en ella. Al final sus fantasias se hicieron mas importantes que la propia Inger y dejo de mirarla en la escuela.

Cuando muchos anos despues se entero de que se habia prometido la noticia le dejo completamente indiferente. Por aquel entonces ella ya vivia en su corazon y seria su fiel companera para siempre. Nadie les podia quitar su experiencia juntos o sus fantasias.

Mientras sus companeros estaban totalmente ocupados en buscarse novias y practicar sus habilidades el se quedaba en casa, en su habitacion, y sonaba. Cuando le llego la hora de ir de caza estaba tan poco entrenado que no tuvo ni una oportunidad.

Algun sabado por la noche salia de copas. Sobre todo para huir de la soledad. A veces las mujeres intentaban hablar con el, pero despues de un rato siempre tenian que ir a hacer alguna cosa y no volvian nunca mas. No las culpaba. Sabia que esto se debia a que el era un aburrido que nunca encontraba nada que decir. Era tan obvio que al final hasta dejo de esforzarse. Entonces la diversion consistia en intentar adivinar como conseguirian ellas finalizar la conversacion. La mayoria simplemente se iba al bano.

Otras recordaban de repente que tenian que hacer una llamada importante.

La imaginacion de las mujeres era asombrosa cuando se trataba de evitar su compania.

Estaba satisfecho de ser el mismo quien habia elegido su soledad. Esto le convertia en invulnerable a otras personas. Ellas no le querian y el no las necesitaba. La soledad te hace fuerte. Se esta mejor solo. El mismo habia elegido y no habia tenido que esforzarse lo mas minimo para tomar esa decision.

Eso fue despues de Susanne.

Los primeros anos en SL se relaciono con un grupo de jovenes conductores de autobus. Formaron un equipo de bolos; solian jugar los jueves por la noche, era el dia que la mayoria de ellos empezaba a trabajar temprano.

Siguiendo su costumbre se mantenia un poco apartado del grupo pero apreciaba sus reuniones de los jueves. Todos eran solteros y procedian de fuera de la ciudad, de modo que despues de un tiempo tambien comenzaron a reunirse los fines de semana; salian de copas o a alguna discoteca. El no era nada juerguista asi que siempre se retiraba a casa antes que los demas. Solo.

Una noche le llevaron enganado a una fiesta en casa de uno de los muchachos. El piso estaba abarrotado de gente y lo que mas hubiera deseado era dar media vuelta e irse. No tuvo tiempo. Una muchacha le puso un vaso de vino en la mano y le arrastro a la pista de baile. La musica estaba alta y no necesitaba hablar; el grupo de amigos se ocupo de que su vaso de vino estuviera siempre lleno. Cuando el piso, unas horas mas tarde, comenzo a vaciarse el estaba en la pista de baile mareado y aturdido con los brazos alrededor de la cintura de la chica.

Se habia enamorado.

Fueron a casa de ella y se acostaron; a pesar de su escasa experiencia, por fin el comprendio de que se trataba.

Por la manana hicieron de nuevo el amor y el, calido y feliz, tuvo que cerrar los ojos para no ruborizarse.

Siguieron viendose. Iban al cine o a algun museo o daban largos paseos por Djurgarden. Susana estudiaba historia del arte en la universidad y le llevo a exposiciones y vernissages que el ni siquiera sabia que existieran.

Se reian mucho y por primera vez en su vida hablo de su padre, de su pena y de las mentiras a su madre. De ese modo ella poseia toda su alma, pero el se la entrego gustoso, completamente seguro de que nunca se separarian.

Al fin habia comprendido. Asi que era eso el secreto de la grandeza del amor. Era de eso de lo que trataban todas las incomprensibles peliculas que habia visto. Sin angustia, sin necesidad de pronunciar una sola palabra, poder mostrar quien es uno realmente. Sin el constante miedo de no dar la talla, poder descubrir las propias limitaciones, y a pesar de todos los fallos, no tener que sentirse preocupado de ser dejado de lado.

Siempre habia visto ese periodo de su vida como claro, de color lila claro y entonces, por primera vez en su vida desde el Tiempo anterior, experimento lo que se sentia cuando se era totalmente feliz.

Al cabo de seis meses y diez dias ella llamo un dia y dijo que no podrian verse el fin de semana siguiente. El curso de dibujo al que asistia habia organizado un taller de fin de semana.

El no cruzo la puerta en todo el fin de semana, se quedo en casa, en su piso, subiendose por las paredes.

El domingo por la noche, cuando creyo que ella ya habria vuelto a casa, preparo una cesta con vino y queso y tomo el autobus hasta su piso en Rorstrandsgatan. No estaba en casa, de modo que se dispuso a esperarla fuera en el portal.

Llego media hora mas tarde. La vio venir a lo lejos desde St Eriksplan, mucho antes que ella lo viera a el. Reia y parecia feliz, estaba tan bella que sintio una punzada de dolor en el estomago.

Iba cogida de la mano de un dios griego rubio.

Estaban a solo una veintena de pasos del portal cuando ella lo vio. Se volvio hacia el dios, le susurro algo que Peter no pudo oir y luego le solto la mano. La intimidad del susurro en el oido del hombre hizo que el suelo se abriera bajo sus pies. Su Susanne, la que poseia su alma, estaba susurrandole a un hombre extrano; la sensacion de quedar excluido fue tan fuerte que se sorprendio de no ver levantarse un muro que los separara. Su intimidad era tan evidente que refulgia a su alrededor; no necesitaba escuchar ni una palabra para comprender que todo estaba perdido.

Pasaron horas, ?o fueron segundos?

Finalmente ella se acerco a el.

Su mirada estaba clavada en el suelo, no le miro a los ojos ni una sola vez.

– No me ha sido nada facil -dijo ella-. Se que solo me tienes a mi.

Pasaron unas horas mas. El abismo entre ellos crecia.

– Conoci a Krister hace unas semanas. Es modelo en mi clase de dibujo. No pude evitar enamorarme de el.

Su lengua estaba pegada al paladar. Nunca volvio a despegarse del todo. Sin decir una palabra le entrego la cesta con el vino, dio media vuelta y se fue.

De eso hacia dieciocho anos y esa fue la ultima vez que la vio.

Despues de eso nunca se atrevio a confiar en nadie.

Cuando salio a Medborgarplatsen el reloj de la fachada de la Forsgrenska marcaba las doce y diez. Decidio caminar hasta Nybroplan. Le dio tiempo a llegar a Osterlanggatan antes de sentir hambre y entro en el primer restaurante que encontro. Se sento a una mesa junto a la ventana.

Aun se sentia nervioso.

Despues de pedir saco el sobre acolchado marron de su hermana. Para no perder el apetito dejo la cajita de seda dentro del sobre pero saco la lista y los resultados de los analisis y comenzo a leer.

En la parte superior su hermana habia escrito un saludo: que tuviera cuidado y que esperaba que los visitara pronto. Habia un tono de ruego en sus palabras como si ella realmente deseara verlo. Tenian, ciertamente, muy poca relacion, y si Eva no hubiese intentado mantenerla, seguramente ni se verian.

En realidad, no podia explicar por que.

Comenzo a leer la lista. Le pidio al camarero un boligrafo y marco todas las instituciones cercanas a Estocolmo. Eran siete en total y correspondian a veinticuatro de los analisis. Cuatro analisis eran de Karolinska y siete del hospital Sur. El resto de las instituciones sanitarias representadas eran: cuatro de centros de salud de las afueras, tres de centros de maternidad y seis analisis del hospital psiquiatrico de Beckomberga.

Cuando acabo de comer regreso a Stora Nygatan, entro en Correos e hizo unas copias de la lista en la impresora. Las guardo en el bolsillo interior de su chaqueta.

Llego con tiempo de sobra al lugar de la reunion. El reloj de Tornberg marcaba las dos y veinte.

Ella llego con cinco minutos de retraso. La vio venir por Nybrogatan; no hizo ningun ademan de apresurarse sino que se detuvo a mirar el escaparate de una tienda de antiguedades enfrente de la entrada del Dramaten.

Peter sostenia la bolsa de Konsum lista para entregarsela y hacer asi el encuentro tan corto como fuera

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