– Hay que tener en cuenta en todo momento, senor embajador -contesto el doctor Johnson-, que la orbita terrestre abarca un espacio enorme. El hecho de que un asteroide la cruce no va a suponer siempre una amenaza. Como indicabamos antes, hay miles de asteroides que cruzan la orbita terrestre, pero el calculo de cada una de sus orbitas permite predecir si alguno de ellos llegara a suponer una amenaza para la Tierra en algun momento de los proximos millones de anos. Si nos basamos en estas estimaciones, podemos concluir que ni el 2031 KD ni el 2031 KE volveran a acercarse a menos de un millon seiscientos mil kilometros de la Tierra hasta dentro de tres millones y medio de anos. Claro esta que, por si acaso, seguiremos observandolos de cerca, al igual que vigilamos periodicamente las orbitas de otros asteroides Apolo y Amor.
Christopher parecia desesperado por obtener una respuesta diferente. Decker no estaba del todo seguro si la suya era una causa perdida o no. Milner y Christopher habian insistido en lo inevitable de la destruccion anunciada por Juan y Cohen, al menos por el momento. El no estaba de acuerdo, pero carecia de los argumentos suficientes para discutir sobre profecias y el destino con hombres como Milner y Christopher. Aun asi, al observar y escuchar a Christopher, Decker supo que, en aquel preciso instante, este buscaba alguna razon, la que fuera, para destruir los dos primeros asteroides antes de que pudiesen alcanzar la Tierra. La comunidad cientifica aseguraba que los asteroides 2031 KD y 2031 KE no representaban amenaza alguna para el planeta y Christopher quedaria en ridiculo si planteaba la destruccion de los asteroides por parte de la ONU basandose solamente en lo que decian dos fanaticos tarados. Pero Juan y Cohen habian profetizado una catastrofe devastadora y si poseian el poder suficiente para lanzar los asteroides contra la Tierra desde el espacio, era muy poco probable que a estas alturas fallaran el blanco, por mucho que las simulaciones indicaran lo contrario. El propio Christopher habia reconocido que Juan y Cohen no podrian, es mas, no debian ser detenidos hasta que buena parte de la devastacion que anunciaban fuese un hecho. Christopher sabia, mejor que nadie, que cualquier intento por detenerles seria en vano. El arresto con que a pesar de todo continuaba luchando por aquella causa inutil no hizo sino aumentar la admiracion que Decker ya sentia hacia el.
– ?Y si nos sirvieramos de los dos primeros asteroides para ensayar la metodologia de destruccion planeada para el tercero? -insistio Christopher-. ?Acaso no es logico… bueno… hacer una prueba intentando destruir los dos primeros asteroides y comprobar que la teoria y tecnologia que planean utilizar con el tercer asteroide son las correctas?
La idea cayo bien entre los otros miembros permanentes y temporales del Consejo de Seguridad, y muchos asintieron convencidos de la logica de la sugerencia. Decker contuvo la respiracion. ?Era posible que la razon fuera a vencer las siniestras tentativas de Juan y Cohen?
– Senor embajador -contesto el doctor Johnson-, aunque lo que dice tiene mucho sentido, existen tres razones por las que su idea no puede llevarse a cabo. En primer lugar, si hicieramos un lanzamiento contra uno de los dos primeros asteroides y nuestros calculos no fueran del todo exactos, entonces, en lugar de destruir el objetivo, podriamos alterar su trayectoria y correr el riesgo de lanzarlo directamente contra la Tierra. Segundo, en el caso de que el lanzamiento tuviera exito y destruyeramos el 2031 KD o el 2031 KE, entonces, tal y como demostraba la simulacion de la destruccion del tercer asteroide, los restos saldrian disparados en todas direcciones. Aun cuando pudiesemos efectuar el lanzamiento dentro de nueve dias, los misiles solo alcanzarian los asteroides cuando estuvieran a dos dias y medio de la Tierra. La lluvia de desechos resultante de la explosion seguiria siendo radioactiva y podria producir miles de muertos. Y por ultimo esta el problema de los recursos. Todos los recursos de los que disponemos, incluido el tiempo, deben reservarse para el 2031 KF, que es el que representa la amenaza.
Ante una respuesta tan contundente e indiscutible, era absurdo seguir discutiendo. Si la ciencia afirmaba que los dos primeros asteroides no constituian riesgo alguno, nada iba a convencer a nadie de lo contrario.
4
Quince dias despues
Observatorio de Sacramento Peak, Nuevo Mexico
Mary Ludford se enjugo las lagrimas antes de asomarse al espejo del bano para comprobar su aspecto. Tenia los ojos enrojecidos, lo que podia atribuirse facilmente a la falta de sueno; aquellas dos ultimas semanas habian estado plagadas de madrugones y trasnoches. En el fondo no se consideraba merecedora de tantas atenciones, pero lo cierto era que desde que salto la noticia sobre los asteroides, los medios habian hecho de ella una suerte de heroina internacional, y el cansancio venia a ser el precio que el mundo exigia a sus celebridades. Ahora le iba a servir de excusa. Era mucho mas sencillo achacar su aspecto al agotamiento que reconocer que habia llorado.
A pesar de la naturaleza nada heroica del descubrimiento, lo cierto era que habia sido ella la primera en detectar la amenaza y, con ello, la responsable de proporcionar al mundo el tiempo necesario para preparar su defensa. Aparte, estaba en la naturaleza misma de los medios informativos el deseo de ponerle cara a un tema tan complejo. Asi que alli estaba Mary Ludford en las portadas de
Ahora que la destruccion del tercer asteroide era casi un hecho, la aclamacion general deberia haber brindado a Mary unos dias de entusiasmo y diversion, un sonado periodo de hoteles de lujo y restaurantes caros, de codearse con gente famosa y poderosa. Pero al agotamiento se sumaba un pensamiento que habia turbado su mente desde el primer momento en que los focos se fijaron en ella. ?Que ocurriria si su padre la veia en la television? ?Intentaria telefonearla? Al principio temio que pudiese llamarla. Si lo hacia, ?que iba a decirle? ?Seria capaz de hablarle a pesar de la ira que sentia hacia el por haberlas abandonado a ella y a su madre? Luego tomo la determinacion de que si, en efecto, la llamaba, le lanzaria sus reproches y luego le colgaria el telefono. Mary ensayo mentalmente lo que iba a decirle e incluso practico con el auricular como colgarle. Pero entonces empezo a esperar ansiosa la llamada, temiendo que esta no se produjese. Luego abandono su plan anterior y penso que si la llamaba, tal vez pudieran hablar. Tal vez tuviera el alguna razon que explicara el porque de su partida. No podia ser una buena razon, pero si una comprensible, una que la animase a perdonarle.
Ahora sabia que no habia hecho sino enganarse. Ya habian pasado dos semanas desde que la entrevistaron por primera vez en un canal internacional, y su padre no habia intentado ponerse en contacto. Era imposible que no la hubiese visto por television o en las revistas y periodicos. Y alli estaba ella, como una tonta, malgastando sus lagrimas por alguien a quien aparentemente ni siquiera le importaba si ella existia o no. De nuevo decidio que le colgaria el telefono si la llamaba. No se le ocurrio que al decidir no pensar mas en el volvia al principio de aquel circulo vicioso. Lo cierto era que no podia dar por perdida la esperanza.
Satisfecha con su aspecto, el mas presentable posible, y con la falsa determinacion de no dedicar mas tiempo a sufrir por su padre, Mary Ludford salio del aseo para volver a reunirse con los investigadores cientificos y los periodistas que llenaban la sala de conferencias del edificio del laboratorio principal para repasar los detalles de ultima hora. Despues se dividirian en grupos y se trasladarian a las tres instalaciones independientes desde donde iban a realizarse las actividades de aquella noche. Cuando llego, la reunion habia concluido y la sala de conferencias estaba vacia.
Mary recorrio lentamente la calle en direccion noroeste; dejo atras las furgonetas de la prensa y se adentro en el camino que, entre arboles, conducia al Hilltop Dome. Quienes vivian y trabajaban en el observatorio se habian acostumbrado al aire enrarecido, pero para los no habituados, los casi tres mil metros de altitud a los que se encontraba Sacramento Peak no se prestaban a caminatas a paso ligero. Detras de ella se elevaba el Grain Bin [9] Dome, el insolito edificio del primer Observatorio de