preocupado, y quiero que tu estes…

– ?Que este como, Patrick?

– En guardia… alerta -dijo el-. Ten los ojos abiertos.

– ?Y los ninos, Patrick? Ese hombre… ya sabes, ?les haria dano? -le pregunto ella.

– Terry, solo quiero que tengas los ojos abiertos, nada mas. No; no haria dano a los ninos -dijo Kane; aunque, en realidad, no sabia lo que podia hacer Richard, de lo que era capaz.

El novio de Merrick Kuklinski, Richie Peterson, empezaba a maltratarla. Empezo por dar empujones a Merrick; despues, llego a pegarle y a romper cosas. A pesar de lo mucho que Merrick queria a Peterson, juro que no iba a entrar en una relacion de pareja con malos tratos como la que habia tenido que sufrir su madre. Por tanto, puso fin a toda relacion sentimental y a todo trato con Peterson, irrevocablemente y sin disculparse. Este se quedo descorazonado, hundido. Perseguia a Merrick, le suplicaba que se lo pensara, le prometia que cambiaria; pero ella no quiso atender a sus suplicas.

Si Merrick hubiera contado a su padre que Richard Peterson la habia maltratado, Richard lo habria matado y lo habria echado a las ratas. Pero Merrick se callaba los malos tratos, y Richard seguia tratando bien a Peterson. Lo trataba con una confianza fuera de lo comun por parte de Richard. Peterson era joven, no estaba fuera de la ley, y llevaba mucho tiempo saliendo con Merrick. Para Richard, Peterson era como un hijo adoptivo. Pero aquella familiaridad acabaria por volverse en contra de Richard.

Chris Kuklinski seguia reafirmando su individualidad a base de relacionarse con muchos amigos masculinos. A veces tenia relaciones con ellos en furgonetas aparcadas delante de la casa, estando Richard en casa; otras veces llevaba a chicos a su dormitorio de la planta baja, mientras Richard veia la television en el primer piso.

Chris conocia bien el mal genio de su padre, por supuesto, pero no sabia nada de la doble vida de este. No tenia idea de que al hacer aquellas cosas estaba provocando una situacion que podia ser muy delicada y peligrosa. Si Richard la hubiera encontrado haciendo esas cosas, se habria vuelto loco, y al chico que estuviera con ella lo habria mandado al hospital o, peor aun, a la tumba. La tragedia podia producirse en cualquier momento.

Pat Kane intento seguir a Richard varias veces, pero aquello resulto ser muy dificil. La costumbre de Richard de hacer cambios de sentido y giros repentinos, de detenerse al borde de la carretera y pasar un rato esperando, hacia que resultara casi imposible seguirlo. Kane tambien penso en visitar la tienda de Phil Solimene, en Paterson, para ver de que podia enterarse; pero por una serie de circunstancias fortuitas Solimene conocia a Pat Kane y sabia que era policia, de modo que lo reconoceria en cuanto entrara.

Kane llego a considerar que Solimene era un posible punto flaco, un medio que podia servir para demostrar algo contra Richard, pero la cuestion era ?como? En realidad, Solimene era un verdadero forajido con el alma negra y que sabia muy bien lo peligroso que era Richard, y tendria que encontrarse muy apurado para traicionar a Richard o para ayudar a la Policia de alguna manera.

Pero aquello acabaria por cambiar con el tiempo.

Kane, tenaz por naturaleza, se dedico a continuacion a estudiar los datos telefonicos de Kuklinski, y descubrio al poco tiempo que tenia cuatro lineas telefonicas diferentes y que pagaba facturas de telefono enormes, de varios miles de dolares al mes.

Al estudiar con mayor detenimiento las llamadas de Richard, Kane advirtio que este habia estado llamando por telefono al numero de Louis Masgay, pero habia dejado de llamarlo precisamente a partir del dia de la desaparicion de este.

– Interesante -observo el teniente Leck cuando Kane se lo comento-. Sobre todo, si tenemos en cuenta que Kuklinski nego conocer siquiera a Masgay.

Aunque aquello resultaba francamente sugestivo, tampoco demostraba de ningun modo que Kuklinski hubiera matado a Louis Masgay, aunque desde luego que apuntaba en dicho sentido. Kane siguio comprobando los centenares de numeros de telefono a los que se habia llamado desde la casa de los Kuklinski. Revisar todos aquellos numeros sin relacion aparente entre si era un trabajo monotono y agotador; pero de pronto, fue como si uno de los numeros saltara del papel a la cara de Pat Kane.

– ?Bingo! -exclamo este; y entro corriendo en el despacho del teniente Leck-. Ya lo tenemos -anuncio.

– ?Que hay? -pregunto Leck.

Richard seguia trabajando como de costumbre. Aceptaba contratos para realizar asesinatos por todo el pais. Compraba y vendia mercancias robadas, drogas y armas de fuego; distribuia pornografia de un extremo a otro de los Estados Unidos. Por entonces alquilo unas oficinas en Emerson y puso en marcha una nueva empresa a la que dio el nombre de Sunset Inc. Se servia de la empresa para comprar y vender partidas de articulos con defectos y para vender articulos falsificados, ropa vaquera y jerseis, bolsos, incluso perfumes. Richard hacia coser etiquetas falsas a las prendas y las vendia como autenticas. Los mayoristas que vendian en todos los mercadillos del pais se las llevaban a manos llenas. Richard no llevaba nunca a su casa la pornografia que distribuia. Barbara no habria consentido una cosa asi. Pero de cuando en cuando si guardaba de un dia para otro en el garaje de la casa partidas de peliculas X envueltas en plastico. El hijo de Richard, Dwayne, encontro una vez uno de estos cargamentos y se quedo atonito al ver aquellas cajas con las caratulas llenas de fotos pornograficas procaces. Era un espectaculo excitante para cualquier chico adolescente normal.

Dwayne no se habia sentido nunca unido a su padre. Aunque Barbara y sus hermanas hacian todo lo posible por ocultar la verdad a Dwayne, este sabia que Richard pegaba a su madre, que destrozaba los muebles, que rompia cosas. Dwayne suponia que su padre acabaria por descargar su ira en el, tarde o temprano. El estaba dispuesto a defender a su madre aunque le costara la vida, y solia pensar en ello, en que un dia intentaria impedir que su padre maltratara a su madre y el mismo se convertiria en blanco de la agresion. Dwayne seguia procurando tener armas al alcance de la mano para poder defenderse, para eslar pro parado, dispuesto para la accion, si llegaba el momento de tener que defender a su madre de Richard.

Pero Dwayne no tenia idea de lo peligroso, de lo francamente mortifero que era Richard, y por muchos preparativos que hiciera, jamas tendria ninguna posibilidad de sobrevivir si entablaba combate con su padre.

Richard hacia todo lo que podia por agradar a su hijo. Intentaba ser un buen padre. Compraba constantemente regalos para Dwayne, que solian consistir en armas de diversos tipos: una espada, cuchillos de todas clases, pistolas de aire comprimido, una ballesta. No se trataba de una ballesta cualquiera, sino de una de superlujo con la que se podria haber abatido a un oso, con flechas con punta de caza, afiladas como hojas de afeitar y hechas para matar, para atravesar facilmente la carne y los musculos y romper los huesos. A Dwayne no le interesaba ninguna de aquellas armas, rara vez usaba la ballesta, pero si llego a pensar en usarla contra su padre, en matarlo con ella, de hecho, para proteger a su madre. Dwayne estaba muy unido a Barbara, pero tampoco era ni mucho menos un nino de mama. Le encantaban los deportes y la accion, levantaba pesas y tenia el cuerpo esbelto y musculoso. La gran pasion de Dwayne era la lucha libre, y brillaba en este deporte, en el que ganaba casi todos los combates. Toda su familia, Richard incluido, acudia a ver sus combates de lucha libre, y lo animaban con desenfreno. La asistencia de Richard a los combates de Dwayne era una de las pocas cosas en las que a Dwayne le gustaba que participara su padre. Richard no lo llevaba a ver partidos de beisbol, de futbol ni de futbol americano; no iba con el de pesca ni hacia nunca las cosas que suelen hacer juntos los padres con los hijos. Pero a Dwayne si que le gustaba que su padre acudiera a ver sus encuentros de lucha libre y lo animara.

Parecia que a Richard le sentaba bien la vida familiar. Le gustaba mucho estar en su casa, con su familia, haciendo barbacoas, viendo peliculas juntos, saliendo a comprar provisiones, hasta ir a misa con la familia los domingos por la manana. Richard siempre habia querido tener una familia sana y llena de amor; habia sonado con ello, y ya lo tenia por fin. Sin embargo, todo aquel deleite, todo su

Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ОБРАНЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату