Durante la hora siguiente no se dijeron gran cosa. La sensacion de haberse convertido de pronto en un equipo, de que la experiencia compartida habia obligado a Maj-Britt a bajar la guardia, le resultaba amenazadora. Habia contraido una deuda de gratitud que Ellinor facilmente podria utilizar si ella no se mantenia alerta. Aquello no significaba que fuesen amigas. Nada mas lejos. Ya tenia a Saba, no necesitaba a nadie mas.

No tuvo fuerzas para colocar las bolsas de la compra y oyo que Ellinor empezaba a sacar la comida y que abria la puerta del frigorifico.

– ?Vaya! ?Aun queda un monton de comida!

– Puedo comermelo ahora, si te hace sentir mejor.

Se mordio la lengua, no era su intencion, pero las palabras surgieron solas. Se sentia arrepentida pero la sola idea de desdecirse la llenaba de indignacion. Tenia una deuda de gratitud. A la larga, se le haria insoportable.

Ellinor aparecio en la puerta.

– Es que me ha sorprendido. Me refiero a la comida. No estaras enferma o algo asi, ?verdad?

Maj-Britt observo la carta. Observo el texto que habia dejado sin leer y lo leido, que habria querido no ver jamas. Ya ni siquiera la comida le reportaba el menor alivio.

– ?Quieres que compre algo especial para la proxima vez?

– Carne.

– ?Carne?

– Solo carne. Olvida todo lo demas.

Se quedo en el sillon mientras Ellinor iba limpiando a su alrededor, esforzandose al maximo por hacer como si la joven no existiera. Notaba la mirada preocupada de Ellinor, pero la ignoro. Sabia que no se saldria con la suya, los servicios sociales jamas consentirian en comprar solo carne. Habia luchado largo y tendido por sus raciones adicionales de comida, aquello seria extralimitarse definitivamente.

Pero la carne era lo unico que mitigaba aquellos pensamientos que volvian a invadirla.

Ellinor estaba ya en la puerta cuando, de pronto, se dio la vuelta, vacilante.

– ?Sabes que?, te voy a dejar mi numero de movil en la mesilla de noche, al lado del telefono. Por si ocurre otra vez, digo.

Se metio en el dormitorio pero volvio enseguida.

– Nos vemos pasado manana.

Se fue por el pasillo y, ya con la puerta abierta, le grito:

– Por cierto, en la mesa de la cocina he dejado los tapones para los oidos que pediste. Adios.

Maj-Britt no respondio. Estaba tan horrorizada que solo queria llorar. Un duro nudo en la garganta le provoco una mueca y se cubrio la cara con la mano hasta que Ellinor se marcho.

Ellinor era desconcertante. Maj-Britt no se explicaba de ninguna manera tanta amabilidad, que, ademas, no cedia por cuestionable que fuese su conducta. Tenia motivos de sobra para abrigar sospechas, porque algo debia de esperar Ellinor a cambio. Era como uno de esos sueltos publicitarios que le echaban por el buzon, a veces impresos con letras ornamentales, como si solo se lo hubiesen enviado a ella. «Querida Inga Maj-Britt Pettersson, nos complace ofrecerte este fantastico producto.» Cuanto mas ventajosa parecia la oferta, tanto mayor era el motivo de sospecha. Cuidadosamente oculto en la profusion de amables formulas existia siempre un inconveniente y, cuanto mas dificil de detectar, mas razon habia para ser cauto. Nada se hacia por pura buena voluntad. Siempre existia el interes por obtener un beneficio. Asi funcionaba el mundo y todos hacian lo posible por obtener su parte.

Como ese tipo de reclamos publicitarios era Ellinor. Tenia motivos mas que sobrados de desconfianza.

Tomo la pinza y la extendio en busca de la carta. Alli estaba, sobre la mesa, como un iman a la espera de su rendicion. Ya no tenia fuerzas para seguir oponiendo resistencia. Le temblaban las manos cuando la desplego para seguir leyendo.

…Jamas olvidare el dia en que cuestione la fe de tu padre. Bien mirado, ahora no comprendo como me atrevi. Acababamos de estudiar en la escuela que el cristianismo no era la religion mas grande del mundo y recuerdo que me sorprendio mucho. Si habia mas personas que creian en otro dios, ?quiza ellas estuviesen en lo cierto! ?Dios santo, como se enfado tu padre! Me explico que ese tipo de razonamientos me llevarian al infierno y, aunque no me termine de creer lo que me dijo, me llevo mucho tiempo olvidar sus palabras. Fue la primera vez que senti a Dios como una amenaza. Tu padre decia que todos aquellos que no reconocian a Jesucristo como hijo de Dios no serian recibidos en el reino de los cielos y a mi me habria gustado preguntarle por todos los que vivieron antes de que naciera Jesucristo. Si no era un tanto injusto para ellos, puesto que ni siquiera habian tenido la oportunidad. Pero claro, no tuve valor. Con una vez tuve bastante ese dia.

Me parecia tan extrano que los hombres fuesemos tan «pecaminosos» y que en la iglesia tuviesemos que pedirle a Dios que «nos perdonase los pecados», los hubiesemos cometido o no. Recuerdo que tu intentaste hacerme entender que no solo contaban los pecados que uno cometia conscientemente, sino que tambien contaba el pecado original, con el que naciamos. «En virtud de nuestra concepcion carnal basada en nuestra pecaminosa semilla.» Jamas olvidare esas palabras. Me resultaron tan desconcertantes que tarde varios anos en desecharlas, cuando comprendi que «la concepcion carnal» era nuestra unica manera de reproducirnos. Y decidi que seguramente Dios queria que hicieramos aquello, ya que tanta molestia se habia tomado al crearnos.

Cuando eramos mas pequenas, el sexo era algo que interesaba a los chicos, «por desgracia», y que nosotras «aprenderiamos a soportar» con el tiempo, pero en ningun momento debiamos «dejarnos llevar». No es de extranar el desconcierto que nos embargo despues, en la adolescencia, cuando solo pensabamos en los chicos y nosotras mismas, de forma totalmente voluntaria, teniamos ganas de «dejarnos llevar» un poco. Me habria gustado que, entre todas las amonestaciones y la propaganda aterradora, hubiesen incluido un breve anexo advirtiendo de que era perfectamente natural que todas las personas sintiesen el deseo y la voluntad de reproducirse.

Otro recuerdo indeleble de la ninez es el de aquella vez en que encontramos las revistas en el cajon del escritorio de tu padre. Te aseguro que no me acuerdo de que habiamos ido a hacer alli, pero supongo que fue idea mia (como solia ser cuando haciamos algo que en realidad no debiamos). Para los parametros de hoy en dia, aquellas revistas eran bastante inocentes, pero encontrarlas en tu casa fue como descubrir un signo de Satan en la iglesia y tu te asustaste muchisimo. Estabas convencida de que alguien habia entrado en la casa y las habia puesto alli, pero por nada del mundo te habrias atrevido a decirles nada a tus padres. ?Recuerdas que dejamos las revistas en el suelo y nos escondimos debajo de la cama? Aun veo las piernas de tu madre delante de mi cuando entro en la habitacion, y su mano al recoger las revistas. Y, desde luego, tambien me acuerdo de nuestra estupefaccion cuando nos dimos cuenta de que, simplemente, volvio a colocarlas en el cajon en el que las encontramos.

Despues pense que eso dice mucho de lo fuertes que son en verdad nuestros instintos, cuando ni siquiera tu padre, pese a su fe profunda, tuvo fuerzas para resistirlos.

Como quiera que sea, hoy parece que las cosas son totalmente distintas o, al menos, esa es la impresion que me he llevado de la television y los periodicos. Ahora la sexualidad se potencia hasta el extremo de que parece haberse convertido en un entretenimiento comercial que exige equipamiento manual y de todo tipo. Asi, de lejos, parece que se trata mas bien de realizarse uno mismo y de desarrollar la capacidad de tener orgasmos mas intensos y el hecho de que exista o no algo de amor en todo ello no parece tan importante. Un tanto triste, me parece a mi. Claro que que se yo, condenada a mi celibato carcelario.

?Madre mia, que carta mas larga! Pero es que estoy muy contenta de que hayamos recuperado el contacto. Yo presentia que mi carta estaba destinada a llegar a tus manos.

Ya es hora de apagar la luz y manana tengo un examen. Me han concedido el privilegio de «estudiar a distancia» (curiosa expresion, aunque, en mi caso, no puede hallarse otra mas idonea). Llevo dos anos estudiando filosofia teorica y acabo de empezar la tesina sobre historia de las religiones. ?Ojala apruebe el examen de manana!

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