redadas en la zona.
– ?Es la primera vez que hacen una conferencia de prensa al respecto? -pregunte solo para darle una vuelta mas de tuerca.
– No lo se -dijo Grossman.
Examino la sala en busca de la mano de otro periodista, pero nadie le ayudo.
– Tengo otra pregunta -insisti-. En relacion con las ordenes de registro surgidas del asesinato de Denise Babbit, ?han encontrado el lugar donde supuestamente fue retenida y asesinada tras su rapto?
Grossman estaba preparado para responder pasando la pelota.
– No es nuestro caso. Tendra que hablar con la policia de Santa Monica o con la oficina del fiscal sobre eso.
Parecia satisfecho con su respuesta y con darme con la puerta en las narices. Yo no tenia mas preguntas, y Grossman examino la sala una ultima vez y termino con la conferencia de prensa. Me quede junto a mi asiento, esperando que Angela Cook volviera de la parte delantera de la sala. Iba a decirle que lo unico que necesitaba de ella eran sus notas sobre los comentarios del jefe de policia. Todo lo demas lo tenia cubierto.
El agente uniformado que me habia dado el papel al entrar se me acerco y me senalo la puerta que estaba al otro lado de la sala. Sabia que conducia a una sala adjunta donde se guardaba parte del equipo que se utilizaba en las conferencias de prensa.
– El teniente Minter quiere ensenarle algo -dijo el agente.
– Bien -comente-. Yo tambien quiero preguntarle algo.
Entramos y Minter me estaba esperando alli, sentado a la esquina de un escritorio, tieso como un palo. Minter, un hombre atractivo, alto y delgado, piel cafe con leche, diccion perfecta y sonrisa presta, estaba a cargo de la Oficina de Relaciones con los Medios. Era un puesto importante en el Departamento de Policia de Los Angeles, pero siempre me habia desconcertado. ?Por que un policia -despues de toda su formacion y de tener su pistola y su placa- querria trabajar en relaciones con los medios, donde jamas se hacia ningun trabajo policial? Sabia que el puesto te ponia en la tele casi todas las noches y que tu nombre aparecia en el periodico una y otra vez, pero no era trabajo policial.
– Hola, Jack -me dijo Minter en tono amistoso al darnos la mano.
Yo inmediatamente actue como si hubiera pedido la reunion.
– Hola, teniente. Gracias por recibirme. Me preguntaba si podria darme una foto del sospechoso llamado Hicks para mi articulo.
Minter asintio.
– No hay problema, es adulto. ?Quiere alguna mas?
– No, solo esa. No les gusta mucho sacar fotos de ficha policial, asi que tendre suerte si puedo usar una.
– Tiene gracia que quiera una foto de Hicks.
– ?Por que?
Busco a su espalda en el escritorio y saco una carpeta. La abrio y me entrego una foto de 20 x 25. Era una imagen de vigilancia con codigos policiales en la parte inferior derecha. En ella aparecia yo dandole a Darnell Hicks los cincuenta dolares que me habia cobrado como impuesto callejero el dia anterior. Inmediatamente me fije en que la foto tenia mucho grano y supe que la habian sacado desde cierta distancia y en un angulo bajo. Al recordar el aparcamiento donde se habia producido el pago, supe que estaba en el corazon de Rodia, y la unica manera de sacar una foto asi era desde dentro de uno de los edificios de apartamentos que lo rodeaban. Entonces entendi a que se referia Grossman con apoyo y cooperacion de la comunidad. Al menos un residente de Rodia les habia permitido usar el apartamento como puesto de vigilancia.
Sostuve la foto.
– ?Me la da para mi album de cromos?
– No, pero espero que me hable de ello. Si tiene un problema, Jack, puedo ayudarle.
Su sonrisa era falsa. Y yo era lo bastante listo para saber lo que estaba pasando: trataba de presionarme. Una foto como esa fuera de contexto ciertamente enviaba un mensaje equivocado si se filtraba a un jefe o a un competidor. Pero sonrei otra vez.
– ?Que quiere, teniente?
– No queremos crear controversia donde no hay necesidad, Jack. Como con esta foto: podria tener muchos significados. ?Por que meternos en eso?
El mensaje estaba claro: no sigas con el asunto de la reaccion de la comunidad. Minter y el equipo de mando que tenia por encima sabian que el
– Supongo que no recibio la nota -dije-. Me voy. Me despidieron el viernes, teniente, o sea que no puede hacerme nada. Solo me quedan dos semanas. Asi que si quiere enviar esa foto a alguien del periodico, se la mandaria a Dorothy Fowler, la redactora jefe de Local. Pero eso no conseguira cambiar con quien hablo de este articulo o que escribo. Ademas, ?los tipos de Narcoticos saben que esta ensenando asi sus fotos de vigilancia? Eso es peligroso, teniente. -Sostuve la foto para que la mirase-. Mas que decir algo sobre mi, lo que dice esta imagen es que su equipo de Narcoticos tenia un punto de vigilancia dentro del apartamento de alguien en Rodia. Si eso se sabe, esos Crips probablemente empezaran una caza de brujas. ?Recuerda lo que ocurrio hace un par de anos en la calle Blythe?
A Minter se le helo la sonrisa en el rostro al tiempo que yo veia que sus ojos repasaban el recuerdo. Tres anos antes, la policia habia llevado a cabo una operacion de vigilancia similar en un mercado de drogas de la calle Blythe, en Van Nuys, controlado por una banda de latinos. Cuando las fotos de vigilancia de los camellos fueron entregadas a los abogados que defendian a los detenidos, la banda enseguida adivino desde que apartamento se habian hecho. Una noche tiraron una bomba incendiaria en el apartamento y una mujer de sesenta anos murio quemada en su cama. El departamento de policia no obtuvo una atencion muy positiva por parte de la prensa y pense que Minter estaba reviviendo el fiasco.
– Tengo que ir a escribir -dije-. Pasare por Relaciones con los Medios y recogere la foto al salir. Gracias, teniente.
– Vale, Jack -dijo por rutina, como si el contexto de nuestra conversacion no hubiera existido-. Espero volver a verle antes de que se vaya.
Volvi a entrar en la sala de prensa. Algunos de los camaras todavia estaban alli, guardando su equipo. Busque a Angela Cook, pero no me habia esperado.
La transcripcion de 928 paginas de la confesion de Winslow, asi como los otros documentos que habia enviado a la central de copias me estaban esperando en mi escritorio. Me sente y tuve que resistirme a la tentacion de zambullirme directamente en la confesion. Pero deje de lado la pila de quince centimetros y encendi el ordenador. Abri mi libreta de direcciones en la pantalla y busque el numero del reverendo William Treacher, el jefe de una asociacion de pastores de South L. A. Siempre estaba dispuesto a dar una opinion contraria a la del departamento de policia.
Acababa de coger el telefono para llamar al reverendo Treacher cuando senti una presencia a mi lado y levante la cabeza para encontrarme con Alan Prendergast.
– ?Has recibido mi mensaje? -pregunto.
– No, acabo de llegar y queria llamar al reverendo Treacher antes que nadie. ?Que pasa?
– Queria hablar de tu articulo.
– ?No has recibido el texto de prevision que mande? Dejame hacer esta llamada rapida y puede que tenga algo mas que anadir.
– No me refiero al articulo de hoy, Jack; ya se ocupa Cook. Quiero que me hables de tu articulo a largo plazo. Tenemos la reunion de futuros dentro de diez minutos.
– Espera un momento. ?Que quiere decir que Cook se ocupa?