La defensa del acusado solicita -en base al articulo 507 del codigo penal- la admision de los listados correspondientes a las llamadas telefonicas del dia 5 de agosto de 1999 del abonado del movil 0339-7134964, en base a la doble suposicion de que la necesidad de dicha admision haya surgido a lo largo del juicio (en especial durante el interrogatorio al acusado) y que la mencionada admision es absolutamente necesaria para poder llegar a la verdad.

El fiscal se opone, sosteniendo la irrelevancia (o lo que es lo mismo, la prescindibilidad) y la demora de la peticion.

Efectivamente -como ha observado el fiscal-, la peticion hubiera podido efectuarse en el curso de la exposicion introductoria, porque los elementos para formularla durante aquella fase ya estaban disponibles para la defensa.

La peticion debe considerarse tecnicamente extemporanea.

El presidente hizo una pausa, o asi me lo parecio. Yo permaneci con los ojos entrecerrados y la mirada baja. Algun segundo despues me daria cuenta de que habia contenido la respiracion.

Bajo otro perfil, sin embargo.

?Sin embargo! Lo habian aceptado.

Bajo otro perfil, sin embargo, hay que destacar, en coherencia con la jurisprudencia del Tribunal Supremo, que el juez, por definicion, esta obligado a no olvidar que la finalidad principal del proceso penal no puede ser otra que la busqueda de la verdad. Desde dicha perspectiva no son aceptables metodologias o decisiones procesales que obstaculicen de manera irrazonable el proceso de verificacion de los hechos, necesario para llegar a una sentencia justa.

Expuesta esta premisa es necesario aclarar que la prueba solicitada debe considerarse como potencialmente decisiva. Tras la asuncion de los listados podria realmente surgir una verdadera y propia prueba de coartada, en la medida en que resultara en una localizacion del acusado, incompatible con la hipotesis de su responsabilidad por los hechos que motivan la acusacion.

Por estos motivos, la Audiencia Provincial de Bari ordena la admision de los listados correspondientes a las llamadas telefonicas del abonado 0339-7134964 del dia 5 de agosto de 1999, desde las 06.00 horas hasta las 24.00 horas.

Se dispone tambien que se consulte al responsable de la sede Telecom de Bari, u otro empleado de dicha sociedad debidamente delegado, para que ilustre al tribunal sobre el significado exacto de los listados.

Se aplazan tambien la admision de la prueba y las deliberaciones hasta la audiencia del 3 de julio.

La sesion se levanta.

Abri de nuevo los ojos y levante la mirada cuando el tribunal ya habia salido de la sala.

Faltaba una semana para el final. En un sentido u otro.

14

Aquella semana los dias transcurrieron con una extrana normalidad. Trabaje con normalidad, tuve mis audiencias normales, recibi a clientes, cobre alguna factura -lo que no estaba mal- y todo lo demas.

No me ocupe del proceso de Abdou. Tenia que esperar la llegada de los listados, porque del resultado de aquella comprobacion dependia el planteamiento que imprimiria a mi alegato final. Hasta entonces era inutil examinar papeles o que empezara a prepararlo.

El jueves por la tarde Margarita me llamo al movil. Despues del mensaje del domingo no habiamos hablado mas. No la habia llamado ni habia intentado hablar con ella por el portero automatico. No se por que. Algo me lo habia impedido.

?Tenia ganas de salir a tomar algo, despues de cenar? Si, me apetecia. ?La llamaba por el interfono o la iba a buscar a casa? Ah, primero salia y luego nos podiamos encontrar directamente en algun sitio, mas tarde. ?Me iba bien a mi en la calle Venecia, frente al Fortin, a eso de las diez y media? Me iba bien. Hasta luego, entonces.

Tenia un tono de voz un poco raro y me dejo una ligera sensacion de inquietud.

La tarde discurrio lentamente, desde aquel momento. Me distraia y miraba constantemente al reloj.

Me fui del despacho hacia las ocho, en casa me duche, me cambie y sali mucho antes de la cita. Deje pasar el tiempo con dificultad y a eso de las diez y media me dirigi hacia la zona del Fortin.

Subi andando por la calle Venecia, entre la muchedumbre. Estaba llena, como siempre en verano a aquella hora.

Especialmente grupos de jovenes. Desprendian un olor mezcla de desodorante, de crema solar y de chicle de menta. Alguna familia de la ciudad vieja. Algun cincuenton moreno con chica veinteanera en medio de una nube de perfume. Gente de mi edad, poquisima. Quien sabe por que, me pregunte solo por pensar en algo.

Llegue al Fortin con unos diez minutos de anticipo, pero me encontraba mejor, puesto que el tiempo ya habia pasado. Apoyado en la pared, encendi un cigarrillo y mire a mi alrededor, a la espera.

Llego hacia las once menos veinte.

– Perdoname. Ha sido un dia terrible. En una semana agobiante. Y dejemoslo en la semana.

– ?Que ha pasado?

– Caminemos, ?quieres?

Nos dirigimos hacia el norte, siempre por la calle Venecia. A medida que nos alejabamos de la zona del Fortin la gente iba disminuyendo. Grupos mas pequenos, parejas, algun paseante solitario, algun policia de uniforme, vigilando.

Andamos sin hablar, hasta que llegamos a la altura de la basilica de San Nicolas. Un tipo con un perro corso nos paso muy cerca y la bestia se detuvo para husmear las piernas de Margarita. Ella tambien se detuvo, alargo la mano y acaricio al perro en la cabeza. El dueno estaba un tanto atonito ante el hecho de que la fiera se dejara manosear de aquella manera por una desconocida. Era la primera vez que sucedia, nos dijo. ?La senora tenia un perro? No, no lo tenia. Lo habia tenido, pero murio hacia muchos anos.

El perro y su dueno se alejaron y nosotros nos sentamos en el muro que da al lado derecho de San

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