– Cuenteme.
– El siempre tenia coca.
– ?Mucha?
– Nunca vi cuanta cantidad, pero siempre llevaba.
Hubo algo en su forma de responder a esa pregunta que me indico que no estaba contandome la verdad. Estuve seguro de que Nicoletta habia visto la cocaina y habia visto que no era una cantidad escasa.
– ?Traia coca tambien aqui, a su casa?
Vacilo de nuevo, y luego asintio con la cabeza.
– ?Manuela consumia?
– Creo que si…
– ?Solo lo cree?
– Alguna vez esnifaba.
– ?Tambien aqui?
– Un par de veces.
– ?Con Michele?
– Si.
Por la forma en la que estaba contestando, por la tension, que notaba como iba en aumento, pense que era conveniente cambiar de tema durante unos minutos.
– Cuando se acabo la historia con Michele, Manuela tuvo un novio aqui, en Roma, ?no es asi?
Esa pregunta la relajo visiblemente.
– Salio algunas semanas con un tio, pero fue un rollete sin importancia.
– ?Conocio a ese joven?
– Solo lo vi una vez. Vino a cenar una noche.
– ?Hasta cuando estuvieron saliendo juntos?
– Lo dejaron antes del verano. A Manuela, en realidad, no le gustaba. Salia con el porque se aburria, para pasar el rato.
– ?La ruptura tuvo consecuencias?
– ?En que sentido?
– ?Lo dejaron amistosamente o hubo problemas, como con Michele?
– Es que ni siquiera eran novios, novios. Quedaron unas cuantas veces, y ya esta. Fue un rollo sin importancia, creo que a las pocas semanas ella le dijo que no le apetecia seguir con la historia y, bueno, la cosa acabo ahi, sin problemas.
– Cuando Caterina y usted hablaron por telefono barajaron la posibilidad de que Michele tuviese algo que ver con la desaparicion de Manuela, ?es asi?
Nicoletta miro a Caterina que volvio a asentir, dandole permiso para contestar.
– Si, pero fue algo que dijimos, no se, por decir algo… Michele es un tio muy violento, su historia acabo muy mal…
– ?Michele trafica con droga, ademas de consumirla?
– No lo se, lo juro.
Tuve una idea inesperada.
– ?Manuela tenia cocaina, al margen de Cantalupi? ?Trajo aqui drogas, incluso cuando el no estaba en Roma?
Caterina cambio de postura y por el rabillo del ojo vi que no parecia sentirse tan comoda como lo habia estado hasta ahora. El rostro de Nicoletta expresaba con toda claridad lo que pensaba: ya sabia ella que no tenia que haber aceptado hablar conmigo. Habia sido un error del que se estaba arrepintiendo.
– Repito: ?Manuela manejaba cocaina, al margen de Cantalupi? Esta informacion podria ser decisiva.
Silencio, una vez mas.
– La traia aqui y alguna vez la probaron juntas, ?verdad?
Por fin respondio, despues de dudarlo mucho rato.
– Algunas veces -dijo con un hilo de voz.
– ?Tambien despues de que Manuela cortara con Cantalupi?
– Si.
– O sea, que Manuela sabia como y donde conseguir cocaina, al margen de Cantalupi. ?La conseguia en Roma o en Bari?
– No se donde ni como la conseguia, lo juro.
Empezaba a ponerme nervioso. Si lo que me estaba contando ahora -mas lo que todavia no me habia contado- le hubiese sido referido a los carabinieri, la investigacion, quiza, habria tenido un desarrollo distinto. La idea no me gusto en absoluto.
– Juro que no tengo ni idea de donde la sacaba -repitio ella.
– Y a los carabinieri no les ha dicho nada de todo esto. ?No se da cuenta de que esta informacion podria haber sido de mucha ayuda en la investigacion? Podria haber sido hasta decisiva.
– No se quien se la proporcionaba. Aunque se lo hubiese contado a los carabinieri no hubiera servido de nada.
Tuve que hacer un esfuerzo para reprimir mi creciente irritacion, tenia realmente unas ganas inmensas de decirle que era una idiota. De saber que Manuela estaba implicada en un asunto de drogas los carabinieri habrian orientado las investigaciones en ese sentido. Probablemente, no habria cambiado nada, pero si habria existido, al menos, una posibilidad de descubrir que habia ocurrido.
– No ha dicho nada porque no queria revelar que usted tambien ha consumido cocaina. No queria que se enterasen sus padres, ?verdad?
Dijo que si con la cabeza y yo me dije que, pensandolo bien, la estupidez no pintaba nada en su forma de actuar. Nicoletta era una ninata cobarde, una egoista que no le habia dicho nada a los carabinieri porque no queria lios. Que su amiga, su companera de piso, de estudios, de mil cosas hubiese desaparecido en la nada era menos importante, para ella, que evitarse correr el riesgo de tener que justificarse ante sus padres por haber esnifado alguna -?alguna?- raya de coca.
– Necesito saber una cosa, Nicoletta, y le ruego que me diga la verdad, sin reticencias. Necesito saber si, despues de romper con Michele, Manuela se proveia de coca en los mismos ambientes. Quiero decir: en los mismos ambientes que Michele.
– Le juro que no se como ni donde la conseguia. Una vez se lo pregunte y me dijo que me metiera en mis asuntos.
– ?Como se lo dijo?
– Bruscamente. Como diciendome «no quieras saber de estas cosas; no son asunto tuyo y son peligrosas».
– ?Eso fue lo que le dijo, mas o menos, o lo que usted creyo entender?
– No recuerdo sus palabras exactas, pero el sentido era ese.
Siguieron algunos minutos de silencio. Caterina se encendio otro cigarro. Nicoletta se pasaba la mano por la cara y daba grandes suspiros. Por un instante me parecio que estaba a punto de echarse a llorar, pero no lo hizo. Yo pensaba en si podia sacar algo mas de aquella conversacion. No se me ocurrio nada, asi que pregunte si podia ver la habitacion de Manuela.
– Ya no hay nada suyo -dijo Nicoletta.
– Ahora la ocupa otra chica, ?no?
– No, la duena no ha encontrado a otra inquilina, asi que ahora vivo aqui yo sola.
– Entonces puedo echar un vistazo.
Nicoletta se encogio de hombros y se levanto sin decir nada. La habitacion de Manuela daba al medio del pasillo y, me fije, la puerta estaba cerrada con llave. Al entrar note que el corazon se me aceleraba, como si en aquella habitacion se ocultase alguna informacion decisiva y yo estuviese a punto de descubrirla.
No fue asi. Era como habia dicho Nicoletta: en la habitacion no habia nada que recordase a Manuela. Habia una cama; habia una mesa de escritorio con los cajones vacios y habia un armario, tambien vacio. En las paredes colgaban algunas pequenas acuarelas, bastante cursis, que debian formar parte de la decoracion original de la habitacion y de la casa.