dinero.

– ?Pasa algo malo? -pregunto Richard.

– Existe un pequeno problema -dijo Remi. Una complicacion, por asi decirlo.

– ?De que se trata?

– Al parecer, nuestro amigo el banquero estaba trabajando con otro grupo de personas, y estos… bueno, lo han acosado y le han exigido mas dinero… una parte mayor.

Que hijos de perra avariciosos, penso Richard.

– Y le han amenazado con descubrirlo.

– ?De verdad? -dijo Richard, aunque pensando: ?Acaso no se hacen asi las cosas?

– Si.

Richard miro otra vez el cheque que tenia en la mano.

– Y bien, ?por que no os los quitais de en medio? -dijo.

– ?Como? Son gente peligrosa. Creo que son… que son gansteres -dijo Remi, susurrando la ultima palabra.

– Ah, conque gansteres, ?eh? -dijo Richard, divertido.

– ?Si! Ese es el problema, ?te das cuenta?

– No es ningun problema -dijo Richard con confianza.

– Si que lo es… No se si lo entiendes: son peligrosos. No solo le han amenazado a el, ?sabes?, sino tambien a su familia. A su mujer y a sus hijos.

– ?De verdad?

– Si.

– Escucha, amigo, ensename quienes son esos gansteres peligrosos y yo me ocupare de ellos.

– ?Tu? ?como…? ?Es que tu… conoces a alguien que…?

– Ya me ocupare yo -repitio Richard, con tal aplomo que Remi lo creyo.

– Te puedo ensenar al hombre -dijo.

– Bien -dijo Richard.

Al dia siguiente, Remi llevo a Richard al banco y le enseno al hombre en cuestion. Estaba sentado tras un escritorio muy ornamentado, de madera de cerezo, adornado con lamparas de bronce. Richard vio con sorpresa que se trataba de un asiatico. El tipo que intentaba extorsionarlo iba a venir a hablar con el a mediodia, y llego con puntualidad. Era un arabe que lucia un traje italiano de buen corte, camisa de seda, corbata elegante. Llevaba un maletin de Vuitton. Tenia una barbita algo canosa. A Richard le recordo al actor Ornar Sharif. Richard sonrio para sus adentros, pero con el rostro frio y blanco como una estatua de marmol en un cementerio una noche de invierno.

El plan consistia en que Phil Solimene hiciera como que conocia a Dominick Polifrone desde hacia mucho tiempo. Polifrone adoptaria el nombre y el personaje de Dominick Provanzano. Tenia un carne de conducir con ese nombre, y se emitieron algunos antecedentes judiciales falsos a nombre de Provanzano por si alguien lo comprobaba. Era bien sabido que habia policias corruptos que consultaban los archivos policiales, fisicos e informaticos, para vender la informacion alegremente a los malos. Todos los policias lo sabian. Si Richard encargaba a un policia corrupto que comprobara quien era Dominick Provanzano, este superaria la prueba con sobresaliente.

El plan consistia en que Dominick empezara a frecuentar la tienda, a jugar alli a las cartas; se convertiria, por asi decirlo, en «cliente fijo». Esperaban que lo aceptaran los demas criminales que tenian en aquella tienda un segundo hogar. Phil Solimene haria todo lo que estuviera en su mano para que todos se enteraran de que Dominick era uno de ellos, un elemento habil y bien relacionado al que conocia de hacia muchos anos, un tipo con buenos contactos en la Little Italy de Nueva York, que gozaba de la confianza de «gente importante».

Era a principios de 1985. Pat Kane llevo a Dominick a la tienda de Paterson en una furgoneta camuflada, le deseo buena suerte y vio como Dominick cruzaba la calle andando con su contoneo caracteristico y entraba en la tienda. Esperaba que aquel fuera el primer paso para poder atrapar por fin a Kuklinski. Por entonces, Kane no sabia nada de los viajes que estaba haciendo Richard a Europa; ni siquiera sabia que no estaba en la ciudad.

Aquel dia decisivo, cuando Dominick Polifrone abrio la puerta y entro en la tienda, se convirtio en Dominick Provanzano. Phil Solimene levanto la vista, lo vio y exclamo en voz alta: «?Eh, Dom, pasa!», con una gran sonrisa en el rostro tallado a escoplo; lo abrazo y lo beso, y lo presento con orgullo a los demas habituales. Polifrone se encontraba en su elemento. De hecho, era un actor nato, un artista con dotes naturales para el timo, y no tardo en sentirse como en su casa, en ponerse a jugar a las cartas con los demas tipos, que constituian un verdadero museo de los horrores de ladrones y homicidas, de hombres que vivian fuera de la ley, que establecian sus propias reglas, que robaban todo lo que podia moverse y que hacian dano a cualquiera que se interpusiera en su camino; forajidos todos ellos. Aceptaron enseguida en su seno a Polifrone, que evidentemente contaba con el patrocinio y la aprobacion de Solimene. Polifrone no decia una frase que no contuviera la palabra «joder», y pronto hizo saber que era capaz de conseguir lo que fuera, joder, todo tipo de armas de fuego, drogas, silenciadores, granadas de mano, fusiles de asalto. Los demas lo creyeron. ?Por que no iban a creerlo? Al fin y al cabo, Phil Solimene (Fagan en persona) decia que era «un tipo legal».

Dominick tenia el don natural de la labia, tenia un arte maravilloso para contar anecdotas y chistes, y al poco tiempo habia hecho reir a todos, que le daban palmaditas en la espalda. Tenia la manera de vestir, el aspecto y el modo de hablar propios del personaje. Llevaba en la boca un gran puro habano. Ni el propio Robert De Niro habria representado el papel de manera mas convincente. El mal peluquin que llevaba Dominick tambien sentaba bien al personaje, aunque no era cosa intencionada por su parte. Aquel peluquin lo llevaba siempre.

Aquel primer dia, cuando Dominick salio de la tienda, cruzo la calle y subio a la furgoneta camuflada, Kane se sintio aliviado. Si algo salia mal, si hacian dano a Dominick, seria sin duda por culpa de el, se lo achacarian a el.

– ?Que tal te ha ido? -dijo Kane.

– Ha estado tirado, joder -dijo Dominick-. Solimene lo hace bien. Hasta me ha hecho creer a mi mismo que nos conocemos desde hace un monton de anos.

– Estupendo -dijo Kane, viendo por fin un rayo dorado de luz al final de aquel tunel maloliente.

En Zurich, y por medio del banquero asiatico corrupto, Remi se entero de donde vivia el arabe que habian visto. Se trataba de una casa de ladrillos de dos pisos, en una calle tranquila de la ciudad. Richard y Remi fueron a ver la casa. Richard decidio inmediatamente que no debia usar armas de fuego ni violencia visible. Queria que aquello pareciera una muerte natural. No queria que la Policia interviniera para nada. Decidio que lo mejor seria trabajar con veneno. No dijo a Remi nada acerca de sus planes. Cuanto menos supiera Remi, mejor. Richard sabia que lo primero que tendria que hacer era asegurarse de que el cheque se abonaba sin incidentes. Prometio a Remi que se ocuparia del arabe en cuanto estuviera el dinero en la cuenta.

– Te creo, te creo -dijo Remi.

Richard se volvio a los Estados Unidos, fue a Georgia e ingreso con desconfianza el cheque de quinientos mil dolares. Estaba lleno de inquietud. Esperaba que aparecieran agentes del orden y lo rodearan ensenandole las pistolas y las placas. Pero no paso nada de aquello, y, para asombro y alegria de Richard, el cheque se cobro.

Richard empezo a preguntar a gente de la Mafia a la que habia ido conociendo a lo largo de los anos sobre las mejores maneras de mover el dinero. Tambien hablo con un abogado fiscal de Hoboken que conocia y que trabajaba mucho con gente del hampa. Con esa nueva informacion, Richard

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