interrumpido.

– ?Cuando?

– Estabas diciendo algo y te has parado. Caterina, todo lo que me cuentes es confidencial, pero necesito saber lo maximo posible. Quiza no tenga nada que ver con la desaparicion de Manuela, es mas, seguramente no tendra nada que ver, pero necesito saberlo.

Ahora parecia incomoda, como si la situacion se le hubiera ido de las manos y temiese meter la pata. Se estaba preguntando como dar marcha atras. Recorde lo que habia hablado con Anita, lo de que en los trulli circulaba droga. Pense que no me costaba nada preguntarle por eso, como mucho me diria que estaba equivocado.

– Caterina -dije-, ?ese algo esta relacionado con la droga?

Me miro estupefacta.

– Entonces, ?ya lo sabia?

Obviamente, no, no lo sabia. Me senti como cuando vas de farol en el poquer. Encogi los hombros, con un gesto de indiferencia. No dije nada, era su turno.

– Si ya lo sabe, hay poco mas que decir. Le gustaba mucho la coca, siempre llevaba y…, bueno…

– ?Tambien traficaba con ella?

– ?No! Es decir, no lo se. Eso no puedo decirselo.

Y, tras vacilar otro instante:

– Pero siempre llevaba mucha.

– ?Lo de la droga tuvo algo que ver con la ruptura entre el y Manuela?

Sacudio con fuerza la cabeza. Durante una fraccion de segundo, me parecio captar un chispazo de desesperacion en aquel gesto. Me dije que tenia que controlar mi tendencia a sobreinterpretar.

– Como es logico, aqui no se podra fumar, ?no?

– Nunca hubiera dicho que fueras fumadora, tienes aspecto de deportista.

– Fumo solo tres o cuatro cigarros al dia. Despues de cenar, despues de un vaso de vino… En los momentos de relax. Pero a veces, cuando estoy muy tensa, necesito uno. Como ahora.

– Bueno, siento haberte puesto tensa. Fuma si quieres, aqui no esta prohibido.

– No es que me ponga usted tensa. Es mas, es usted un tio muy majo. Es toda esta situacion que…, ?me entiende, no?

Saco una pitillera de colores, cogio un cigarro y lo encendio con aire masculino. Cogi un cenicero de un cajon y se lo alargue.

– Fui deportista, en mis tiempos.

– ?En tus tiempos? ?Que quieres decir?

– Practicaba natacion, y muy en serio. He ganado varios campeonatos regionales y algunos nacionales. Pero era una vida muy estresante. Dos entrenamientos diarios que, sumados a los estudios, querian decir vida privada cero. Asi que lo deje hace unos anos. Y no me he arrepentido.

– Yo tambien deje el deporte de competicion mas o menos a tu edad.

Obviamente, no existia ninguna buena razon para que le dijera eso, salvo mi patetica vanidad.

– ?Que deporte practicaba?

– Boxeo.

– ?Boxeo? Pero ?combates de verdad, en el ring?

– Combati unos anos. Como aficionado, claro. Gane un campeonato regional y una medalla de plata en los campeonatos nacionales universitarios.

?Te has vuelto idiota?, me dije. Estas coqueteando con una jovencita, como si tuvieras su edad. Para enseguida, imbecil.

– ?Que guay! Me gustan los hombres masculinos. Suelo intimidar a los hombres y, en cambio, los que me gustan muchisimo son los que no se dejan intimidar. Pero usted, ?cuantos anos tiene?

Aturdido por mi propia y estupida vanidad, emplee algunos segundos en darme cuenta de que ella habia desviado la atencion de mi pregunta, ganando unos minutos preciosos, al menos para recuperar el control.

– Dejemos a un lado mi edad. Me estabas hablando de Cantalupi y del asunto ese de la droga. Te acababa de preguntar si eso tuvo algo que ver con la ruptura entre Michele y Manuela.

– No lo se. Pero no podria descartarlo. No creo que haya sido por una causa sola, fue el conjunto. Manuela se habia dado cuenta de como era realmente ese tio y ya no queria estar con el.

– Manuela, que tu sepas…, ?consumia cocaina con Michele? ?Lo hizo alguna vez, por lo menos?

Bufo. Sacudio la cabeza. Parecia estar pensando que habia hecho mal en venir, en creer que iba a controlar facilmente la situacion.

– ?Y eso que mas da? ?Que tiene que ver con la desaparicion de Manuela lo que ella hacia con ese gilipollas de mierda hace un ano?

Probablemente tenia razon. Probablemente no tenia nada que ver, pero no podia asegurarse con certeza sin verificarlo antes. Tambien, y sobre todo, porque ese gilipollas de mierda no parecia trigo limpio, se habia negado a hablar conmigo y, de una forma u otra, tenia algo que ocultar. Pense que debia ganarme la complicidad de Caterina.

– Escuchame, Caterina. Como premisa, en esta historia todos estamos dando palos de ciego. Tenemos que intentar entender que hay en la oscuridad y, a priori, es imposible establecer que es relevante y que no lo es. Por eso necesito que me contestes a la ultima pregunta que te he hecho.

Deje que pasara algun segundo. Ella me miraba con el ceno fruncido, sin decir nada.

– Lo necesito, ademas, porque Michele se niega a hablar conmigo. Eso no significa, necesariamente, que tenga algo que ver con la desaparicion de Manuela, pero unas minimas comprobaciones me parecen indispensables.

– ?Michele se ha negado a verle?

– Si. La madre de Manuela lo localizo, igual que a ti. Al principio dijo que si, que vendria, de hecho le habia citado ahora, despues de ti. Pero, hace un rato, me ha llamado un abogado, me ha dicho que Michele era su cliente, que este no iba a venir a verme y que si intentaba ponerme de nuevo en contacto con el me denunciaria al colegio de abogados. ?Te extrana?

– Si. Es decir, en realidad no.

– Probablemente, tiene algo que ocultar. Y ese algo es lo que tengo que descubrir, aunque solo sea para descartar que haya un nexo con la desaparicion de Manuela. Por eso toda informacion es bienvenida.

– Lo que le diga, ?se quedara entre nosotros?

– Por supuesto. Todo lo que me digas sera tratado como secreto profesional.

En realidad, lo que acababa de soltarle era una estupidez. El secreto profesional concierne a las relaciones entre abogado y cliente y Caterina no era mi cliente. Pero aludir al secreto profesional siempre produce efecto y pense que reforzaria mi promesa de guardar silencio.

– Manuela esnifaba coca de vez en cuando.

Antes de continuar con las preguntas deje que la frase, despues de haberse quedado suspendida, se posase entre los dos.

– ?Con Michele?

– Si. Fue el quien se la dio a probar.

– ?Lo hacia con frecuencia, de vez en cuando? ?Poca? ?Mucha? ?Ha continuado consumiendo despues de romper con el?

– No se con que frecuencia lo hacia. Y no se si siguio consumiendo despues de romper con Michele.

La mire de arriba a abajo. Mi cara decia que era dificil creerse esa respuesta. Que no supiese algo asi de su amiga intima.

– Si, de acuerdo, puede que haya consumido mas veces, tambien despues. Pero era una cosa que no me gustaba y no hablabamos de ello.

Medito unos segundos y luego prosiguio.

– Yo estaba (estoy) en contra de la droga. Se lo dije un par de veces y ella se cabreo, como si me estuviese metiendo en lo que no me importa. Puede que tuviera razon, cada uno hace lo que quiere con su vida. A mi tambien me molesta que alguien venga a decirme que debo hacer y que no. No volvi a decirle nada y ella, como sabia que era algo que no me gustaba, no saco nunca el tema.

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