semanas, o incluso meses, en los tribunales.

En la jerga de los profesionales llamamos proceso abreviado a un procedimiento especial. Normalmente, cuando el fiscal termina las investigaciones en una causa por homicidio, le pide al juez de la audiencia preliminar la celebracion del juicio.

La audiencia preliminar sirve para verificar si se dan las condiciones para realizar un proceso que, en el caso de homicidio, es prerrogativa del tribunal, compuesto por jueces profesionales y jurados populares. Si el juez de la audiencia preliminar considera que se dan estas condiciones, ordena la celebracion del juicio.

El acusado, sin embargo, tiene la posibilidad de evitar la apertura del juicio en la audiencia y obtener un procedimiento simplificado, el proceso precisamente abreviado.

En la audiencia preliminar puede pedir, directamente o a traves de su defensor, que el proceso se resuelva en base -se dice- a las pruebas documentales. Esto significa que el juez de la audiencia preliminar, basandose en el informe de la investigacion del fiscal, decide si hay pruebas suficientes para condenar al acusado. Si estas pruebas existen, por supuesto, lo condena.

Es un proceso mucho mas rapido que el ordinario. No se interroga a los testigos y, salvo en casos excepcionales, no se incorporan nuevas pruebas. No hay publico y es un solo juez quien decide. En definitiva, es un juicio abreviado en el que el Estado ahorra un monton de tiempo y de dinero.

Obviamente, tambien para el acusado tiene interes escoger este tipo de proceso. Si es condenado, tiene derecho a una gran reduccion de la pena. Para ser breve: el Estado ahorra tiempo y dinero, el acusado ahorra anos de carcel.

El proceso abreviado tiene ademas otra ventaja. Es el ideal cuando el acusado tiene poco dinero y no puede permitirse pagar una vista oral larga, con interrogatorios, contrainterrogatorios, testigos, peritos, requisitorias, largos alegatos finales, etcetera, etcetera, etcetera.

Esta claro que escogiendo el proceso abreviado el acusado pierde muchas posibilidades de ser absuelto, porque todo se basa en el informe de la investigacion del fiscal y de la policia, que normalmente trabajan para encerrar al investigado y no para exculparlo.

Cuando, a pesar de todo, las posibilidades de ser absuelto para el imputado son minimas o incluso nulas escogiendo la vista oral, entonces la reduccion de la pena es una perspectiva realmente tentadora.

Desde todos los puntos de vista, pues, el proceso abreviado parecia el ideal para Abdou Thiam, quien ciertamente tenia pocas posibilidades de ser absuelto.

– Lea los documentos y se dara cuenta de que es mejor para todos efectuar un buen abreviado -concluyo Cervellati, despidiendose de mi.

Fuera empezaba a llover. Una lluvia densa, sutil, odiosa.

Estaba levantandome cuando Cervellati lo dijo:

– Mal tiempo. A mi el frio seco, con una hermosa tramontana quiza, no me molesta en absoluto. Es este frio humedo que se te cala en los huesos…

Me miro. Habria podido decir muchas cosas, algunas incluso divertidas desde mi punto de vista. En cambio suspire:

– Es como con el calor, fiscal, el seco se aguanta mucho mejor.

4

Despues del encuentro con Cervellati fui a la audiencia y pacte una pena para una senora acusada de bancarrota fraudulenta.

Para decir la verdad, la senora no tenia nada que ver con la bancarrota, con la quiebra, con la empresa y con la justicia. El titular oculto de la empresa era el marido, que ya habia quebrado una vez y tenia antecedentes por estafa, apropiacion indebida y actos obscenos.

Habia puesto la empresa -comercio de abonos- a nombre de la mujer, le habia hecho firmar montanas de letras, no habia pagado a los empleados, no habia pagado la electricidad, no habia pagado el telefono, habia hecho desaparecer la caja.

Obviamente, la empresa habia quebrado y la titular habia sido acusada de bancarrota fraudulenta. Caballerosamente, el marido habia consentido que la justicia siguiera su curso y que la mujer fuera condenada, si bien con una pena pactada.

Me habian pagado la semana anterior, sin recibo. Con el dinero de la caja desaparecida o con fondos de quien sabe que otro embrollo del senor De Carne.

Una de las cosas que se aprenden enseguida ejerciendo de abogado penalista es que, al tener que tratar principalmente con tipos como De Carne, uno cobra por anticipado.

Obviamente a uno le pagan casi siempre, o al menos muy a menudo, con fondos que provienen de algun delito.

Estas cosas no deben decirse, pero cuando defiendes a un traficante profesional que te paga diez, veinte, incluso treinta millones de liras si consigues sacarlo de la carcel, por lo menos deberias albergar una vaga duda sobre la procedencia de aquel dinero.

Si defiendes a un senor arrestado por extorsion continuada en colaboracion con desconocidos y sus amigos se presentan en el despacho y te dicen que no te preocupes por los honorarios, que se ocuparan ellos, tambien aqui podras pensar que aquellos honorarios no consistiran en dinero muy limpio.

Que quede claro: yo no era mejor que los demas, si bien algunas veces intentaba concederme algo de dignidad. No, sin embargo, con tipos como De Carne.

O sea que habia cobrado por anticipado con dinero de procedencia desconocida -y dudosa-, habia cerrado un pacto decente que, como minimo, le habia garantizado a la pobre senora la suspension condicional de la pena y aquella manana ya podia irme a casa.

Aproveche una pausa de la lluvia, hice la compra, regrese a mi apartamento y apenas habia empezado a prepararme una ensalada cuando sono el movil.

Si, era Guido. Claro que me acordaba de ella, Melisa. Si, en la cena de Renato. Habia sido una velada muy agradable. Mentiroso. No, no me importaba que tuviera el numero de mi movil, al contrario. ?Si sabia quienes eran los Acid Steel? No, lo lamentaba. Ah, habia un concierto de estos Acid Steel, esta noche en Bari, bueno, cerca de Bari. ?Si queria ir con ella? Si, pero ?y las entradas? Ah, tenia dos entradas, en realidad dos invitaciones. Muy bien. Entonces dame tu direccion que paso a recogerte. ?Pasas tu? Muy bien. Ah, ya sabes donde vivo. Muy bien, esta tarde a las ocho, si, no te preocupes, que no me visto de abogado. Adios. Adios.

A Melisa la recordaba muy bien. Tal vez unos diez dias antes mi amigo Renato, ex alternativo ahora en el sector de las vallas publicitarias, celebraba sus cuarenta anos. Melisa habia llegado con un contable bajito, vestido con pantalones negros, camiseta elastica negra, americana negra estilo Armani, pelo negro largo sobre las orejas, inexistente encima del craneo.

Ella no habia pasado inadvertida. Cara medio oriental, uno setenta y cinco, llenos y vacios inquietantes. Incluso una mirada inteligente, en apariencia.

El contable pensaba que habia pescado el as aquella noche. En cambio, tenia el dos de copas y la brisca eran bastos. Apenas hubo entrado, Melisa hizo amistad practicamente con todos los hombres de la fiesta.

Tambien habia charlado conmigo, ni mas ni menos que con los demas, me habia parecido. Habia mostrado interes en el hecho de que practicara el boxeo. Me dijo que se estaba licenciando en biologia, que iria a especializarse a Francia, que era muy simpatico, que no parecia un abogado y que probablemente nos volveriamos a ver.

Luego habia pasado a otro.

En otros tiempos -un ano antes- me habria lanzado a recuperarla en medio de la jungla de machos malintencionados que poblaban la fiesta. Habria intentado algo, le habria dado el numero de mi movil, habria procurado crear las condiciones para volver a vernos cuanto antes. Y al diablo el contable dark. Que, por cierto, se estaba dedicando afanosamente a tragar un coctel tras otro, de modo que pronto la palmaria de cirrosis.

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