mas calidas e impidieran a los trabajadores progresar en la replantacion.

– Gracias, embajador -dijo Toreos-. Me alegra mucho saberlo, pero estoy aqui por un asunto de indole mas personal.

Christopher ladeo la cabeza ligeramente hacia la derecha y levanto una ceja.

– Ya veo, entonces… -Christopher meneo la cabeza, desconcertado-. ?Que es lo que puedo hacer por usted?

– Embajador, a mi mujer le han diagnosticado un tumor cerebral inoperable. Los medicos le dan tres meses de vida. Embajador, nunca he sido un hombre religioso, pero en los dias que corren, ?quien puede negar la existencia de poderes superiores? -El embajador Toreos hizo una pausa y respiro profundamente. Christopher no le interrumpio-. He oido decir que usted tiene el poder de sanar. Me han dicho que fue usted quien llevo a cabo la inexplicable recuperacion de los pacientes del dispensario de la ONU, despues del primer ataque de las langostas, y que tambien curo a la nieta del embajador Tanaka.

Christopher dejo escapar un grunido apenas perceptible; era obvio que la curacion de la nina no se habia mantenido tan en secreto como debia.

– Si posee ese poder -continuo Toreos-, se lo imploro, se lo suplico… Cure a mi esposa. Es una buena mujer. No podria vivir sin ella. Por favor, si tiene el poder, no deje que muera. -El embajador Toreos guardo entonces silencio, esperando una respuesta. Paso un minuto. Christopher tenia que responder.

– ?Que quiere que haga, embajador? -respondio finalmente Christopher-. ?Donde esta su esposa?

– Esta en casa, en Santiago.

– ?Puede viajar?

– No, embajador.

Christopher fruncio el ceno y suspiro, a un tiempo.

– Es un viaje muy largo. No se cuando podre escaparme. Tendre que consultar mi agenda.

– Oh, le ruego que me disculpe, embajador -le interrumpio Toreos-. Nada mas lejos de mi intencion pretender que viaje hasta Chile. -Una expresion de gran desconcierto mudo el rostro de Christopher-. Si tiene el poder de sanar -continuo Toreos-, no tiene mas que desearlo y ella estara curada.

Christopher se quedo pensativo, se reclino lentamente en la butaca, cruzo las manos y sonrio, al parecer mas para si mismo que al embajador Toreos.

– Tiene razon, embajador -dijo pasado un minuto-, si que existen poderes superiores. Pero no se encuentran ahi afuera, en algun lugar de la inmensidad. Usted dice que no es un hombre devoto, pero se lo aseguro, esos poderes no son un monton de supercherias religiosas. La fuente de esos poderes reside en cada uno de nosotros. Usted no me necesita. La fe en que su esposa puede ser sanada, a pesar de encontrarnos a miles de kilometros de distancia, es poder suficiente. Regrese a casa. Ella esta bien y le espera.

Dos meses despues

Aparentemente, se habian reunido para cenar y compartir la oracion vespertina. Pero el embajador Jeremiah Ngordon, representante permanente de Africa oriental, tenia otra razon para invitar a casa a su colega musulman, el nuevo representante permanente de Oriente Proximo, el embajador Abduhl Rashid, de Yemen. Al dia siguiente iba a someterse a votacion en el Consejo de Seguridad el Paquete Consolidado de Ayuda Humanitaria, y queria saber que iba a votar Rashid. Era el miembro permanente de nombramiento mas reciente, y reemplazaba a su antecesor en el cargo, el embajador Fahd, que habia renunciado un mes atras por razones de salud. El voto de Rashid era uno de los que harian inclinarse la balanza de uno u otro lado, y aunque Ngordon pensaba que podria contar con el, Rashid no se habia comprometido en ningun momento a apoyarle.

El Paquete Consolidado de Ayuda Humanitaria era un importante proyecto de financiacion, con el que se pretendia proporcionar una mayor asistencia a las regiones mas golpeadas por los efectos de los asteroides y tambien a las zonas afectadas por la guerra entre China, India y Pakistan. El proyecto, redactado por una comision compuesta por tres miembros permanentes y presidida por Christopher Goodman, buscaba combinar y ampliar dos paquetes de ayuda anteriores, y modificar la cuantia de las contribuciones que debia aportar cada region. El primer paquete, conocido como Programa de Ayudas para Asia e India, solo habia cubierto las zonas afectadas por la guerra. A pesar de la gravedad de aquel enfrentamiento belico, los danos estaban muy localizados en una unica parte del planeta. Luego llegaron los dos asteroides y, con ellos, un paquete de ayuda adicional de la ONU, conocido como Programa de Ayuda para Desastres Naturales. Pero nada mas ser aprobado, cayo el tercer asteroide, contaminando la tercera parte de las reservas de agua potable del globo.

La ceniza que saturaba el cielo no habia empezado a disiparse hasta ahora, y la plaga de langostas hacia casi impracticables el cultivo y cualquier tipo de actividad productiva que requiriese trabajar al aire libre. La nueva situacion no habia hecho sino enfrentar a los paises y regiones que al principio habian votado a favor de los paquetes. Mientras se trato de problemas localizados, habia sido bastante facil argumentar que las regiones menos afectadas ayudaran a las demas. Pero ahora que los problemas habian pasado a ser de indole mundial, las regiones querian su dinero, su trabajo y su comida para ellos. A la dificultad que entranaba conseguir que se aprobara el paquete, se sumaba ahora la necesidad de forzar un acuerdo entre los paises de cada region, en lo referente al porcentaje exacto que iba a tener que aportar cada uno a la contribucion regional. Este asunto habia requerido particular diplomacia a la hora de conseguir un acuerdo de compromiso por parte de los paises europeos que, junto con Oriente Proximo, iban a ser quienes realizaran la mayor aportacion de ayuda a las otras regiones.

Los embajadores Ngordon y Rashid compartian una cena a base de especialidades arabes tradicionales: cordero asado, arroz, pollo, pan, queso feta, doukh (yogur rebajado) y Coca Cola. Tras un rato de charla informal, Ngordon abordo el asunto.

– ?Ha decidido ya cual sera su voto manana en la presentacion del Paquete Consolidado de Ayuda? - pregunto.

– Voy a votar a favor del paquete -contesto Rashid. Ngordon esbozo una sonrisa y asintio satisfecho. Ahora podia estar seguro de contar con el apoyo suficiente para su aprobacion-. He de anadir, no obstante -continuo Rashid-, que la opinion publica esta dividida casi a partes iguales en los paises de mi region. Y he de confesarle que yo mismo tengo mis reservas. -La expresion de Ngordon invitaba a Rashid a explicarse-. Comprendo las razones por las que es necesario apoyar el Paquete Consolidado de Ayuda -dijo Rashid-. El embajador Goodman no ha escatimado tiempo ni esfuerzo, en las ultimas semanas, para subrayar lo mucho que el paquete beneficiara a Oriente Proximo, a largo plazo. Y no es que yo este en contra del paquete, nada mas lejos. Pero ?no le extrana que el embajador Goodman este tan ansioso por que se apruebe? Despues de todo, el peso de la financiacion de la medida va a recaer principalmente en su region. Que curioso que se preocupe tanto por que se apruebe. - Rashid dio un sorbo a su Coca Cola y luego anadio-: No habia visto nunca a un hombre tan empecinado en repartir la riqueza de su region.

– Pero me esta diciendo que tambien usted lo apoya -replico Ngordon, y anadio-: o por lo menos es lo que creo que tiene usted pensado hacer. Y, sin embargo, el proyecto exige claramente que su region aporte casi tanto como Europa. ?No se encuentra usted, entonces, en una posicion similar a la del embajador Goodman, ansioso por regalar parte de la riqueza de su region?

– En efecto -repuso Rashid-. Pero con una diferencia sustancial: a Oriente Proximo le interesa que los demas se recuperen. El mundo depende de mi region por el petroleo, y nosotros dependemos de el por los bienes y servicios. Y, como no, tambien hay que tener en cuenta -dijo reconociendo lo que era obvio con solo una ligera reticencia- que cuando el mundo sufre, sufre el precio del petroleo. Pero ?cual es el interes del embajador Goodman? Europa no necesita que la India, China o America se recuperen para prosperar. Europa dispone practicamente de todo lo que necesita: recursos naturales, industria, agricultura, mano de obra especializada, y un mercado que absorbe cuanto produce. Y puede llegar a beneficiarse de petroleo de bajo coste. Lo poco de lo que carecen puede adquirirse a un precio mucho menor del que el embajador Goodman quiere entregar. Europa esta en disposicion, si asi lo elige, de convertirse en la primera potencia economica y tecnologica mundial, y sin embargo su representante en el Consejo de Seguridad no solo se niega a hacerse con el poder, sino que esta haciendo todo lo posible para perder el que tiene. -Abdhul Rashid comio otro pedazo de cordero, y concluyo-: No le comprendo, y por tanto, tampoco confio en el.

– Ya veo -dijo Ngordon-, pero estoy convencido de que descubrira que Christopher Goodman no es otro que quien aparenta ser. Es uno de esos pocos hombres en el poder que anteponen el bien de la mayoria al beneficio de su propia region.

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