Sacramento Peak, asi llamado por haberse erigido a partir de un viejo almacen agricola. Mas atras se levantaba la John W. Evans Solar Facility, una construccion de aspecto mucho mas tradicional, dedicada principalmente a la investigacion de la fotosfera, la cromosfera y la corona solares. A su izquierda, la estructura mas emblematica del complejo, la torre blanca del Tower Telescope, destacaba con sus imponentes cuarenta metros de altura contra el cielo nocturno. En su interior, el telescopio se adentraba en el seno de la montana otros sesenta y siete metros a lo largo de un pozo abierto. Era un instrumento imponente, pero estaba especificamente disenado para observaciones solares y carecia de utilidad para rastrear y observar asteroides. Este iba a ser el unico de los cuatro observatorios de Sacramento Peak que permaneciera inactivo aquella noche.

El Observatorio de Sacramento Peak, que durante setenta anos habia funcionado casi exclusivamente como observatorio solar, no era la unica instalacion que iba a modificar su cometido habitual. En el proyecto participarian mas de doscientos observatorios de todo el mundo, muchos de los cuales estaban especializados en otros campos de la astronomia y nunca se habian consagrado al estudio de asteroides.

A pesar de la escasez de oxigeno, Mary decidio continuar su paseo mas alla del Hilltop Dome hasta el mirador situado entre este y el Tower Telescope. La noche era clara y permitia divisar al sudoeste, mas alla de la vasta extension de dunas de yeso de la cuenca del Tularosa, los montes de San Andres y el pico Organ. Las luces de El Paso, en el Estado de Texas, resplandecian en la distancia, al sur. Al elevar la vista hacia el cielo septentrional, fijo su mirada en los dos objetos que la habian sacado de su tranquilo estudio sobre galaxias en recesion. Los dos eran visibles a simple vista desde hacia dos noches, pero ahora resultaban inconfundibles en el firmamento; dos puntos brillantes algo por encima del horizonte casi justo al norte. En su posicion actual, el segundo y mas pequeno de los asteroides (el 2031 KE) se encontraba algo mas arriba que el primero (el 2031 KD) en el cielo. Pero segun avanzara la Tierra por su orbita, el 2031 KE daria la impresion de precipitarse por debajo del primero, y tres horas despues de que el 2031 KD surcara los cielos del hemisferio occidental, el 2031 KE desapareceria tras el horizonte para proseguir su trayectoria por el firmamento de la mitad oriental del globo.

Mary desanduvo el camino hasta el Hilltop Dome. Al entrar en la instalacion miro hacia el enorme monitor de la pared, que ofrecia una imagen telescopica de los asteroides. Ademas de realizar numerosas pruebas, estimaciones y estudios, los observatorios situados a lo largo de los itinerarios de los asteroides actuaban como estaciones de localizacion, desde las que se seguia el avance de los asteroides y se proporcionaba informacion por satelite al resto de observatorios y a las emisoras de television de todo el mundo. El telescopio Hubble habia sido orientado de forma que pudiera ofrecer la mejor vista de la aproximacion de los asteroides al planeta desde el norte. Al principio, los asteroides se encontraban dentro del campo de vision del telescopio en orbita, pero al acercarse, habia sido necesario enfocarlos por separado. Ahora, a pocas horas de su paso y desaparicion, el Hubble centraria su observacion en el primer asteroide hasta que este dejara la Tierra atras, y luego rotaria rapidamente para enfocar el segundo.

La cobertura por television y en Internet incluia dos emisiones via satelite en las que se apreciaba de forma ininterrumpida la aproximacion de ambos asteroides. Hasta pocas horas antes, habian ofrecido una imagen nada espectacular, en forma de dos diminutos puntos de luz sobre un fondo plano. Su interes radicaba en los dos contadores digitales que, en la esquina inferior derecha de la imagen, marcaban la distancia entre cada uno de los asteroides y la Tierra. Ciento cuatro mil seiscientos kilometros por hora era una velocidad que sin duda sorprendia a la mayoria de los espectadores, pero se decia que incluso los mas entendidos habian dado muestras de asombro al comprobar como los contadores de distancia avanzaban a una velocidad de veintinueve kilometros por segundo. Otras cadenas de television ofrecian programas especiales sobre los asteroides, durante los cuales se actualizaban con frecuencia los datos referentes a su aproximacion.

A pesar de tan amplia cobertura mediatica, muchos habian preferido observar los asteroides en directo, y los comercios no tardaron en agotar sus existencias de telescopios para aficionados y prismaticos de alta precision. El avistamiento de diversos objetos, tanto reales como imaginados, por parte de un punado de observadores sobreexcitados e inexpertos habia provocado pequenas escenas de panico al ser interpretados como un posible nuevo grupo de asteroides que se precipitaba contra la Tierra. Pero la histeria no se limitaba a estos pocos. A pesar de los repetidos llamamientos a la tranquilidad por parte de la ONU y de investigadores cientificos de todo el mundo, habia quienes seguian insistiendo en interpretar el suceso como el anuncio del fin del mundo. Para otros, el paso de los asteroides constituia, mas que un motivo de preocupacion, una excusa para celebrar extravagantes fiestas del fin del mundo.

Las autoridades locales habian reparado en como el incremento en las ventas de telescopios y prismaticos se habia visto acompanado de un importante aumento de denuncias por delitos de voyeurismo y de exhibicionismo por parte de quienes deseaban ser espiados. Pero la policia apenas tenia tiempo para ocuparse de estas faltas, debido al drastico incremento de delitos mas graves, como asesinatos, violaciones y robos, perpetrados en su mayoria por delincuentes convencidos de que, ante la probabilidad de que llegara el fin del mundo, convenia disfrutar al maximo del poco tiempo que les quedaba.

Muchas series de television se habian apresurado a modificar el guion para incluir la aproximacion de los asteroides en sus historias, y un culebron que llevaba ya tiempo en antena y que empezaba cada capitulo con una vista de la Tierra girando en el espacio anadio a la escena una imagen generada por ordenador de los asteroides.

Para otros, en particular los proclives a la depresion, el temor al fin inminente habia sido mas de lo que podian soportar. Las clinicas especializadas en cuidados paliativos se vieron tan superadas por la peticion de citas que no habian tenido mas remedio que suspender por completo las consultas sin cita previa. Sencillamente, carecian de personal medico y administrativo suficiente para hacer frente a la demanda. La tension de la espera a recibir estos cuidados habia resultado tan insoportable para algunos que, sin mas, habian optado por acabar con sus vidas sin asistencia medica alguna.

Nueva York, Nueva York

En el despacho privado de su residencia oficial de Nueva York, el embajador italiano Christopher Goodman, acompanado de Robert Milner y Decker Hawthorne, observaba en el televisor la aproximacion de los asteroides. A los comentaristas y presentadores de noticias se les veia faltos de material con el que llenar la ultima hora antes de que el primer asteroide empezara a surcar el cielo del hemisferio occidental. A estas alturas ya se habia entrevistado a todas las personas posibles y se habian emitido una y otra vez todas las noticias paralelas imaginables.

Decker cambio de canal y escucho los ultimos minutos de un informe que hablaba de como pequenos grupos de personas se habian reunido en distintos rincones del mundo para entonar canticos y concentrarse a fin de crear un «escudo mental positivo» que protegiese a la Tierra de los asteroides. Decker sacudio la cabeza.

– ?Os lo podeis creer? -pregunto retoricamente.

– Pues no es muy distinto de lo que hicieron Juan y Cohen para desatar el desastre que se nos viene encima -contesto Christopher.

– Entonces, ?pueden evitarlo? -pregunto Decker senalando a los cantores, repentinamente animado por tan inesperado rayo de esperanza.

Christopher nego con la cabeza.

– No. Juan y Cohen son demasiado fuertes, y aqui nuestros amigos cantores son todavia demasiado debiles. Pero es importante que lo intenten. Ahora son como ninos. La sabiduria de la infancia les permite adivinar lo que debe hacerse, pero carecen de la fuerza necesaria para conseguirlo, y, sin embargo, siguen intentandolo. Sobre ellos se erigira la Nueva Era.

Observatorio de Sacramento Peak, Nuevo Mexico

Transcurrida otra media hora, la silueta del primer asteroide comenzo a tomar una forma mas nitida ente los televidentes y quienes trabajaban en los observatorios. A poco mas de sesenta y nueve mil kilometros de distancia, ya podia distinguirse con claridad la superficie salpicada de pequenos crateres. Su extrana silueta, semejante a la de un habano algo torcido y arrugado, y su envergadura, de casi veinte kilometros, hacian que tanto en tamano como en forma guardara bastante parecido al asteroide Eros. Rotaba sobre un eje situado aproximadamente a una tercera parte de su longitud por cada extremo, por lo que parecia tambalearse en lugar de girar. El segundo asteroide, situado ahora a una distancia de la Tierra similar a la de la Luna, era mucho mas esferico y de unos dos kilometros y medio de diametro.

En la pantalla, la imagen cambiaba cada poco tiempo. Unas veces se centraba en uno u otro de los asteroides, y otras se dividia en dos para mostrar a ambos simultaneamente. Los asteroides estaban ya tan proximos a la Tierra que cada cambio de perspectiva revelaba una nueva e impresionante vision de los visitantes

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