– Yo no he hecho lo que dicen.
Respire de nuevo profundamente y luego cogi un cigarrillo. No sabia que decir y naturalmente dije algo inadecuado.
– Oye, Abdou. Yo no se lo que tu has hecho. Para un abogado, tal vez es mejor no saber lo que ha hecho su cliente. Eso le ayuda a ser mas lucido, a efectuar mejor la eleccion sin dejarse influir por la emotividad. ?Entiendes lo que digo?
Abdou hizo un gesto imperceptible con su rostro. Los ojos parecian hundidos en las cuencas negras. Continue, alejando la mirada.
– Si no hacemos el proceso abreviado, si nos vamos a juicio, es como si nos jugaramos tu vida a las cartas, con muy pocas posibilidades de ganar. Y ademas, para jugar a este juego hace falta dinero, mucho dinero. Un juicio dura mucho tiempo y cuesta, cuesta muchisimo.
Me di cuenta de que estaba diciendo una gilipollez mientras oia el sonido de mis palabras. Y al mismo tiempo comprendi por que me sentia incomodo.
– ?Quieres decir que como no puedo pagar bastante es mejor hacer el proceso abreviado?
– No he dicho eso -mi voz subio ligeramente de tono.
– ?Cuanto dinero hace falta para celebrar un juicio?
– El dinero no es el problema. El problema es que si vamos a juicio te caera cadena perpetua y tu vida se acabo.
– Mi vida se ha acabado de todas maneras si me condenan por haber matado a un nino. ?Cuanto dinero?
De repente me senti muy cansado. Un cansancio enorme, invencible. Me encogi de hombros y asi me di cuenta de lo tensos que habian estado hasta aquel momento.
– No menos de cuarenta, cincuenta millones. Si quisieramos hacer una investigacion para preparar la defensa -y en este caso probablemente hara falta- mucho mas todavia.
Abdou parecio aturdido. Trago con dificultad, dio la impresion de querer decir algo, sin conseguirlo. Luego se puso a seguir una hilera de pensamientos de la que yo estaba excluido. Miraba hacia arriba, luego agitaba la cabeza, luego movia los labios recitando, mudo, una letania misteriosa.
Al final se cubrio la cara con las manos, las restrego dos, tres veces y luego las dejo caer para mirarme de nuevo. Permanecio en silencio.
Yo notaba un zumbido insoportable en mi cabeza y hable para detenerlo.
No estabamos obligados a decidir precisamente aquella manana. Faltaba todavia mas de un mes para la audiencia preliminar, que es cuando tendriamos que optar por el proceso abreviado. Y luego debiamos hablar con Abagiage. El asunto del dinero era el ultimo de los problemas. Volveria a examinar los informes para ver si habia alguna otra salida. Ahora tenia que irme, pero nos volveriamos a ver pronto. Si necesitaba algo, podia hacermelo saber, incluso con un telegrama.
Abdou no dijo ni una sola palabra. Cuando le toque el hombro para saludarle, note un cuerpo inerme.
Me largue, perseguido por sus fantasmas. Y los mios.
7
Cuando sali de casa, a la manana siguiente, me di cuenta de que habia un traslado. Llegaban nuevos inquilinos a mi edificio. Registre mentalmente el asunto y efectue una plegaria rapida para que no se tratara de una familia con perros raposeros e hijos que montaban follones. Luego me ocupe de otras cosas.
Aquel dia debia empezar el proceso que los periodicos habian denominado
Para ser precisos, no habian sido los periodicos los que lo habian llamado asi, sino la policia, que habia llevado a cabo la operacion una decena de meses antes. Los periodicos se habian limitado a reproducir el nombre en clave de la policia de una investigacion sobre las peleas de perros y el correspondiente ambiente de apuestas clandestinas.
Todo habia empezado con una denuncia de la liga contra la viviseccion y habia proseguido porque la investigacion habia sido encargada a un policia excepcional: el inspector jefe Carmelo Tancredi.
El inspector Tancredi habia logrado infiltrarse en el ambiente de las apuestas clandestinas, habia asistido a las peleas de perros, habia grabado, habia logrado averiguar los lugares en los que los criadores mantenian a los animales, habia anotado donde y como se recibian las apuestas. En definitiva, los tenia atrapados.
Era un hombrecillo con el rostro esmirriado y un bigotazo negro completamente fuera de lugar. Parecia la persona mas inocua de este mundo.
Pero era el madero mas inteligente, honesto y mortal que nunca he conocido.
Trabajaba en la seccion sexta de la patrulla movil. La que se encargaba de los delitos sexuales y de todo lo que las demas secciones -las mas importantes- no querian ni siquiera tocar.
Nunca habia querido abandonar aquel destino, por mas que en numerosas ocasiones le habian ofrecido el traslado a la policia criminal, o a la DIA, o tambien al CNI. Todos ellos destinos en los que habria trabajado menos y habria estado mejor pagado.
Una vez habian venido a verme los padres de un nino de nueve anos que habia sufrido abusos sexuales por parte de su monitor de natacion.
Querian consejo sobre si denunciar o no y saber a que se deberian enfrentar ellos y a que se enfrentaria el nino. Los acompane a ver a Tancredi y me di cuenta de como hablaba con el nino, y vi como el nino -que hasta entonces habia contestado con monosilabos, con los ojos fijos en el suelo- hablaba con Tancredi, le miraba y empezaba incluso a sonreir.
El monitor de natacion habia acabado dentro y, es mas, alli se habia quedado. Como habian acabado dentro -y alli se habian quedado- la mayor parte de los maniacos, violadores, pedofilos que habian tenido la desgracia de cruzarse con el inspector Tancredi.
Los organizadores de peleas de perros tambien habian sido desafortunados.
Cuando se inicio la operacion fueron incautados ocho pit bulls, cinco filas brasilenos, tres rottweilers y tres bandogs, es decir un terrible cruce de pastor aleman y pit bull. Todos eran campeones y cada uno costaba entre veinte y cien millones. El mas valioso era un bandog de tres anos llamado Harley-Davidson. Habia ganado veintisiete combates, matando siempre a sus adversarios. Se le consideraba una especie de campeon del sur de Italia y las investigaciones constataron que se estaba preparando una pelea por el titulo italiano contra un pit bull que combatia en la provincia de Milan. Un combate por valor de mas de quinientos millones en apuestas.
Se incautaron decenas de videos con peleas de perros, combates entre perros y pumas e incluso combates entre perros y cerdos. Fueron arrestados los guardianes de una perrera donde, ademas de los animales, se encontraron armas y droga. Fueron denunciados, entre otros, un veterinario muy conocido, algunos criadores y tres individuos ya arrestados y condenados por asociacion mafiosa y trafico de estupefacientes. Naturalmente estaban en libertad por vencimiento del periodo de la condicional.
En fin, aquella manana de finales de marzo tenia que empezar el proceso resultante de la operacion
Solo existian dos precedentes en los que se habia admitido, en procesos por malos tratos a animales, la constitucion de la LCV y de la liga en defensa del perro como acusacion particular. No era en absoluto una cuestion irrelevante, asi que habia estado estudiando toda la tarde para encontrar argumentos convincentes que proponer al tribunal y para borrar de mi cabeza el encuentro con Abdou.
Como aquella manana me presente bien preparado y dispuesto a llevar a cabo mi trabajo de manera aceptable, el proceso fue pospuesto provisionalmente, por -decia la formula preimpresa- «excesivo trabajo del tribunal e imposibilidad de definir a fecha de hoy todos los procedimientos».
La suspension era provisional, pero fue notificada despues de que pasaran mas de cuatro horas de audiencia. Y de espera.
O sea que el presidente del tribunal, hacia las 14.30, leyo la disposicion y pospuso el proceso hasta diciembre, puesto que todos los imputados estaban en libertad y por lo tanto no habia prisa.
Estaba acostumbrado. Me puse la gabardina, cogi la cartera y me dirigi a casa despues de haber atravesado