reponerse de las heridas, intentar olvidar y recuperar el gusto por la vida. El aire parecia mas puro, mas transparente que en cualquier otro lugar. Cerro los ojos para respirarlo mejor, pero una carcajada de su amiga le hizo abrirlos de nuevo. Marie le senalo un pescador, vestido con uniforme de guardabosque, que parecia dormitar al borde del lago, con el sombrero tan hundido que ni siquiera se veia el color de su pelo. Y al mismo tiempo, recito:

En regardant pescher Sylvie

Je voyais battre les poissons

A qui plus tost perdrait la vie

En l'honneur de ses hamecons.[28]

—Se diria que la gentil duquesa ha cambiado mucho. ?Veamos quien se esconde debajo de ese sombrero! —anadio, tomando de la mano a su amiga para correr hacia el hombre, al que abordo con la pregunta ritual—: ?Pican?

El pescador levanto la cabeza y el corazon de Sylvie dio un vuelco, por mas que se lo esperara un poco: era Francois. El les sonrio.

—Sois puntuales, ?eso esta bien!

Pero ya Marie empezaba a renirle:

—?Ya me temia que erais vos! ?Que clase de insensato sois, querido duque, para dedicaros a este genero de juegos en semejante momento? ?No sabeis en que situacion nos encontramos?

—Precisamente por eso estoy aqui. Es necesario que la reina salga del castillo esta misma noche. Lo he preparado todo y...

—?Una fuga? ?Nada menos? ?Quereis que la reina de Francia ponga pies en polvorosa como una delincuente espantada?

—?Menos palabras rimbombantes, querida! Hay precedentes y no tendra que descolgarse por una ventana con una escala de cuerda como hizo antes, en Blois, la reina madre, que era mucho mas vieja y tambien mas gorda. Bastara que al anochecer volvais aqui a respirar aire fresco. En el bosque os cambiareis de ropa y no sera Mademoiselle de Hautefort quien salga: sera la reina vestida como Mademoiselle de Hautefort. Las dos sois rubias y de la misma estatura. Traereis a Su Majestad aqui, donde estara todo preparado. Sylvie —anadio volviendose hacia la joven, que le miraba sin decir palabra—, tu iras con ella. ?Me da demasiado miedo que la tomen contigo cuando se descubra la fuga!

—?No sentis la misma preocupacion en lo que a mi respecta? —observo Marie.

—No —respondio Franc.ois con una franqueza desarmante—. Y eso por varias razones: sois la mujer mas valerosa que conozco, perteneceis a una casa grande y, sobre todo, el rey os ama.

—?Vaya amor! Ni siquiera me lo encuentro por casualidad en un recodo o detras de una puerta. Caza todo el dia, vuelve a la noche cerrada y las consignas son severas: ningun miembro de la casa de la reina puede acercarsele. ?Y donde pensais llevarla... suponiendo que aceptemos vuestra oferta?

—No teneis opcion. A menos que prefirais ver a vuestra ama arrojada a una prision a la espera de un juicio preparado de antemano. La llevare a los Paises Bajos, donde su hermano la acogera con alegria. Despues, podria gobernar la provincia en sustitucion de la difunta infanta Isabel Clara Eugenia.

—?Y vos volveriais en triunfo al frente de un ejercito espanol, vos, un principe frances, para arrasar el reino a fuego y sangre? ?En eso sonais? Porque estais sonando, permitidme que os lo diga.

—Lo que yo haga carece de importancia. Solo cuenta la reina... ?ella sola!

—No lo dudaba. ?Estais loco, pero la amais sinceramente!

—?Decid mas bien que la adoro! —exclamo el con una voz tan apasionada que el corazon de Sylvie temblo.

—En tal caso, explicadme como es posible que, siendo como sois su amante, todavia no le hayais hecho un nino.

Brutalmente devuelto a la tierra desde las alturas de su ensonacion, Beaufort se quedo sin respiracion. Casi se ahogo al responder:

—?Me parece que sois vos quien esta loca! ?Quereis que Europa entera la senale como adultera? ?Que la arrastren tal vez hasta el patibulo o que la encierren en un convento hasta el fin de sus dias? ?Sabed, senorita, que hago todo lo necesario para que nuestros amores no tengan consecuencias!

—?Y vos sois el nieto del Vert-Galant! —suspiro Marie—. ?Permitidme deciros, querido amigo, que por mas que sois el prototipo del amante perfecto y un autentico paladin, no por ello dejais de ser tambien un panfilo! ?Por que creeis que os he facilitado el acceso a su alcoba? Hace semanas que vigilo las menstruaciones de la reina, pero, ?ay!, siempre se presentan puntuales a la cita.

—Eso... eso es una locura —tartamudeo Francois, desconcertado.

—?No, monsenor, es politica! ?Mi politica! Porque habeis de saber que estoy preparada para disimular cualquier retraso de modo que el rey pueda creerse el padre... ?o por lo menos hacer como si se lo creyera! ?Comprendereis por fin que la reina encinta es la reina salvada? ?Hace veinte anos que el reino espera el hijo que nunca llega! Estoy segura de que el mismo cardenal aceptaria a ese hijo como el Mesias, aunque luego se dedique a silenciar a todos los que hayan podido participar en su concepcion. ?Quereis apostar?

—Es una locura —repitio Francois.

Se oyo entonces la dulce voz de Sylvie:

—No, monsenor, porque al igual que nuestro rey, vos descendeis de san Luis. Lo que no es aceptable en un gentilhombre cualquiera, puede ser adecuado en un principe de sangre si el bien del reino lo exige...

—?Tu tambien?

—?Que os decia? ?Es inteligente, esta chiquilla! —exclamo Marie, triunfal.

—Mas que yo, sin duda —suspiro Francois con amargura—. De todas maneras, es demasiado tarde. A menos que sigais mi plan: me llevo a la reina esta noche...

—?Y le haceis un hijo en Bruselas? ?Oh, que buena idea! De todas maneras, esta fuera de cuestion que os la lleveis. Teneis que daros cuenta de que para ella seria la manera mas sencilla de declararse culpable. Por otra parte, no aceptara...

—Intentadlo, a pesar de todo.

—No aceptara porque yo sabria impedirselo incluso en el caso de que tuviera la tentacion de hacerlo. Debe quedarse donde esta: ?reina de Francia, frente a y en contra de todos!

—?Y que va a ser de mi? Nunca mas tendre la posibilidad de estar a solas con ella. El Val-de-Grace ha sido invadido. Han descubierto y tapiado el portillo...

—En caso de necesidad podeis saltar el muro. La puerta no era mas que una comodidad suplementaria... ?Ya me las arreglare para proporcionaros algun rato de intimidad, pobres amantes! ?Pero no aqui! En la situacion en que nos encontramos es imposible, pero, en el Louvre por ejemplo, se me ocurre una idea... A menos que juzgueis que la puerta de las cocinas y un disfraz adecuado son indignos de vos.

—Puesto que me abris la puerta del paraiso, podeis hacerme pasar por el infierno si quereis, pero, por piedad, ?no me hagais esperar demasiado tiempo! Me muero sin ella, y no me he atrevido a ir a saludarla...

—Una actitud prudente. En este momento agravariais su situacion. Por lo demas, teneis algo mas urgente que hacer.

Saco de un bolsillo un librito encuadernado en tafilete rojo y se lo tendio:

—Puesto que teneis tantas ganas de viajar, ?corred a la Turena, al castillo de Couzieres! Entregareis esto, sin mas explicacion, a la senora duquesa de Chevreuse. Ella comprendera lo que significa.

—?Y que es lo que significa?

—?Dios mio, que curioso sois! Que debe huir, por supuesto, y lo mas lejos posible. Richelieu es muy capaz de hacerla detener si La Porte habla.

—Cosa muy de temer si se utilizan determinados medios.

—Yo creo que no. De cualquier forma, voy a asegurarme. Ahora os dejaremos con vuestros peces e iremos a buscar fresas. ?Dios os guarde, amigo mio!

El la retuvo aun, con los ojos puestos en Sylvie:

—Mi mayor deseo es que os guarde a vos, a vos y sobre todo a esta nina... La reaccion de Sylvie fue

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