– ?Que estas haciendo aqui? -pregunto.

Carver se levanto y volvio a hacer rodar su silla hasta la estacion de trabajo vacia.

– Estoy ejecutando un programa en mi oficina y queria comprobar una cosa de Mercer & Gissal.

A Mc Ginnis no parecio importarle. Miro a traves de la ventana principal a la sala de servidores, el corazon y el alma del negocio.

– ?Como va? -pregunto.

– Unos pocos problemas de router -informo Carver-. Pero lo arreglaremos y estaremos en marcha antes de la fecha prevista. Puede que tenga que ir otra vez alli, pero sera un viaje rapido.

– Vale. ?Donde se ha metido todo el mundo? ?Estas solo?

– Stone y Early estan en la parte de atras, construyendo una torre. Estoy vigilando las cosas aqui hasta que empiece el turno de noche.

Mc Ginnis asintio de manera aprobatoria. Construir otra torre significaba mas negocio.

– ?Ha pasado alguna otra cosa?

– Tenemos un incidente en la torre treinta y siete. He sacado los datos de alli hasta que pueda solucionarlo. Es temporal.

– ?Hemos perdido algo?

– No que yo sepa.

– ?De quien es?

– Pertenece a un centro privado en Stockton, California. No es de los grandes.

Mc Ginnis asintio. No era de un cliente de quien tuviera que preocuparse.

– ?Que hay de la intrusion de la semana pasada? -pregunto.

– Todo controlado. El objetivo era Guthrie, Jones. Estan en un litigio de tabaco con una firma llamada Biggs, Barlow & Cowdry, en Raleigh-Durham. Alguien en Biggs penso que Guthrie se estaba reservando informacion probatoria y trato de echar un vistazo por si mismo.

– ?Y?

– El FBI ha abierto una investigacion sobre porno infantil y el genio es el principal sospechoso. No creo que este mucho tiempo mas por aqui para molestarnos.

Mc Ginnis asintio en senal de aprobacion y sonrio.

– Ese es mi espantapajaros -dijo-. Eres el mejor.

Carver no necesitaba que se lo dijera Mc Ginnis para saberlo. Pero era mayor que el y era el jefe. Y Carver estaba en deuda con el porque le habia dado la oportunidad de crear su propio laboratorio y centro de datos. Mc Ginnis lo habia puesto en el mapa. No pasaba un mes sin que Carver fuera tentado por un competidor.

– Gracias.

Mc Ginnis volvio hacia la puerta de seguridad.

– Luego ire al aeropuerto. Tenemos a una gente que viene de San Diego y haran la visita manana.

– ?Adonde vas a llevarlos?

– ?Esta noche? Probablemente a una barbacoa en Rosie’s.

– Lo normal. ?Y luego al Highlighter?

– Si hace falta. ?Quieres salir? Puedes impresionar a esa gente y asi me echas una mano.

– La unica cosa que los impresiona son las mujeres desnudas. No me interesa.

– Si, bueno, es un trabajo duro pero alguien ha de hacerlo. En fin, te dejo a lo tuyo.

Mc Ginnis salio del centro de control. Su oficina estaba arriba, en la parte delantera de la planta baja del edificio. Era un despacho privado y se quedaba alli la mayor parte del tiempo para recibir a potenciales clientes y probablemente para mantenerse a salvo de Carver. Sus conversaciones en el bunker siempre le resultaban un poco tensas. Mc Ginnis daba la impresion de que sabia reducir al minimo esos momentos.

El bunker pertenecia a Carver. La empresa estaba montada con Mc Ginnis y el personal administrativo encima, en el lugar de entrada. El centro de hosting con todos los disenadores y operadores estaba tambien en la superficie. Sin embargo, la granja con los servidores de alta seguridad se hallaba bajo la superficie, en el llamado bunker. Pocos empleados tenian acceso al subterraneo y a Carver le gustaba que asi fuera.

Carver se sento otra vez en la estacion de trabajo y volvio a conectarse. Saco de nuevo la foto de Angela Cook y la estudio unos minutos antes de entrar en Google. Era el momento de ponerse con Jack Mc Evoy y ver si habia sido mas listo que Angela Cook en protegerse.

Puso su nombre en el buscador y enseguida sintio una nueva excitacion. Jack Mc Evoy no tenia blog ni perfil en Facebook ni en ningun otro sitio que Carver pudiera encontrar, pero su nombre aparecia numerosas veces en Google. Penso que le sonaba el nombre y ahora supo la razon: una docena de anos antes, Mc Evoy habia escrito el libro de mayor autoridad sobre un asesino llamado «el Poeta», y Carver habia leido ese libro, repetidamente. Para ser exactos, Mc Evoy habia hecho algo mas que simplemente escribir un libro sobre el asesino: habia sido el periodista que habia revelado el Poeta al mundo. Se habia acercado lo suficiente para respirar su ultimo aliento. Jack Mc Evoy era el asesino de un gigante.

Carver asintio lentamente al tiempo que estudiaba la foto de Mc Evoy en la solapa de una vieja pagina de Amazon.

– Bueno, Jack -dijo en voz alta-. Me siento honrado.

El perro de la periodista la delato. El nombre del animal era Arfy, segun una entrada del blog de cinco meses antes. A partir de ese dato, Carver solo necesito dos variaciones para hacerlo encajar en la contrasena requerida de seis caracteres. Penso en Arphie y logro acceder a la cuenta de LATimes.com de Angela Cook.

Siempre habia algo extranamente excitante en el hecho de estar dentro del ordenador de alguien. La invasion resultaba adictiva; noto un tiron en las entranas. Era como estar dentro de la mente y el cuerpo de otra persona. Como ser otro.

Su primera parada fue en el correo electronico. Lo abrio y descubrio que Angela Cook era una chica ordenada. Solo habia dos mensajes sin leer y unos pocos que habia leido y guardado. No vio ninguno de Jack Mc Evoy. Los nuevos mensajes eran de «como te va en los Angeles» de una amiga de Florida -lo sabia porque el servidor era Road Runner de Tampa Bay- y un mensaje interno del Times que parecia un laconico toma y daca con un supervisor o un redactor.

De: Alan Prendergast «[email protected]·

Asunto: Re: choque

Fecha: 12 de mayo 2009, 2.11 PM PDT

A: [email protected]

Calma. Pueden pasar muchas cosas en dos semanas.

De: Angela Cook [email protected]

Asunto: choque

Fecha: 12 de mayo 2009, 1.59 PM PDT

A: Alan Prendergast «[email protected]·

Me dijiste que lo escribiria YO

Al parecer, Angela estaba enfadada. Pero Carver no sabia lo suficiente de la situacion para entenderlo, asi que siguio adelante y abrio el buzon de correo antiguo. Alli tuvo suerte. No habia borrado la lista de mensajes desde hacia mucho. Carver paso cientos de mensajes y vio varios de su colega y coautor Jack Mc Evoy. Empezo con el mas antiguo y fue avanzando hacia los mensajes mas recientes.

Enseguida se dio cuenta de que era todo inocuo, solo comunicaciones basicas entre colegas sobre articulos y reuniones en la cafeteria para tomar cafe. Nada lascivo. Carver supuso por lo que leia que Cook y Mc Evoy no se habian conocido hasta hacia poco. Habia rigidez o formalidad en los mensajes de correo; ninguno de los dos

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