Richard, nunca parecia suficiente. Salia mas deprisa que entraba, segun conto hace poco.
Richard ya estaba llevando a cabo de cuatro a seis contratos al mes por termino medio. Era un hombre muy ocupado y aplicado; siempre trabajaba con un cuidado escrupuloso; siempre tenia exito. Hasta empezo a utilizar veneno para matar. Tambien volvio a darse otra vez al juego, cosa que no le sentaba nada bien. Es dificil romper con los viejos habitos.
35
Era la primavera de 1977, una estacion de renacimiento y de renovacion; habia terminado el crudo invierno de la Costa Este. Las hojas verdes y la hierba volvian a las calles tranquilas y arboladas de Bensonhurst, aquel barrio discreto donde se daba la mayor concentracion mundial de asesinos en serie. Los pajaros cantaban. Se abrian las flores. Brillaba el sol. Los chicos volvian a las calles y organizaban partidos bulliciosos de stickball con palos de escoba recortados, de «churro, media manga y manga entera» y de pidola. Las ninas jugaban a la comba. A excepcion de los enfrentamientos que se producian a veces entre gentes de la Mafia, Bensonhurst era un barrio seguro, un buen lugar para criar a los ninos, por donde se podian pasear sin inquietud las mujeres y las muchachas.
Gracias a la insistencia de Nino Gaggi, al flujo inagotable de hermosos