hacerlo. A mitad de la escalinata, acompanado por solo unos pocos de sus ayudantes, que le seguian a cierta distancia a su espalda, habia un hombre menudo con barba, ataviado con ropajes y un tocado muy elegantes. El periodista continuo:
«Al llegar a la escalinata del Templo, el sumo sacerdote judio, Chaim Levin, un hombre que rara vez se deja grabar por las camaras, les esperaba a mitad de la escalinata. No sabemos si pretendia hacerles frente o si solo habia salido a presenciar el suceso en directo; lo cierto es que ya sea por temor o por respeto al sumo sacerdote, o porque su unico objetivo era llamar la atencion de Chaim Levin, los dos hombres no han seguido adelante. Al contrario, se han limitado a repetir su mensaje para que todos lo pudieran oir, anadiendo que la primera penalidad llegara pronto; han dado media vuelta y se han alejado tranquilamente. La camara de nuestro corresponsal los ha grabado mientras se alejaban del Templo, seguidos por la policia y por algunos de los curiosos mas osados».
La imagen habia cambiado de nuevo, y ahora mostraba a Juan y Cohen en el extremo norte de la ciudad moderna.
«A las afueras, el ejercito israeli aguardaba la llegada de los dos hombres, con aparente nerviosismo, temiendo correr, tal vez, la misma suerte que la policia. Pero llegados a los limites de la ciudad, y ante la mirada de cientos de personas y de nuestras camaras -como podran comprobar en estas increibles imagenes-, los dos hombres se han detenido y se han esfumado.»
Al pronunciar el periodista estas palabras, Juan y Cohen desaparecieron de la pantalla, dejando a la muchedumbre de policia, periodistas, soldados y curiosos boquiabierta y mirandose unos a otros con incredulidad.
«Que estos hombres, a los que conocemos como Juan y Cohen, poseen poderes fuera de lo corriente es ya innegable -decia ahora el reportero, cuya imagen aparecia por primera vez en pantalla desde el comienzo del reportaje-. En Israel, muchos achacan la larga sequia en la zona a la intervencion de estos dos hombres y se afanan en destacar las sorprendentes similitudes entre las profecias que anunciaron en enero pasado y la devastacion producida por los tres asteroides. Algunos creen incluso que ellos y sus seguidores son los responsables de que los asteroides modificaran su orbita para lanzarse contra la Tierra.
»Sean quienes sean -concluyo el comentarista-, visto lo que han hecho aqui hoy, no podemos sino plantearnos varios interrogantes: ?son enviados de Dios como aseguran ser? ?Acaso se trata de profetas apocalipticos? Y si no, ?procede, entonces, su poder de otra fuente? Y si si que son enviados de Dios, no cabe sino preguntarse: ?nos hallamos ante una manifestacion de la ira divina?»
Milner se acerco al televisor y lo apago.
– ?No podeis hacer nada para detenerlos? -suplico Decker.
– Todavia no ha llegado la hora -contesto Christopher, meneando la cabeza-. El mundo no esta preparado para conocer la verdad aun.
– Pero ?como puedes estar seguro? -insistio Decker.
– Cuando estuve en el desierto de Israel, mi padre me dijo que solo sabre que ha llegado la hora cuando comprenda lo que he de decirle al mundo y comprenda toda la verdad sobre mi mismo.
– ?Y? -dijo Decker, instandole a continuar.
Christopher meneo la cabeza, senal evidente de su frustracion.
– Pero esto no puede seguir asi. ?Tienes que hacer algo! ?Alguien tiene que detenerlos!
Christopher dejo caer la cabeza y presiono las manos contra las sienes, como si intentara evitar que esta estallara por la presion. Parecia sufrir un gran dolor. Decker no lo habia visto asi jamas.
– Decker -dijo Milner-, no hay nada que el pueda hacer.
Decker sabia que de haber podido hacer
– Lo siento, Christopher -dijo-. Se que todo esto te duele tambien, ?pero es que es tan increiblemente insoportable!
– Lo se, Decker -susurro Christopher sin levantar la mirada.
– Entonces, por el momento esperamos, ?nada mas? -pregunto Decker.
– Al menos no le haran mas dano al planeta. -Christopher levanto la cabeza y dejo deslizar los dedos por las mejillas hasta quedar entrelazadas las manos-. Ahora se concentraran en herir a la gente, nada mas.
Parecia un augurio nada prometedor.
9
Dos meses despues
Jerusalen, Israel
Pasaron casi dos meses antes de que Juan y Cohen fueran vistos de nuevo, y su aparicion fue casi identica a la anterior, aunque en esta ocasion la policia recibio ordenes estrictas de no interferir o intentar apresar a la pareja si no se veian claramente amenazadas la seguridad o las instituciones publicas. Una vez mas, Juan y Cohen recorrieron las calles de Jerusalen repitiendo su mensaje, y de nuevo se acercaron hasta la escalinata del Templo. Esta vez su mensaje era mucho mas largo. Tal como aparecio transcrito en los periodicos al dia siguiente, decia asi:
Escuchad, oh naciones de la Tierra, lo que el Senor, Dios de Israel, Creador del Cielo y de la Tierra, ha dicho: «?Maldito el varon que confia en el hombre y hace de la carne su brazo, mientras de Yahveh se aparta su corazon! Sera como tamarisco en la estepa». ?Escuchad! Y el quinto angel dio un toque de trompeta. Y vi una estrella caida del cielo a la tierra: se le dio la llave del pozo del abismo infernal, y abrio el pozo del abismo infernal, y del pozo subio humo, como el humo de un horno grande, y el sol y el aire se oscurecieron por el humo del pozo, y del humo saltaron a la tierra langostas, y se les dio poder como el poder que tienen los alacranes de la tierra; se les dijo que no hicieran estragos a la hierba de la tierra, ni a nada verde ni a ningun arbol, sino solo a los hombres que no llevaran la marca de Dios sobre la frente; y se les concedio no que los matasen, sino atormentarlos por cinco meses, con un tormento como el que produce el alacran cuando pica a un hombre; y en aquellos dias los hombres buscaran la muerte, pero no la encontraran; y ansiaran morir, pero la muerte huira de ellos. [13]
Como en la ocasion anterior, tan pronto hubieron hecho su anuncio ante el Templo, Juan y Cohen abandonaron el lugar y caminaron hasta el extremo norte de la ciudad. Alli, rodeados de testigos, y de camaras que emitian el suceso en directo para todo el mundo, volvieron a esfumarse. Como esta vez no hubo muertes, las cadenas carecian de material morboso para sus emisiones, pero aprovecharon la oportunidad que les brindaba el acontecimiento para volver a emitir las imagenes de quienes habian muerto calcinados durante la anterior aparicion de la pareja.
Diez dias despues
Nueva York, Nueva York
Decker Hawthorne dio una propina al taxista y se apeo del vehiculo, que se habia detenido ante el edificio de la Secretaria de Naciones Unidas. Hacia un dia deprimente, cubierto de niebla, como lo eran ahora casi todos, aunque la situacion mejoraba poco a poco. Buena parte de la ceniza volcanica se habia depositado, y la temperatura ya solo era doce grados mas baja que la habitual; asi y todo, el Sol no se veia con claridad mas que de tanto en tanto. La hierba habia vuelto a salir; lo que era de agradecer teniendo en cuenta que, a pesar de que