Cuarta Parte

EL PROYECTO MANHATTAN

41

El Llanero Solitario

Entre las muchas actividades criminales en las que participaba Richard, dirigia tambien una cuadrilla de ladrones de casas. Los miembros de la cuadrilla eran Al Rinke, Gary Smith, Danny Deppner y Percy House. Richard habia ido conociendolos a lo largo de los anos en la tienda de Phil Solimene. Entraban en casas de toda Nueva Jersey y robaban todos los objetos de valor que pudieran llevarse. Una buena parte de lo robado lo vendia Phil Solimene, repartiendo los beneficios con la banda. Hasta se llevaban los coches de los garajes de las casas. Richard era tanto el cerebro como el musculo de la cuadrilla, y tambien era el que imponia disciplina: se cercioraba de que nadie hablara ni hiciera nada que comprometiera a la banda o, peor todavia, a el mismo.

El capataz era Percy House. Era un hombre bajito, rechoncho, brusco, que siempre daba la impresion de ir sin lavar y sin afeitar… un sujeto verdaderamente desagradable. Gary Smith era alto, desgarbado, y llevaba unas gafas gruesas de plastico negro, barba al estilo de Abraham Lincoln, y tenia labio leporino. Danny Deppner tambien era alto y delgado, ancho de hombros y fuerte, con cabellera negra e indomita que siempre parecia revuelta por el viento. Al Rinke era pequeno y fragil y parecia un raton. Ninguno de ellos tenia siquiera estudios secundarios, y no eran muy listos, pero obedecian bastante bien las ordenes y, en general, hacian lo que les decia Richard. Todos tenian un miedo mortal a Richard. Por entonces, Richard se habia ganado una reputacion merecida de hombre peligroso, de asesino frio, y era un depredador que ocupaba el lugar mas alto en la piramide alimenticia del mundo criminal. Lo que decia, valia. Era el jefe. El juez supremo. Dios.

En aquel mundo imperaba la ley del mas fuerte.

Richard siempre habia querido tener su propia banda, al estilo de las familias de la Mafia. Tambien a el le habria gustado ingresar en una familia mafiosa; pero sabia que era imposible, porque no era italiano, de modo que en cierto modo se dedicaba a desarrollar su propio imperio criminal, a su manera. El problema era que aquellos tipos eran indisciplinados y cortos de entendederas. A la larga, se convertirian en el punto flaco del camuflaje que hacia invisible a Richard, poniendo fin a su increible buena suerte.

Louis Masgay tenia un bazar en Forty Fort, en Pensilvania. Compraba a Phil Solimene mucho material que vendia en su tienda. Tambien acudia los fines de semana por la noche a las partidas de cartas en la tienda de Solimene. Masgay habia comprado a Solimene y a Richard cintas virgenes de video robadas. Queria mas, y no dejaba de insistir a Richard: «?Cuando tendreis mas? Me llevo todas las que tengais… pago al contado… sin hacer preguntas».

La cosa siguio asi durante meses. Masgay empezaba a fastidiar a Richard, que procuraba darle esquinazo. Pero Masgay seguia apareciendo por la tienda de Solimene, pidiendo un buen cargamento de cintas virgenes, diciendo que tenia «dinero al contado».

Por fin, el primer dia de julio de 1981, Masgay se paso por la tienda de Solimene a ultima hora. Solimene le dijo que acababa de llegar un nuevo cargamento de cintas robadas. Masgay se alegro mucho. Solimene le pregunto si tenia el dinero al contado. Louis Masgay, que se fiaba de Solimene, le dijo que si, que el dinero estaba escondido dentro de la puerta de su furgoneta. Solimene, al oir esto, tomo el telefono y llamo a Richard (era de las pocas personas que tenian el numero de telefono de casa de Richard) y le dijo lo que habia. Richard dijo que llegaria alli dentro de una hora. Masgay se alegro.

Richard entro en la tienda al cabo de una hora. Llevaba en el bolsillo una pistola del 22 con silenciador. La tienda ya estaba cerrada.

– ?Donde esta? -pregunto Richard.

– En el bano -dijo Solimene.

Richard se dirigio tranquilamente al bano, sacando por el camino la pistola del 22. Sin decir palabra, abrio bruscamente la puerta del bano. Masgay, sorprendido, estaba sentado en el retrete. Richard levanto la pistola y le pego un tiro en la frente, por encima del ojo izquierdo, y un segundo tiro en plena frente, que lo dejo muerto al instante.

– Espero que no te moleste que lo haya hecho aqui mismo -dijo Richard.

– Aunque me molestara, ya no tendria remedio -dijo Solimene. Richard confiaba en Phil Solimene. Habian hecho juntos muchas cosas ilegales a lo largo de los anos sin que hubiera habido problemas nunca. Richard tenia a Solimene por amigo; era, quiza, el unico amigo que habia tenido en su vida.

Metieron a Louis Masgay en una bolsa grande de plastico negro, fueron a la furgoneta de Masgay, desmontaron por dentro la puerta y encontraron alli un bonito fajo de billetes sujetos con dos gomas elasticas. Contaron el dinero en la tienda; habia noventa mil dolares. Richard y Solimene se repartieron el dinero a partes iguales. Richard metio a Masgay en su furgoneta y se llevo el cadaver al almacen que tenia en North Bergen. Al fondo del local habia un hoyo, un antiguo pozo del que brotaba un manantial de agua fria como el hielo.

Entre Robert Pronge y Richard habian congelado una vez a un hombre al que habia matado Pronge, y habian guardado el cuerpo en un congelador para carne. La esposa de aquel hombre se habia puesto en contacto con Pronge y le habia pedido que matara a su marido para que ella pudiera cobrar el dinero del seguro. Para que aquello saliera bien, tenia que parecer que el hombre habia muerto en fecha posterior a la fecha efectiva del asesinato, para que a la mujer le diera tiempo de preparar la poliza de seguro.

Pronge mato al hombre con su espray de cianuro en presencia de Richard; lo guardaron congelado durante varios meses, y por ultimo lo dejaron en un lugar visible. La viuda cobro, en efecto, el seguro de vida, que repartio con Richard y con Pronge.

Richard se estaba preguntando si el agua casi congelada del pozo serviria para retardar el proceso de descomposicion de un cadaver. Solimene le habia dicho que la familia de Richard Masgay sabia que este habia ido a visitarlo, y Richard pensaba congelar a Masgay para dejarlo en un lugar visible meses mas tarde. Richard llevo el cadaver de Masgay al pozo y lo echo dentro, le puso encima un neumatico, despues una tabla de madera contrachapada, y vertio por fin algo de cemento sobre la madera, cegando casi por completo el hoyo. Se volvio a la tienda de Solimene, y este siguio a Richard, que llevo la furgoneta de Masgay a la carretera de peaje y la dejo al borde de la carretera, a la vista de todo el mundo. Richard se subio al coche de Solimene y los dos se volvieron de nuevo a la tienda.

Otro trabajo bien hecho, al parecer. Solimene y Richard se abrazaron y se dieron la mano, y Richard se volvio a Dumont con cuarenta y cinco mil dolares en el bolsillo, asegurandose de que no lo seguia nadie por el camino, escuchando musica country.

Pero Phil Solimene tenia la boca muy grande. Varias semanas despues del asesinato, conto a Percy House lo que habian hecho a Masgay, y le conto tambien que Richard habia matado a George Malliband. Solimene debia dinero a House y este le estaba apretando los tornillos, y Solimene, a su vez,

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