facilmente.

Descolgo el telefono y marco el numero de la policia. Colgo antes de que pudieran responder. Cogio la guia telefonica y marco otro numero.

Pasaron unos minutos, luego escucho la voz de Lundberg a la expectativa:

– ?Si?

– Soy yo, Peter. Si la invitacion sigue en pie me gustaria pasar por ahi ahora mismo.

12

Lundberg estaba sentado esperandole cuando llego. El taxi dio media vuelta frente a la puerta principal; Lundberg salio a recibirlo, abrio y cerro la puerta y conecto la alarma de nuevo.

– ?Se ha ido muy tarde la visita o ha ocurrido algo?

Miro preocupado a Peter.

– Alguien ha intentado entrar en mi piso. Por suerte me desperte y sali corriendo tras el hasta Gotgatan pero no vi a nadie.

Omitio la experiencia en el rellano. Lo ultimo que deseaba en el mundo era perder el respeto de Lundberg.

– ?Ni siquiera vio si era ella?

– No, lo unico que vi fue una mano y un alambre a traves de la ranura del buzon. Durante unos segundos tambien vi unos ojos pero no puedo determinar si eran los de ella. Todo sucedio demasiado rapido.

Probablemente no podria asegurar que eran sus ojos aunque los hubiera mirado durante una hora, pero no le dijo eso a Lundberg.

– ?Joder! -exclamo Lundberg-. Siento muchisimo que tambien le haya afectado a usted. Si resulta que era ella.

Durante unos segundos creyo que Lundberg pensaba proponerle que abandonara el caso, pero no lo hizo. En cambio, fue a la cocina y preparo cafe. Siguiendo su costumbre no pregunto si Peter queria, sino que le alargo una taza humeante un par de minutos mas tarde. A Peter le dolio el estomago a causa del cafe, pero en ese momento no le importaba.

Lo que mas deseaba era acostarse.

Como si Lundberg hubiera adivinado sus pensamientos dijo:

– Puede dormir en el dormitorio frente al mio. Quiza este algo desordenado pero la cama es confortable.

Fue delante y encendio la lampara. Peter lo siguio. En la habitacion habia una gran mesa escritorio y unas cuantas estanterias repletas de archivadores y libros. Sobre el escritorio habia montones de papeles y revistas en una especie de desorden organizado. Sobre la cama Lundberg habia comenzado lo que parecia una clasificacion; habia hecho montones con papeles y fotografias prendidas con clips de colores.

– Como le he dicho esta un poco revuelto. Hay un cuarto de invitados al otro lado de la casa si prefiere dormir alli. -Sin esperar una respuesta comenzo a retirar los montones de la cama.

– Aqui estara bien.

Peter habia metido unos calzoncillos limpios, un jersey y el cepillo de dientes en una bolsa que una vez le habian ofrecido como regalo de bienvenida en un club de libros. La coloco sobre la cama que ahora estaba libre de papeles.

– Las sabanas estan limpias. No ha dormido nadie. Por lo menos que yo sepa.

Peter no tenia fuerzas para sonreir por el chiste.

Lundberg se marcho despues de indicarle donde estaba el cuarto de bano. Peter se quito los pantalones y el jersey y se metio en la cama.

Dejo la lampara de la mesilla de noche encendida.

La habitacion, como el resto de la casa, era de buen gusto y todos los libros y revistas le daban una atmosfera de intimidad. Las paredes encima de las estanterias eran gris claro y estaban completamente repletas de pequenos cuadros de todas las epocas, pero todos tenian un mismo y unico motivo: barcos. Permanecio tumbado y los miro un rato; se asombro de la coleccion. Los conto; habia cincuenta y siete cuadros.

El tambien era coleccionista, si bien de una clase diferente.

Coleccionaba recuerdos. Objetos de recuerdo, papeles, notas, flores secas de importantes momentos de su vida. Incluso su primer pez de acuario, un xipho rojo; era como una piel seca que guardaba envuelta en papel de seda dentro de una vieja caja de cerillas. Cada entrada de cine que habia comprado llevaba escrita la fecha y el titulo y estaba guardada en uno de sus cajones. En la parte de atras escribia con quien habia visto la pelicula y lo que le habia parecido. Habia tres categorias. Buena, regular y mala. Nunca en su vida habia tirado una postal o una carta. La mayoria de los tiquets de los bares estaban en una caja junto a viejas tarjetas de socio de clubes, billetes de tren y los recordatorios de la confirmacion de sus companeros de clase. Coleccionaba todo lo que pudiera relacionarse con una ocasion especial. Siempre habia pensado que seria divertido tener todos esos recuerdos en el futuro. Pero ahora, cuando rozaba los cuarenta, empezaba a preguntarse cuando llegaria, en realidad, ese momento. El momento en el que abriria la caja y veria recompensados sus esfuerzos por conservar el tiempo pasado. Hasta ahora la coleccion solo le habia dado mala conciencia ya que las pocas veces que habia perdido una entrada o un programa de teatro se habia desanimado al pensar que su coleccion ya no seria completa. Que la cadena estaba rota y habia perdido el control.

Apago la lampara de la mesilla e inmediatamente sintio miedo de la oscuridad.

Las cortinas no estaban corridas y durante un buen rato permanecio tumbado sopesando los pros y los contras de la cuestion, pero, finalmente, se decidio a correrlas. Encendio la luz de la mesilla de noche y se metio de nuevo en la cama.

Se pregunto cuanto tiempo hacia que no dormia fuera de casa. 1 lacia casi siete anos que habia estado en Goteborg en casa de Eva, y antes de eso debio de ser cuando aun salia con Susanne.

Recordo otra habitacion de invitados en casa de su tia en Nassjo. Durmio alli cuando tenia siete anos; las cinco noches posteriores al dia en el que entro en su casa despues de columpiarse en el jardin y encontro a su madre sentada en suelo de la cocina gritando que papa se habia abrasado. Esa habitacion tenia dos camas, pero la otra estaba vacia, ya que Eva durmio en la cama de su tia.

Nadie durante aquella semana le conto lo que habia ocurrido; se devanaron los sesos para intentar encontrar juegos divertidos y excursiones para distraerle y alejarle de las preguntas.

Pero por las noches, cuando creian que estaba durmiendo, permanecia tumbado despierto y escuchaba a traves de la pared la conversacion en voz baja de los adultos. Comprendio que algo horrible habia sucedido, pero al parecer solo tenia que ver con los mayores. Decidio ser mas obediente que de costumbre ahora que todos estaban tristes. Pronto podria regresar de nuevo a casa.

Cuando la semana acabo su tio Stig los condujo a Eva y a el hasta Faktorigatan, en Huskvarna, y durante todo el trayecto intento que los ninos cantaran distintas canciones y participaran en amenos juegos de letras. Mas tarde Peter comprendio el miedo que debia de tener su tio a que alguno de ellos hiciera preguntas. Eva permanecio sentada en silencio pero Peter canto tan bien como pudo.

Estaba contento y alegre cuando corria hacia el piso.

Su madre estaba sentada en el sofa. Recordaba perfectamente lo mucho que se sorprendio al ver su cara hinchada y los ojos enrojecidos. Le parecio que estaba horrorosa y no deseo sentarse a su lado.

Entonces le pregunto donde estaba su padre.

La reaccion de su madre le asusto tanto que ese recuerdo quedo grabado en su memoria para siempre. Ella comenzo a respirar con dificultad, a llorar como una nina y a gritar.

– ?Esta muerto! ?Esta muerto! ?No lo entiendes? ?Nunca mas volvera a casa! Nunca mas podre verlo. Ya no teneis padre.

Peter salio corriendo a su habitacion y consiguio cerrar la puerta tras de si. Los demas ya tenian suficiente trabajo con intentar calmar a su madre.

Durante varios meses su madre siguio poniendo la mesa para cuatro personas, y lavaba y planchaba,

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