munecas, entro Abdou. Llevaba unos pantalones de loneta de color caqui y una camisa blanca; en el brazo llevaba una chaqueta o una cazadora. Tenia un aspecto limpio. Estaba bien afeitado y su camisa parecia haber sido planchada aquella misma manana.
– Senoria, ?puedo hablar un momento con mi cliente, antes de empezar la audiencia?
– Adelante, abogado. Por favor, quitenle las esposas.
El funcionario mas anciano extrajo una llave y libero las manos de Abdou. Me acerque a el mientras se masajeaba las munecas. Hable en voz baja.
– Bueno, Abdou, si has cambiado de idea todavia tenemos tiempo. Poco, pero todavia tenemos tiempo.
El nego con la cabeza. Yo permaneci unos instantes mirandole y el me miro a mi. Luego regrese a mi sitio, notando como las pulsaciones aceleraban el ritmo y el miedo llegaba, como una ola.
Las formalidades de apertura de la audiencia fueron despachadas con rapidez y luego llegamos al momento.
– ?Se va a solicitar un procedimiento alternativo? -dijo Carenza.
Me levante abrochandome la americana. Aun eche una mirada en direccion a Abdou.
– Senoria, mi cliente y yo hemos examinado detenidamente la eventual conveniencia de solicitar un procedimiento abreviado, pero al final ambos hemos considerado que se trata de un proceso que debe someterse a juicio. Y por ello, no, no solicitamos un procedimiento alternativo.
Me sente sin mirar a Cervellati.
La jueza invito entonces a las partes a que formularan sus conclusiones.
Cervellati hablo brevemente. La investigacion estaba llena de pruebas contra el acusado, Abdou Thiam. Eran pruebas que ciertamente conducirian a una confirmacion de su responsabilidad penal, al final del juicio, con respecto a todos los cargos delictivos -los gravisimos, odiosos cargos delictivos- explicitados en la acusacion. La audiencia preliminar solo podia concluirse con la apertura de juicio al imputado ante un tribunal, para responder de secuestro de persona y de homicidio voluntario. Solo era necesario integrar el agravante contenido en el cargo B. En base al art. 423 del codigo penal, el fiscal queria modificar la acusacion de homicidio. De homicidio simple a homicidio con agravantes.
Cervellati hizo constar en el acta la nueva imputacion.
Habia mantenido su palabra. Ahora mi cliente tenia una acusacion que, en caso de condena, lo llevaria directamente a la cadena perpetua.
La jueza me pregunto si pensaba pedir un plazo para la defensa. Era un gesto de cortesia, no estaba obligada a hacerlo. Se lo agradeci y dije que no, no pensabamos pedir plazos.
Entonces le toco a Cotugno, quien fue todavia mas breve que Cervellati. Se unio a las peticiones del fiscal y pidio tambien el la apertura del juicio.
Yo tenia poco que decir, porque en un proceso como aquel no habia, obviamente, ninguna posibilidad de libre absolucion en la audiencia preliminar.
Y entonces, simplemente, dije que no teniamos observaciones sobre la peticion de apertura de juicio.
Luego la jueza leyo el acta.
El juicio contra Abdou Thiam, nacido en Dakar, Senegal, el 4 de marzo de 1968, por las acusaciones de secuestro de persona y homicidio con agravantes quedaba fijado para el 12 de junio, en la Audiencia Provincial de Bari.
TERCERA PARTE
1
Regresaba a casa, del despacho. Pensaba que habria tenido que hacer la compra para evitar comer fuera una vez mas cuando oi una voz de mujer, ligeramente gutural, a mi espalda.
– ?Puede ayudarme, por favor? Estoy a punto de caerme.
Mi vecina Margarita. Era impresionante que no se hubiese caido
La ayude, en el sentido de que cargue con toda la compra. Asi que empezamos a andar juntos.
– Menos mal que me he encontrado con usted. Hace una semana estaba mas o menos en la misma situacion y me encontre con aquel profesor anciano, Costantini, que se ofrecio para ayudarme. Le di las bolsas, y el, despues de recorrer la primera manzana, estuvo a punto de tener un infarto.
Sonrei con un aire vagamente idiota. Evidentemente, habria tenido que saber quien era ese profesor Costantini.
– ?Quien es el profesor Costantini?
– El que vive en el segundo piso, en nuestro edificio. Perdone, pero ?usted desde cuando vive alli?
Pense que vivia en aquel edificio desde hacia mas de un ano. No conocia el nombre de ninguno de los inquilinos.
– Vivo alli desde hace un ano, mas o menos.
– Bien, felicidades, usted debe de ser un tipo sociable. ?Que hace, duerme de dia y de noche deambula con un chandal, una capa y una mascara para librar a la ciudad de los criminales?
Le dije que era abogado, y ella -tras hacer una pequena mueca- me dijo que ella tambien, mucho tiempo atras, parecia destinada a ser abogada. Habia hecho las practicas, habia aprobado los examenes y se habia inscrito en el colegio, pero luego habia cambiado de rumbo. Completamente. Ahora trabajaba en publicidad y otras cosas. Pero -acordamos- de algun modo eramos colegas, de modo que nos podiamos tutear. Dijo que eso la hacia sentirse mas comoda.
– Yo siempre he tenido problemas con el usted. No me sale espontaneamente, tengo que esforzarme. Intentaron ensenarme hace algunos anos que una chica bien no habla de tu a los desconocidos, pero yo siempre he tenido mis dudas sobre el hecho de ser una chica bien. ?Y tu?
– ?Si no estoy seguro de ser una chica bien? Efectivamente, alguna duda la tengo.
Sonrio brevemente -como un gorgoteo- antes de volver a hablar.
– Se ve que tienes dudas, en general. Siempre tienes un aire… no se, no encuentro la palabra idonea para definirlo. Como si estuvieras considerando las preguntas y las respuestas te gustaran poco. O no te gustaran en absoluto.
Me gire para mirarla, ligeramente sorprendido.
– Dado que esta es la segunda vez que nos vemos, ?puedo saber en que se basa ese diagnostico?
– Es la segunda vez que
Caminamos en silencio algunas decenas de metros. Fue ella quien volvio a hablar.
– ?He dicho algo que no este bien?
– No. Pensaba en lo que has dicho. Me preguntaba si era tan evidente.
– No es tan evidente. Es que yo soy habil.
Habiamos llegado al portal de casa. Entramos y subimos juntos el pequeno tramo de escaleras que conducia al ascensor. Me disgustaba que hubiera llegado el momento de despedirnos.
– Has conseguido despertar mi curiosidad. ?Ahora que debo hacer para tener un asesoramiento mas detallado?
Lo penso algunos segundos. Estaba decidiendo.
– ?Eres de los que malinterpretan las cosas si los invita a cenar una chica que vive sola?
– Antes yo era un profesional del equivoco, pero ahora lo he dejado, creo. Espero.