durisimo y malintencionado, de pelo negro azabache y ojos azules claros, uno de los tipos mas duros de Todo Brooklyn, que ya es decir. A Gerald Pappa lo llamaban Pappa Oso por su fuerza fuera de lo comun. Como Gravano, acabaria por ingresar en una de las cinco familias del crimen Organizado de Nueva York, en el clan Gigante, mientras que Sammy fue «hecho» por los Gambino. Sammy Gravano y Pappa estuvieron muy unidos cuando eran adolescentes. Gravano acabaria por llamar a su unico hijo Gerald, en homenaje a Pappa.
Gravano tenia la mala costumbre de matar a sus amigos y a sus socios; asesino a su propio cunado, Eddie Garofalo. Tenia fama de ser un canalla traidor y avaricioso, de corazon negro. Si Gravano te llamaba para invitarte a cenar, a tomar una copa tranquilamente, un cafe, mas te valia poner tierra de por medio en seguida.
Mas adelante, John Gotti llego a apreciar a Gravano, y lo ascenderia hasta hacerlo jefe de la familia Gambino (error fatal) despues de que los dos conspiraran juntos y consiguieran hacer matar a Paul Castellano el 15 de diciembre de 1985 delante del asador de Sparks. Richard Kuklinski conocia a Gravano; se habian visto en restaurantes y en casa de Roy a lo largo de los anos.
Segun Richard, una vez que Gravano tenia «un encargo especial», matar a un policia, se puso en contacto con DeMeo, y DeMeo le recomendo a Richard, diciendo que respondia de el. DeMeo no queria saber nada de matar a un policia, aunque se tratara de un policia corrupto. Se mirara como se mirara, aquello no podia traer mas que problemas, y DeMeo lo sabia. Se trataba de Peter Calabro.
DeMeo aviso a Richard de que Gravano lo llamaria, y se acordo una reunion en una casa de comidas junto al puente George Washington, en la orilla del lado de Nueva Jersey. Gravano llego con un conductor. Mientras Richard y Gravano hablaban, paseando, el coche de Gravano los seguia despacio. Gravano fue al grano.
– Hace mucho tiempo que oigo decir cosas buenas de ti, Rich. Tengo un trabajo especial que quiero que hagas tu. Corre bastante prisa.
– Estoy disponible -dijo Richard.
– El tipo vive en Nueva Jersey. Tengo su direccion y una foto suya para dartelas; hasta el arma, una escopeta. ?Te parece bien? -dijo Gravano, sin decir nada de que la victima fuera policia.
– Claro. Son armas engorrosas, pero dan resultado.
– De acuerdo. Esto te valdra veinticinco de los grandes.
– Me parece bien.
– ?Donde tienes el coche?
– Aqui mismo, al final de la cuesta.
– Te lo doy todo ahora mismo, ?de acuerdo?
– Claro.
Richard lo acompano hasta su coche aparcado. Gravano hizo que su conductor abriera el maletero del suyo. Dentro habia una bolsa de lona verde, parecida a un macuto militar pequeno. Gravano la abrio. Dentro estaba la escopeta, un walkie-talkie y una foto de la victima, que era un hombre de pelo negro, de buen aspecto, con cara ovalada. Gravano siguio sin decir nada de que se tratara de un detective de la division de vehiculos robados de Brooklyn. Aquel policia llevaba anos trabajando con la familia Gambrino, prestandoles diversos servicios que habian conducido a varios asesinatos. DeMeo habia asesinado a la esposa misma de Calabro, Carmella, por encargo suyo. Calabro andaba metido en lios, y tanto Gravano como DeMeo temian que se volviera contra ellos. Tenia que desaparecer.
– Te pagare cuando este hecho el trabajo, ?de acuerdo? -dijo Gravano.
– Claro. Ya nos conocemos, no hay problema -dijo Richard, y la cosa quedo acordada.
Peter Calabro vivia con su hija menor, Melissa, y con otro detective, John Dougherty, que tambien era viudo, en una casa sencilla, de una planta, en Saddle River, Nueva Jersey, en una zona apartada, de bosque. Richard observo la casa pero decidio no realizar alli el asesinato. Vio a la hija de Calabro con otras ninas y opto por ejecutar el golpe en la carretera donde estaba la casa, una via estrecha y de poco trafico donde habia pocas casas.
El plan consistia en que a Calabro lo seguirian desde su trabajo, y cuando se estuviera acercando a su casa se lo comunicarian a Richard por el walkie-talkie. Calabro sabia que estaba marcado, habia recibido amenazas de muerte, y aquella tarde, al volver a su casa desde Brooklyn, siguio una ruta alternativa por carreteras secundarias, en vez de viajar por la Ruta 17. Pero, a pesar de todo, lo siguieron, y Richard se entero de cuando y por donde llegaba. Era el 14 de marzo de 1980, una noche fria en la que nevaba con fuerza.
Richard aparco su furgoneta en la carretera cubierta de nieve, puso los intermitentes de emergencia, tomo la escopeta, se agazapo delante de la furgoneta y espero el momento oportuno. Richard vio llegar el coche, con los faros encendidos, cuya luz se reflejaba en la nieve. Habia aparcado la furgoneta de tal modo que Calabro tuvo que reducir la velocidad. Richard levanto el arma y, en el momento oportuno, cuando Calabro estaba a su altura, disparo con los dos canones de la escopeta del doce de acero pavonado, acertando a Calabro en la cabeza con las descargas de postas.
Richard se volvio tranquilamente a su furgoneta y se marcho, sin saber todavia que acababa de matar a un policia.
Por el camino de vuelta a Dumont, Richard echo la escopeta a un rio, cerca de su casa, y volvio con su familia. Era un viernes por la noche. Sus hijas, Chris y Merrick, estaban en el cuarto de estar con unos amigos. Barbara estaba dormida. Richard se hizo un emparedado de mantequilla de cacahuete con gelatina y se fue a acostar.
El sabado, a las 2.15 de la madrugada, un equipo de quitanieves que despejaba la carretera encontro el coche de Calabro. Aquella manana, Richard tuvo la primera noticia de que el hombre que habia matado era un detective del Departamento de Policia de Nueva York, con medallas. A Richard le daba igual haber matado a un poli, pero habria sido mejor que Gravano se lo hubiera advertido, eso hubiera sido lo correcto. En cualquier caso, Gravano llamo a Richard dias mas tarde y acordo el modo de entregar a Richard los veinticinco mil dolares.
Todo habia terminado… de momento.
Pero en los anos sucesivos, este asesinato cobraria vida propia y volveria a perseguir no solo a Sammy Gravano, sino al Departamento de Justicia de los Estados Unidos.
El accidente sucedio el 18 de marzo de aquel mismo ano. El hijo menor de John Gotti, Frank, tomo prestado el ciclomotor de un amigo, salio a toda velocidad a la calle donde vivian los Gotti y lo atropello y lo mato un coche que conducia un tal John Favara.
Favara deberia haberse marchado de la ciudad inmediatamente, desde luego, pero lo que hizo fue seguir moviendose por el barrio con su coche, enfureciendo a la senora Gotti y a su marido John. Tambien deberia haber visitado a los Gotti para presentar sus disculpas a la familia y decirles cuanto lo sentia. Tampoco hizo esto. Tenia los dias contados. Ya era bien sabido que Richard hacia «trabajos especiales», y aquel mes de julio Gravano le pregunto si le interesaria aplicar sus talentos especiales al hombre que habia matado al hijo de John Gotti. Richard conocia todo lo sucedido.
– Claro, con mucho gusto -dijo.
El 28 de julio, Richard se reunio con otros hombres, uno de los cuales era Gene Gotti. Fueron en una furgoneta a donde trabajaba Favara y lo secuestraron cuando iba a subirse a su coche, el mismo coche con el que habia atropellado al joven Frank Gotti. Lo llevaron a un desguace de automoviles en Nueva York Este. Alli, Gene Gotti y los demas golpearon a Favara hasta dejarlo hecho una masa sanguinolenta, le saltaron los dientes, le saltaron un ojo. Despues, lo dejaron en manos de Richard, que lo ato, le arranco la ropa y lo torturo con bengalas de emergencia, con las que le quemo los genitales. Despues metio la bengala encendida a Favara por el ano. Todos los demas, en corro, contemplaban sus sufrimientos terribles, aunque no terminaba de morir. Despues, Gene Gotti golpeo sin piedad a Favara con una caneria hasta matarlo. Acto seguido, metieron a Favara en un bidon de doscientos litros.