Hasta dio a Richard una cucharilla mi nuscula para medir las dosis adecuadas. Richard empezo comprando cianuro. Venia en un grueso frasco de cristal que llevaba el simbolo de la calavera y las dos tibias. Cuando Richard tuvo en la mano el frasquito mortal, este le produjo una impresion muy extrana. Le daba, como quiza fuera de esperar, una impresion de poder y de omnipotencia.

Se trataba, en efecto, de un combinado muy peligroso. Richard Kuklinski y cianuro.

La victima designada era un teniente de la familia Bonanno, un personaje paranoico, astuto; dificil de matar, porque sabia que andaban detras de el y siempre iba acompanado de dos guardaespaldas de aspecto fiero. Se llamaba Tony Scavelli. Lo llamaban el Elegante, porque siempre iba vestido de punta en blanco. Era todo un galan, tenia una novia muy hermosa a la que le gustaba ir a cenar a los mejores restaurantes y despues a algun club selecto, al Regine's, en Park Avenue, o al Xenon, en la calle Cuarenta y Cinco Oeste. Richard paso diez dias vigilando al Elegante, pero sin poder acercarse lo suficiente para pasar a la accion.

Richard decidio hacerlo en uno de los clubes, con veneno. Paul Hoffman le enseno a mezclar el cianuro con un liquido especial y a meterlo en una jeringuilla.

«Un pinchazo mortal», lo llamaba.

Utilizando una jeringuilla con la aguja mas fina e indetectable que pudo conseguir, Richard mezclo cuidadosamente el liquido y el cianuro hasta que todo el veneno quedo disuelto en el liquido por completo.

Llego a la conclusion del que el club Regine's era demasiado pequeno, no habia la multitud suficiente para que el pudiera acercarse a la victima sin llamar la atencion. Pero el Xenon era otra cosa. Era perfecto: lleno de gente, ruidoso, con luces de discoteca que se encendian y se apagaban. Para integrarse en el ambiente, Richard se puso un traje llamativo que el creia que le daba aspecto de gay.

Era un sabado por la noche. La victima, su novia y sus guardaespaldas cenaron en un restaurante frances muy popular llamado Un, Deux, Trois, y se dirigieron despues al Xenon. Richard, con un sombrero puntiagudo rojo, pantalones rosa, camiseta amarilla, un collar al cuello y zapatos con alzas, consiguio que lo dejaran entrar en el club, lo que ya era de suyo una hazana. El local estaba lleno de publico que bailaba, gente elegante y de categoria. La musica era estruendosa, los altavoces retumbaban, las luces de discoteca giraban locamente. Aquellas luces confundian a Richard. A el no le gustaban. Veia que la gente se metia cocaina sin recato. Richard consiguio encontrar al objetivo. Estaba bailando al borde de la pista, a la derecha.

Llevando el ritmo de la musica, sacudiendo por el camino su cuerpo enorme, Richard paso junto a la victima bailando, rozandolo, y al pasar le clavo la jeringuilla mientras se dirigia a la salida. La victima se derrumbo al cabo de un minuto y no tardo en morir. Todos creyeron que habia sufrido un ataque al corazon. En la autopsia realizada por el forense no se detecto siquiera el veneno.

Segun Richard, uno de los tipos del equipo que habia participado en la muerte de Jimmy Hoffa, llamado Sal Briguglio, se metio en algunos problemas con la ley, y corrio la voz de que intentaba aprovechar lo que sabia del asesinato de Hoffa para librarse de problemas. Por ello se desenterraron los restos de Hoffa, se metieron en el maletero de un coche que se redujo a chatarra compacta y se exporto a Japon. Richard recibio el encargo de matar a Briguglio. Con otro asesino de Nueva Jersey, Paulie Salerno, siguio a Sal hasta Little Italy. Cuando la victima caminaba por las cercanias de la calle Mott, Richard lo golpeo desde detras con un rompecabezas, lo derribo y le disparo muchos tiros con una 38 provista de silenciador, y despues se alejo a pie rapidamente. Se llamo a la Policia. Los detectives interrogaron a la gente del barrio. Nadie habia visto nada. Un nuevo asesinato relacionado con la Mafia en Little Italy… nada nuevo.

El veneno y Richard Kuklinski hacian tan buena pareja como la mantequilla de cacahuete y la gelatina: por primera vez en su vida, Richard compro libros y los estudio con cuidado, tratados de medicina sobre los venenos. Paso varias semanas leyendo y tomando apuntes, aprendiendo por su cuenta las sutilezas y los detalles del arte de matar a la gente con veneno. Aprendio acerca del cianuro, el acido prusico, el acido hidrocianhidrico, el cianuro de hidrogeno, la anilina y el acido cianhidrico y sus aplicaciones. Siempre que veia a Paul Hoffman le preguntaba cosas, y Hoffman respondia con mucho gusto a las preguntas de Richard y proporcionaba a este los venenos en cuestion. Naturaimente, cobraba a Richard precios exorbitantes, pero a Richard no le importaba; aquello no era mas que los costes de su negocio.

Richard era como un nino con un juguete nuevo; estaba deseoso por probar estos nuevos instrumentos de muerte. Dice que le encantaba la sutileza del veneno: no habia violencia, ni tiros, ni sangre, ni huesos rotos; que era incoloro e inodoro, pero tan mortal como un tiro en la cabeza, o puede que incluso mas.

Richard salio al mundo con frascos de veneno en el bolsillo para cumplir encargos de asesinatos. En muchos casos, Richard podia acercarse a la victima, invitarla a comer, a beber algo… y utilizar sus nuevos amigos, como llamaba a los venenos.

Se llamaba Billy Mana. Era un «hombre hecho» de la familia Genovese. Su jefe queria que lo mataran. Richard se puso en contacto con Mana, lo invito a tomar una copa diciendole que tenia un cargamento de abrigos de piel que queria vender. «Baratisimos. Tengo prisa por dar salida a la mercancia», le dijo.

Mana, como todos los mafiosos, tenia hambre de dinero, y se reunio a tomar una copa con Richard en un bar de Union City. Richard llevaba encima un frasco de cianuro del tamano de un dedo menique. Cuando Mana fue al servicio, Richard vertio el veneno en su bebida, rapida y discretamente, como si fuera un truco de magia. Mana volvio al poco rato y apuro su vaso. Richard, generoso, pidio otra ronda. Pero antes de que la hubieran servido, Mana se atraganto, se llevo las manos a la garganta mientras se le hinchaban los ojos, y a los pocos momentos se derrumbo.

– ?Un infarto! ?Llamen a un medico! -dijo en voz alta Richard; y al poco desaparecio, como si no hubiera estado alli nunca.

Richard, satisfecho, se volvio a su casa, con su familia, como Dracula cuando regresaba a su guarida. A lo largo de los meses siguientes, Richard utilizo el veneno para matar siempre que fue posible, en la comida, en las bebidas, en una pizza. Llego a convertirse en un verdadero experto en la aplicacion de sustancias mortales.

Naturalmente, aquello tuvo el efecto de fomentar todavia mas su reputacion como asesino a sueldo, y siguieron llegandole todavia mas contratos. Ya viajaba por todo el pais para asesinar a personas que la Mafia queria quitarse de en medio. Estaba dispuesto a ir a cualquier parte para hacer un trabajo. Estaba muy ocupado; demasiado ocupado. Sabia que aquello no podia durar siempre, pero le agradaba mucho el trabajo, el desafio, el rematar con exito un encargo. Aquello lo hacia sentirse como un dios, como una verdadera fuerza mortal. Richard se convirtio en la estrella mas brillante de la constelacion de los asesinos frios. Al difundirse la fama de Richard, la gente del hampa no queria tratarse con el, lo miraban con desconfianza y de reojo. Hasta el propio Roy DeMeo temia a Richard. DeMeo era una de las pocas personas del mundo que sabian lo peligroso y lo diabolico que era Richard de verdad. Cuando DeMeo tuvo una trifulca con John Gotti y su hermano Gene, pidio a Richard que asistiera a una reunion con ellos para servirle de guardaespaldas.

Los hermanos Gotti y su cuadrilla tambien tenian su fama de peligrosos y despiadados, dispuestos a matar primero y hacer las preguntas despues. Pero ni siquiera ellos querian tener nada que ver con DeMeo y la banda del Gemini. Es verdad que DeMeo y John Gotti pertenecian a una misma familia, pero habia tensiones entre ellos. Sin embargo, y como estaban en una misma familia, al menos en teoria, debian resolver las disputas y los desacuerdos hablando amistosamente, y no por medio del asesinato. Cuando DeMeo y John Gotti, dos hombres despiadados y soberbios, tuvieron un desacuerdo sobre el modo de repartir las mercancias robadas en el aeropuerto Kennedy, sobre quien se quedaba con que, se hizo preciso que celebraran una «sentada»; asi se llama en la Mafia el modo de resolver las disputas a base de razonar y conversar, en vez de por la violencia.

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