Permanecio un rato en silencio.

– Pero claro -continuo con su autocritica-, es facil decirlo cuando uno ya ha ganado mas de lo que puede gastar.

Lundberg se habia puesto de pie mientras hablaba; ahora estaba junto al armario chino y se sirvio un whisky. Peter cabeceo para indicar que a el no le apetecia.

– No se que tienes, Peter Brolin. Quiza me recuerdes a Janne. Quiza solo sea que eres un soplo de aire fresco en mi demasiado homogeneo grupo de amigos. Tienes una autenticidad a la que uno no esta acostumbrado en el circulo en que me muevo. No te dejas impresionar, siempre eres tu mismo. No creo que haya conocido a una persona mas integra que tu. Me doy cuenta de que con lo que me has contado esta noche has hecho lo que hace el perro que descubre su cuello a su contendiente en senal de sometimiento.

Permanecieron en silencio unos segundos. Lundberg dio un largo trago a su whisky y prosiguio:

– No te voy a dejar escapar tan facilmente. No voy a dejar que abandones. Quiero que prosigas con tu trabajo como habiamos acordado y, joder, no pienso aceptar tu fracaso. Tienes que mostrarme a mi, a ti mismo y sobre todo a esa prepotente policia que no te rindes, que puedes resolver esto. Tienes mi apoyo al cien por cien. Pero hasta que no nos demuestres a todos lo que vales no pienso ayudarte en tus problemas economicos. Tu mismo tienes que luchar para arreglarlos. No deseo echar a perder nuestra amistad porque tengas que pasar el resto de tu vida estandome agradecido; nunca sabria si estas conmigo porque lo deseas o por agradecimiento. ?Eres mas listo de lo que crees, Peter Brolin! Ya lo has demostrado. Lo unico que ocurre es que hasta ahora nadie mas lo ha visto. Tu menos que nadie.

Peter habia dejado de llorar. Estaba sentado completamente quieto y miraba a Lundberg que tomo de un trago las ultimas gotas del whisky.

En la habitacion reinaba un completo silencio.

La puerta en el interior de Peter estaba abierta de par en par y todo su cuerpo miro sorprendido hacia la fuerte luz que brillaba en su interior. Cada pequena parte de el era consciente de que algo fantastico habia ocurrido.

Habia conseguido un amigo de verdad.

16

El fin de semana transcurrio sin ninguna muestra de la existencia de la diabla. Peter habia matado el tiempo mirando algunos libros de las estanterias de su habitacion y Olof habia trabajado un poco. Sus papeles estaban extendidos sobre la mesa del comedor; se habia instalado ahi en lugar de trabajar en su habitacion.

El sabado por la noche fueron a comprar unas pizzas al centro comercial de Ektorp y vieron una entretenida pelicula en la television. Ninguno de ellos dijo nada especial, pero parecia como si ambos apreciaran la compania del otro.

El domingo dieron un largo paseo por Saltsjo-Duvnas y por Nackareservatet; no regresaron a casa antes del anochecer.

Ninguno de ellos comento la conversacion del viernes por la noche. Se lo habian contado todo y eso habia fortalecido los lazos entre ellos. No necesitaban darle mas vueltas al asunto. Peter estaba tranquilo, convencido de que ya no necesitaba luchar para ganarse el respeto de Lundberg. Lo tenia a buen recaudo en su interior y ahora solo necesitaba demostrarse a si mismo que era digno de el.

Cuando Olof se fue a la oficina el lunes por la manana Peter se quedo en casa. Habia decidido hacer una llamada.

La casa se quedo desagradablemente en silencio cuando Olof se marcho y aun cuando estaba a plena luz del dia se sintio incomodo. Encendio la radio para romper el silencio.

Busco las paginas amarillas, marco el numero del hospital psiquiatrico Beckomberga y pidio hablar con alguien del laboratorio. Habia extendido las copias de la lista de Eva sobre la mesa del comedor La nueva seguridad en si mismo le habia dado el valor necesario para hacer un intento alocado.

– Soy el profesor Per Wilander y llamo del Instituto de Enfermedades Infecciosas. Necesito su ayuda para un caso urgente. Nos han pedido que colaboremos con la policia en la investigacion de un crimen. La cuestion es que la Sapo a traves de unos contactos confidenciales ha conseguido unos analisis de sangre que con toda probabilidad pertenecen a uno de sus pacientes de Beckomberga. Hemos encontrado en la sangre una bacteria extrana y muy peligrosa llamada clomodin Ch2, pero no sabemos a quien pertenecen estos analisis; sin embargo, es de la maxima importancia que encontremos a esa persona y a las que hayan podido estar en contacto con ella. Nuestra unica pista es que la sangre proviene de una mujer, probablemente de unos cuarenta anos, y que le hicieron unos analisis en marzo del noventa y seis. Pude ser que tambien haya estado internada aqui hace poco mas de un mes, pero no estamos seguros.

Peter, durante el fin de semana, habia pensado en la razon por la que la diabla habia cortado temporalmente su contacto con Lundberg, como ella misma habia comentado en una de sus cartas. Prosiguio:

– El contagio significa peligro de muerte y ni siquiera es seguro que la paciente este aun con vida pero si contra todo pronostico vive, es de la maxima urgencia que nos pueda informar de sus actividades para evitar mas muertes.

La mujer al otro lado de la linea parecia asustada y desconcertada.

– Puedo mirar en nuestros historiales pero, como sabe, son confidenciales. Primero necesitare la autorizacion de la direccion del hospital.

– Por supuesto -respondio Peter-. Pero es muy urgente. La probabilidad de que las personas que hayan estado en contacto con los analisis de sangre en el hospital esten contagiadas es muy alta debido a que el contagio se produce por el aire. Si yo fuera usted, actuaria con rapidez. Yo mismo me contagie al trabajar con los analisis y he empezado a medicarme pero todavia no estoy bien, y menos aun libre de contagio. Le ruego que evite dilaciones.

– ?Como dijo que se llamaba y donde puedo localizarle? -pregunto ella.

– Si encuentra alguna paciente que haya entregado analisis de sangre durante ese periodo de tiempo puede telefonear directamente a la inspectora Bodil Andersson de la policia de Norrmalm.

Le dio el numero de telefono.

– Yo mismo padezco constantes dolores a causa de la enfermedad y ya no podre formar parte de la investigacion. Pronto sere operado. Por cierto, el grupo sanguineo de la mujer es O positivo. Eso les ayudara en su busqueda. No es un grupo sanguineo corriente, de modo que probablemente podra eliminar a una serie de pacientes. Si fueran tan amables de enviar un fax con el nombre a la policia les estaria inmensamente agradecido. El numero de fax es seis, seis, tres, doce, diecinueve, a mi nombre, profesor Per Wilander. Asi podriamos ahorrarnos unos segundos de vital importancia. Gracias por su ayuda y no olvide que puede salvar unas vidas si se apresura. ?Su nombre era Solveig Gran?

Peter colgo el telefono.

Una hora y media despues llamo Olof.

– Hola. Nuestra amiga de la policia ha llamado ahora mismo, te esta buscando. Parecia enfadada.

– Vaya -respondio Peter tranquilamente-. Eso no es normal. La llamare y le dire que podemos vernos en tu oficina dentro de una hora. ?Vale?

– Si, claro. Coge un taxi y pide una factura. La deducire como asunto laboral.

Peter se bajo del taxi frente a la floristeria Lowstedt. Ahi estaba el mismo empleado de la ultima vez. Miro preocupado a Peter cuando este cruzo la puerta.

– ?No encontro la galeria? -pregunto nervioso-. He estado al tanto por si veia a la mujer pero no la he visto, de ser asi le hubiese llamado. ?Se lo prometo!

– Encontre la galeria -dijo Peter-. Gracias por su ayuda.

Se inclino confidencialmente sobre el mostrador y dijo en voz baja.

– Me he visto obligado a dar su numero de fax para un asunto secreto. ?No habra recibido por casualidad un

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