saquean mi oficina, entonces me parece que uno puede esperar que la policia reaccione!
Estaba rojo de ira.
Ella lo estudio en silencio.
No era una mujer facil de asustar.
– Ahora estoy aqui, ?no? -dijo tranquilamente con su parsimonioso acento.
Hizo un movimiento envolvente con la mano.
– ?Cuando descubrieron esto?
Lundberg aun estaba irritado pero intento calmarse. Posiblemente intuyo que solo empeoraria las cosas siendo su enemigo.
– Llegue a la oficina a las ocho menos cuarto mas o menos. Fui el primero. La mayoria tiene horario flexible y prefiere empezar mas tarde. Lo unico que he tocado ha sido el telefono.
Respiro hondo para tranquilizarse aun mas.
– Tambien ha dejado una nota sobre la mesa.
Ella se acerco y la leyo.
– ?Tiene alguna carta o algo por el estilo que pueda mirar?
– Al principio lo tiraba casi todo pero he guardado las dos ultimas cartas. Las tiene Peter.
– ?Y el dedo? Se mencionaba en la denuncia del distrito de Nacka. ?Lo ha entregado como prueba?
– No, no lo he hecho.
Ella arqueo las cejas.
– ?Y por que no?
– Porque ningun cabron me lo ha pedido, y ya que tengo pruebas de sobra de su increible eficacia, Peter se ha ocupado de ello. Lo ha enviado a un laboratorio de Goteborg para ser analizado. Hoy recibiremos los resultados, ?no es cierto, Peter?
Estaba claro que Lundberg ahora utilizaba todo el autocontrol de que era capaz para no mandarla a tomar por culo.
– Si, claro -contesto Peter. Se acerco a la ventana. Deseaba marcharse de alli tan pronto como fuera posible.
– Estaria bien si pudieramos ver las cartas y lo todo demas lo mas pronto posible -dijo ella y miro a su alrededor-. Parece ser que esta mujer se esta volviendo mas y mas audaz. ?Nos podemos sentar en algun sitio tranquilo para que me puedan contar todos los detalles?
Lundberg los dirigio a una sala de reuniones y pidio a Lotta que llevara cafe. Los unicos muebles de la habitacion eran una gran mesa oval con sillas alrededor. Sono el movil de Bodil Andersson; cuando termino de hablar sobre algo que ellos pensaron era otra investigacion en curso ella les explico que tendrian que pasar sin su colega. Se encontraba al otro lado del puente levadizo de Liljeholm.
Peter y Lundberg intentaron contar la historia con tanto detalle como les fue posible. Ella escuchaba interesada y cuando acabaron miro de nuevo a Peter y pregunto:
– ?No trabajara para una empresa que se dedica a rejas para ventanas y cosas por el estilo?
Lundberg tambien lo miro. Primero ligeramente sorprendido pero luego con interes. Al parecer se dio cuenta entonces de que no conocia la autentica ocupacion de Peter.
– Si -contesto Peter.
– Entonces ya se donde nos hemos visto. Usted hizo un trabajo hace medio ano en la empresa de mi hermano en Upplands Vasby. Yo estuve alli y le ayude con la alarma.
Era cierto, habia hecho un trabajo en Upplands Vasby pero eso fue hace, mas o menos, doscientos anos.
– Si, es cierto -respondio el.
Deseo que no le preguntaran mas sobre su negocio.
– ?Cuando podre tener las cosas? -pregunto ella.
– Si el correo funciona como es debido, recibire el dedo hoy; las cartas estan en casa.
– ?Nos podemos ver esta tarde? Me gustaria tener todo eso lo mas rapidamente posible.
– Claro -dijo el.
– ?Puede llevarlo esta tarde a las dos y media a la comisaria de Agnegatan 33?
Peter dudo. Resulto patente para todos los de la habitacion que Peter no deseaba ir a la comisaria. El mismo no sabia por que.
Quiza el banco habia dictado una orden de busca y captura. ?Que sabia el de los procedimientos que utilizaban?
– De acuerdo -dijo Bodil Andersson-. Nos podemos ver en Nybroplan. Junto a Tornbergsuret. A las dos y media.
Todos en la habitacion fueron conscientes de que con eso habia hecho una concesion, como una especie de disculpa por su comportamiento de hacia un rato. Lundberg parecia satisfecho. Peter, sobre todo, se sentia confuso.
– Bueno, ahora les dejo todo esto y espero que ocurra algo tan pronto como sea posible -dijo Lundberg.
– Haremos lo que podamos -prometio ella-. Les dare mis numeros de telefono. Este es el numero directo de mi oficina en la comisaria pero es mas facil localizarme en el movil. Desearia llevarme el traje y la cuerda, si es posible.
– Si, claro -asintio Lundberg-. Preferiria no tener que ocuparme de esto. Estaria bien si por una vez pudiera trabajar con un poco de tranquilidad. Puede utilizar a Peter como contacto. Ultimamente tenemos un trato muy intimo.
Sonrio a Peter, que se sonrojo.
Lundberg, con su evidente masculinidad, podia gastar ese tipo de bromas.
Peter no podia.
14
Peter cogio el metro para ir a casa, a Asogatan. En la alfombra del recibidor habia otra carta del banco y un aviso de Correos segun el cual un paquete grande le esperaba en la oficina de Folkungagatan.
Dejo a un lado la carta del banco.
Se sentia a disgusto en el piso y eso le molestaba. Su hogar habia sido durante estos ultimos tiempos su unico refugio contra el mundo y no deseaba perder esa seguridad. Su casa habia sido literalmente su fortaleza, y se enfado al comprender que la diabla habia conseguido privarle de ella; decidio que ella no se saldria con la suya.
Cogio una bolsa de plastico y guardo las cartas, los somniferos y algo mas de ropa limpia. Deseaba abandonar el piso tan pronto como fuera posible.
Al salir se detuvo en la puerta y regreso para coger el banador. Hacia dias que no se duchaba y una sauna no le vendria mal.
Paso por la oficina de Correos y recogio la carta de su hermana; a continuacion fue a la piscina Forsgrenska. Primero nado un rato pero se canso y entro en la sauna.
Penso en la inspectora Bodil Andersson. Aun tenia miedo de que su presencia influyera en el acuerdo entre Lundberg y el. Ahora, ante el peligro de perderlo, se daba cuenta de que su relacion con Lundberg era enormemente importante para el. Ya no solo tenia que ver con el dinero.
Ademas, estaba nervioso por su reunion en Nybroplan. Lundberg no estaria, lo que significaba que se veria obligado a estar a solas con ella. Obligado a conversar; solo pensar en ello le producia palpitaciones.
El, en general, no era un buen conversador, y menos aun con las mujeres.
Nunca se le habian dado bien las chicas. Era como si hubiese nacido con un problema que hacia que todas las mujeres le hicieran perder el habla.
Despues de la visita de Inger a la casa de su infancia en Faktorigatan, estuvo totalmente hechizado pensando