de algun cazador insensato; la panza del animal tampoco estaba descolorida, lo que descartaba el impacto de un rayo; y no era una vaca que hubiese parido hacia poco y estuviese amamantando a su ternero, asi que tampoco podia haber muerto de fiebre de la leche. No tenia otra opcion que esperar a que amaneciera, para examinarla mejor, llamar al veterinario y que este determinara la causa de la muerte. Lo ultimo que deseaba es que aquello se extendiera al resto del rebano. Y dependiendo de que se tratara, era posible que tuvieran que desechar la leche ordenada la noche anterior.

De momento, no obstante, el misterio no estaba del todo resuelto. Paul continuo hacia la portilla que pensaba podia haberse dejado cerrada. La encontro abierta de par en par. Llamo a las vacas de nuevo, pero no oyo nada. Paul enfoco el haz de la linterna hacia un bulto que obstaculizaba el camino. Era otra vaca, hinchada y rigida. El hallazgo le desconcerto por completo. Corrio hacia el arroyo que discurria al extremo del prado. Alli encontro otra vaca, muerta tambien. Y luego otra, y otra. Paul se detuvo, como paralizado, y elevo la linterna sobre su cabeza para iluminar el campo que se extendia ante el. A su alrededor, pero sobre todo a orillas del riachuelo, yacian las vacas, inertes.

Gdansk, Polonia

El doctor Alexander Zielenski entro en la sala de urgencias del Hospital St. Stanislawa con Anna, su hija de cinco anos, en brazos. La nina se habia puesto enferma esa noche. Parecia un simple dolor de estomago, pero en lugar de mejorar, los sintomas se habian ido agravando con el paso de las horas. Al principio habia intentado atajar el dolor, pero la nina habia sufrido varios accesos de vomito incontrolados, seguidos de episodios de diarrea aguda, y el doctor decidio llevarla al hospital. El aparcamiento estaba completo, hecho nada habitual a aquella hora del dia, asi que acerco el coche hasta el aparcamiento reservado al personal sanitario y estaciono en su plaza reservada. Al entrar en la unidad de urgencias comprobo enseguida por que el aparcamiento estaba lleno. La sala estaba repleta de hombres, mujeres y ninos esperando a que les atendieran. Los pocos que se encontraban relativamente bien ocupaban las sillas y bancos de la sala. El resto yacia tumbado en el suelo, donde sus familiares intentaban confortarlos. El aire apestaba a vomito.

El doctor Zielenski examino con detenimiento los rostros de los pacientes que, demacrados, parecian victimas de desnutricion severa.

– Gracias a Dios que estas aqui, Alexander -oyo que decia una voz familiar a su espalda-. Toda ayuda es poca.

Se volvio y comprobo que era su colega el doctor Josef Markiewicz.

– Oh, vaya -dijo el doctor Markiewicz al ver a Anna en brazos de su padre-. Tambien ha caido la pobre Anna.

– ?De que se trata? -pregunto Zielenski.

– No estamos seguros todavia -repuso Markiewicz, y condujo a Zielenski al interior de un despacho vacio donde poder hablar con el en privado-. Por los sintomas, todo indica que se trata de colera, pero estamos haciendo analisis para asegurarnos. Empieza con ardor de estomago y de garganta, seguido de vomitos severos y despues de diarrea. Al principio las deposiciones son fecales, pero luego adquieren un aspecto acuoso y a menudo contienen sangre. Los pacientes sufren de sed y deshidratacion extremas, pero cuanto beben lo expulsan a los pocos minutos. Presentan un cuadro de astenia y colapso fisico; rasgos demacrados; piel humeda y cianotica; luego aparecen calambres en las pantorrillas. Con el paso de las horas, el pulso se hace cada vez mas debil e irregular, y la respiracion mas y mas dificultosa. La muerte…

– ?Muertos! -le interrumpio Zielenski, e instintivamente apreto a su hija aun mas contra si.

– Aqui, de momento, tenemos tres. He hablado con Lech, del St. Tadeusz. Ellos tienen dos hasta ahora, y por lo que se, en Varsovia superan la docena.

– No tenia ni idea. ?Como iba el colera a golpear con tanta rapidez sobre un area tan extensa?

El doctor Markiewicz meneo la cabeza.

– Necesito que atiendan a Anna enseguida -dijo Zielenski dandose por enterado de la situacion a pesar de desconocer la causa.

– Vamos a examinarla y a cogerle una via para que vaya recuperando liquido.

En ese mismo instante, se abrio la puerta y entro el doctor Jakob Nowak.

– Perfecto -empezo-, una de las enfermeras me ha dicho que estabas aqui.

– Tengo que cogerle una via a mi hija de inmediato. ?Puede esperar? -pregunto Zielenski.

– Es solo un minuto -insistio Nowak-. Estabamos equivocados. No es el colera.

– Y entonces, ?que es? -pregunto Zielenski sin darle tiempo a Nowak a terminar.

– Se trata de un envenenamiento -dijo Nowak-. Arsenico -continuo antes de que Zielenski le interrumpiera de nuevo-. Afecta a toda Polonia.

– Pero ?como? -pregunto Zielenski incredulo.

– Esta en el agua.

8

LA IRA DE DIOS

Nueva York, Nueva York

– Se han comunicado miles de casos de envenenamiento por arsenico en todo el mundo -anuncio el doctor Sumit Parekh, de la Organizacion Mundial de la Salud, ante la reunion extraordinaria del Consejo de Seguridad de la ONU-. Al principio pensamos que la nube de ceniza volcanica, en continua expansion, era el foco del arsenico. Pero las muestras de aire tomadas a distintas altitudes en distintos puntos del planeta han revelado la presencia de indices de arsenico poco significativos que, desde luego, resultan sin duda insuficientes para causar un envenenamiento tan extendido. Por esa razon hemos relacionado el arsenico con la nube de desechos procedente del tercer asteroide.

– ?Acaso sugiere que el asteroide estaba compuesto de arsenico? -pregunto el embajador Clark, representante de Norteamerica.

– No en su totalidad, no. Pero si que contenia lo suficiente para constituir un problema. Es muy poco usual que un asteroide contenga indices de arsenico suficientes para causar lo que estamos experimentando; la mayoria de los meteoritos examinados no contienen mas que pequenas cantidades de arsenico, que a menudo no sobrepasan el uno por ciento del total de su composicion. [11]

– ?Se ha probado esta teoria? -pregunto el embajador Fahd, representante de Oriente Proximo.

– Asi es -contesto Parekh-. De todos los fragmentos identificables de asteroide que han alcanzado la Tierra, la mayoria no supera el tamano de un pomelo. Varios de los pedazos recuperados han sido enviados a museos y universidades, pero la mayoria se los ha quedado de recuerdo la gente que los encontro. El Luther College de Decorah, en Iowa, posee uno de los mayores, un fragmento de ciento treinta kilos y medio. Con su colaboracion, hemos podido confirmar la hipotesis de que, efectivamente, presenta vetas de un material quebradizo gris apagado que al quebrarse revela un color blanco de estano con un brillo metalico caracteristico. Otras pruebas posteriores lo han verificado. El tercer asteroide contaba en su estructura con una reticula de arsenico. Creemos que esa es la causa de que se despedazara por completo al recibir el impacto de la primera tanda de misiles. El polvo de asteroide depositado en la Tierra ha penetrado en el nivel freatico y contaminado los lagos, rios y pantanos, envenenando asi el agua potable de miles de poblaciones.

– Pero el envenenamiento parece demasiado aleatorio -dijo el embajador Clark-. Afecta a una ciudad y se salta la siguiente por completo.

– Entendemos que ello obedece a varios factores, entre ellos el climatico. Como ocurre con la lluvia, hay zonas donde el polvo de arsenico ha caido en cantidad muy elevada y otras donde el viento ha evitado que este se depositara. Alli donde si que ha caido sobre la superficie, los rios y pantanos de escasa profundidad se han visto mas afectados debido a la mayor concentracion de arsenico disuelta en el agua. Cuanto mas profundo es el rio o el pantano, menor la concentracion. En el caso de los pozos, la mayoria no esta afectada porque se alimentan de manantiales subterraneos y es muy reducida el area de superficie expuesta. Otros factores que afectan de manera determinante la disolucion del arsenico en el agua son la temperatura y el pH del agua. Hay que anadir que, al tratarse de un elemento que disuelto en el agua se vuelve incoloro, inodoro e insipido, no hay forma de detectar

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