burdel especial para que lo atendieran cuatro mu jeres a la vez.

– ?Todas unas nenas preciosas, guapas como modelos, te lo juro! - exclamo DeMeo.

Richard rechazo la propuesta.

– Solo me acuesto con mi mujer -dijo. Y al cabo de poco rato salio camino de su casa. Richard se sentia en lo mas alto, como si tuviera al mundo cogido por los huevos. Sabia que ahora empezaria a ganar a base de bien.

Como de costumbre, Richard no volvio a su casa directamente. Hacia cambios de sentido, giros, salia de la carretera y esperaba para asegurarse de que no lo seguian. Todavia no estaba seguro de en que acabaria todo aquello. Suponia que todavia corria peligro si habia por alli algun tipo de traicion a la italiana. Seguia sospechando que DeMeo podia hacerlo matar. No se fiaba de DeMeo; no lo tenia por amigo. Richard considero que no tenia mas amigos que a Barbara y sus armas. No mentian nunca. No traicionaban nunca. Siempre estaban alli cuando a el le hacian falta, dispuestas a cumplir sus ordenes.

Richard no era consciente del resentimiento que habia ido acumulando Barbara contra el. Despues de cada uno de sus arrebatos, ella hacia todo lo posible por aparentar que todo habia pasado, pero no era asi. Cuando Richard llego a su casa, tomo a Barbara en sus brazos poderosos y le hizo el amor.

Al dia siguiente, la familia Kuklinski salio camino de Florida. Como siempre, se detuvieron por el camino para hacer un buen almuerzo. El hombre que acababa de quitar de la circulacion a Carmine Galante iba en su coche con su familia, camino de Florida, cantando con sus hijos una cancion de los Beatles, I Want to Hold Your Hand, sin la menor inquietud.

Se detuvieron en un buen hotel, los chicos jugaron en la piscina, cenaron bien y tranquilamente, y a la manana siguiente reemprendieron la marcha hacia Florida. Por el camino compraron fuegos artificiales en puesto de carretera: bengalas, cohetes y petardos para divertir a los ninos. Parecia que Richard estaba de buen humor, y Barbara estaba contenta, como tambien lo estaban Chris y Merrick.

Ni Richard ni Barbara se habian enterado para nada de lo que habia hecho Chris con aquel hombre en la furgoneta. Despues de aquello, y durante algun tiempo, Chris se habia sentido mala, sucia; lo que habia hecho la desazonaba. Pero todo aquello habia pasado ya. Ahora, aquello le hacia sentirse mas fuerte. Habia reafirmado su propia individualidad de la manera mas potente que habia tenido a su alcance, y se alegraba de haberlo hecho.

Cuando la familia llego a Florida, fueron directamente a la casa de Al Pedrici. Como siempre, Al se alegro mucho de ver a Barbara y a sus nietos.

Naturalmente, los chicos querian salir a pescar en la barca de Al, y el accedio con mucho gusto. Ya tenia preparada la barca, con gasolina, cebos para la pesca y refrescos a bordo. Como de costumbre, Barbara no quiso ir, y Richard y los chicos subieron a bordo y zarparon. Al comento a Richard la foto de Galante que habia visto en la primera plana de todos los periodicos de Florida. Richard aparento que la noticia lo habia sorprendido como al que mas.

Siguiendo las instrucciones de Barbara, Richard se puso la crema solar y se la aplico a Chris y a Merrick. Dwayne no necesitaba protector solar. Tenia la piel oscura de un chico del Mediterraneo y no se quemaba con el sol como su padre y sus hermanas. Empezaron a pescar pargos y peces globo enseguida. Tambien pico el anzuelo un marrajo pequeno, que Al dejo libre. Al ver el pequeno tiburon Richard se acordo por un instante de aquel violador al que habia torturado y matado en Miami. Richard no solia pensar casi nunca en las personas a las que asesinaba. Era casi como si aquellas cosas las hubiera hecho otra persona. En un sentido muy real, existian dos Richard. Aun ahora, despues de tantos anos, cuando Richard habla de las cosas que hizo, suele decir «Nosotros», habla de si mismo en plural. No suele decir «Yo».

Despues de pasar varios dias en casa de Al, cenando todas las noches en los mejores restaurantes, en los que Richard dejaba los billetes de cien dolares como si fueran servilletas de papel usadas, la familia fue a Disney World, y los chicos lo pasaron en grande. Alli era mas bien como un nino grande. Era como si estuviera recuperando la infancia que no habia tenido. Se montaba en todas las atracciones, con una sonrisa mas grande que las de los propios ninos. La familia paso seis dias en Disney World, y se volvieron despues a Nueva Jersey, alojandose en hoteles por el camino. Fueron unas buenas vacaciones. Richard no habia tenido ni un solo ataque de mal humor. Todos lo habian pasado de maravilla. Pero, a pesar de todo, daba gusto estar otra vez en casa. Hogar, dulce hogar.

El dia siguiente era domingo y la familia fue a la iglesia. Barbara lo exigia. Richard ejercia de sacristan en la iglesia, ayudando a hacer la colecta. No creia en absoluto en la Iglesia catolica ni en sus ensenanzas. Si iba y hacia de sacristan era para dar gusto a Barbara. Segun explico hace poco: La Iglesia estaba llena de mierda. Un punado de hijos de perra mentirosos, avariciosos, hipocritas. Yo me encontraba a sacerdotes que conocia en los espectaculos eroticos de la Quinta Avenida, en las tiendas donde vendia yo la pornografia.

Cuando el verano iba tocando a su fin y se acercaba el otono, Richard empezo a frecuentar mas a Robert Pronge. Le fascinaban aquellos metodos unicos que habia inventado, desarrollado y perfeccionado Pronge para matar personas. Pero cuanto mas conocia Richard a Pronge, mas creia que era un cabron retorcido, como dice el. Algo debia de tener para que el mismo lo llamara asi.

Pronge tenia que hacer un trabajo en Queens. Utilizo su furgoneta de helados de Mister Softee para observar la casa de la victima. Richard, interesado, fue con el a ver aquello. Pronge se detuvo delante mismo de la casa de la victima, e incluso llego a vender helados a sus hijos. Aquella misma noche, Pronge (todavia acompanado de Richard) volvio a la casa de la victima, abrio su coche con una llave maestra que tenia y puso una granada de fragmentacion bajo el asiento del conductor.

A la manana siguiente, desde el coche de Pronge esta vez, Pronge y Richard vieron que la victima subia a su coche y se ponia en camino. Lo siguieron. Pronge llevaba en la mano el mando a distancia. Tuvo muchas oportunidades adecuadas para activarlo, pero esperaba. Estaba claro que disfrutaba jugando con la vida de la victima, cosa que inquietaba a Richard. Parecia que le gustaba demasiado controlar cuando y como moria el hombre. Richard le repetia que lo hiciera de una vez; el no pretendia mas que ver como funcionaba la granada y acabar con aquel asunto; pero Pronge seguia alargandolo, como si aquello fuera un buen acto sexual que debia durar lo mas posible. Richard empezo a dudar de la cordura de Pronge.

Por fin, despues de seguir a la victima de un lado a otro durante dos horas, Pronge activo la granada de mano, y vaya si funciono. No solo malo a la victima, sino que le volo la mitad inferior del cuerpo. Richard se quedo impresionado. Compro a Pronge cuatro granadas con mando a distancia.

La Policia no tenia la menor idea de quien habia puesto la bomba a aquel hombre ni por que. Naturalmente, Pronge no tenia ninguna relacion con la victima.

Richard, a su vez, invito a Pronge a que lo acompanara a hacer un trabajo. Juntos secuestraron a la victima en un aparcamiento utilizando el rifle de dardos tranquilizantes de Richard. En aquella ocasion se habia encargado que la victima sufriera, que fuera torturada, y Richard se llevo al hombre a las cuevas del condado de Bucks, y Pronge vio como preparaba Richard a la victima para las ratas, como montaba la camara, las luces, el sensor de movimiento.

A Pronge aquello le parecia estupendo, la idea mas genial desde la invencion de la rueda.

– ?Excelente, joder! -exclamaba.

Cuando Pronge y Richard regresaron al dia siguiente, Pronge puso unos ojos como platos, y no dejaba de alabar la «idea genial» de Richard, como la llamaba el: las ratas se habian comido vivo al hombre, y Richard lo habia grabado en cinta. Pronge vio la cinta con admiracion, sin dejar de felicitar a Richard por su gran idea.

En otro encargo de Pronge, la victima no salia nunca de su apartamento. Pronge pregunto a Richard que haria el en su lugar. Richard le sugirio que llamara a la puerta del hombre y le pegara un tiro con una 357 cuando lo viera acercarse por la mirilla. Pronge lo probo, y funciono como

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