cerrado y fui a abrir una ventana mientras Rachel miraba en el armario.

– ?Por que no tienes esto en una pared en alguna parte, Jack? -pregunto.

Me volvi. Habia encontrado el anuncio a pagina completa de mi libro en el New York Times. Lo habia enmarcado, pero llevaba dos anos en el armario.

– Estaba en la oficina, pero despues de diez anos sin continuacion, empezo a parecerme una burla. Asi que lo puse alli.

Rachel asintio con la cabeza y entro en el cuarto de bano. Yo contuve la respiracion, porque no sabia en que condiciones sanitarias estaba. Oi que se corria la cortina de la ducha y, a continuacion, Rachel volvio a retroceder hacia el dormitorio.

– Deberias limpiar la banera, Jack. ?Quienes son todas las mujeres?

– ?Que?

Senalo la comoda, donde habia una fila de fotos enmarcadas en pequenos caballetes. Yo las fui senalando una por una.

– Sobrina, cunada, madre, exesposa.

Rachel levanto las cejas.

– ?Exesposa? Conseguiste olvidarme, pues.

Rachel sonrio y yo le devolvi la sonrisa.

– No duro mucho. Era periodista. Cuando llegue al Times compartiamos los sucesos; una cosa llevo a la otra y nos casamos. Luego se fue apagando. Fue un error. Ahora trabaja en la oficina de Washington y seguimos siendo amigos.

Queria decir mas, pero algo hizo que me contuviera. Rachel se volvio y se dirigio de nuevo al pasillo. La segui hasta el salon. Nos quedamos alli, mirandonos el uno al otro.

– ?Y ahora que? -le pregunte.

– No estoy segura. Voy a tener que pensar en ello. Probablemente deberia dejarte dormir un poco. ?Estaras bien aqui?

– Claro, ?por que no? Ademas, tengo un arma.

– ?Ah, si? Jack, ?que haces con un arma?

– ?Como es que la gente con armas de fuego siempre se pregunta por que los ciudadanos las tienen? La compre despues de lo del Poeta, ?sabes?

Rachel asintio con la cabeza. Lo comprendio.

– Bueno, entonces, si te parece bien, te dejare aqui con tu arma y te llamare por la manana. Tal vez alguno de nosotros tenga una nueva idea acerca de Angela para entonces.

Yo sabia que, ademas de lo de Angela, era uno de esos momentos. Podia ir a por lo que queria o dejar que se me escapara como paso hacia tanto tiempo.

– ?Que pasa si no quiero que te vayas? -le pregunte. Ella me miro sin hablar-. ?Que pasa si no he podido olvidarte? -dije.

Rachel bajo la mirada al suelo.

– Jack… diez anos es toda una vida. Ahora somos personas diferentes.

– ?Si?

Ella levanto la cabeza y nos quedamos mirando a los ojos durante un largo momento. Me acerque, le puse la mano en la nuca y la atraje para darle un beso largo y profundo sin que ella se resistiera ni se apartara.

Se le cayo el telefono de la mano y resono en el suelo. Nos aferramos el uno al otro en una especie de desesperacion emocional. No habia nada de dulzura en ello. Era deseo, ansia, no amor; aunque solo se trataba de amor y de la voluntad imprudente de cruzar la frontera para conseguir intimidad con otro ser humano.

– Volvamos a la habitacion -susurre contra su mejilla.

Ella sonrio en mi siguiente beso y luego, no se como, logramos llegar a mi habitacion sin apartar las manos el uno del otro. Nos quitamos la ropa con urgencia e hicimos el amor en la cama. Termino antes de que pudiera pensar en lo que estabamos haciendo y en lo que podria significar. Luego nos quedamos tumbados boca arriba; le acaricie suavemente el pecho con los nudillos de la mano izquierda. Los dos respirabamos con inspiraciones largas y profundas.

– Oh-oh -dijo por fin.

Sonrei.

– Te van a echar -dije.

Y ella tambien sonrio.

– ?Y tu? El Times ha de tener algun tipo de regla sobre acostarse con el enemigo, ?no?

– ?De que estas hablando? ?«El enemigo»? Ademas, me despidieron la semana pasada. Me queda una semana mas y sere historia alli.

De repente se puso del lado y me miro con ojos de preocupacion.

– ?Que?

– Si, soy una victima de Internet. Me han despedido y me han dado dos semanas para formar a Angela y largarme.

– Oh, Dios mio, eso es horrible. ?Por que no me lo dijiste?

– No lo se. Supongo que no salio el tema.

– ?Por que tu?

– Porque tengo un sueldo alto y Angela no.

– Menuda estupidez.

– A mi no has de convencerme. Pero asi es como funciona la prensa hoy en dia. Es lo mismo en todas partes.

– ?Que vas a hacer?

– No se, probablemente sentarme en esa habitacion y escribir la novela de la que he estado hablando desde hace quince anos. Creo que la pregunta mas importante es ?que vamos a hacer ahora, Rachel?

Ella evito mi mirada y empezo a acariciarme el pecho.

– Espero que no sea un rollo de una noche -le dije-. No quiero que lo sea.

Ella no respondio durante mucho tiempo.

– Yo tampoco -dijo al fin.

Pero eso fue todo.

– ?En que estas pensando? -le pregunte-. Siempre parece que te apagas o te quedas pensando en algo.

Rachel me miro con una media sonrisa.

– ?Que, ahora tu eres el profiler?

– No, solo quiero saber en que estas pensando.

– Para ser sincera, estaba pensando en algo que dijo un hombre con el que estuve hace un par de anos. Teniamos… eh… una relacion de esas que no van a ninguna parte. Yo empece con mis propias obsesiones y sabia que el todavia estaba colgado de su exesposa, aunque vivia a quince mil kilometros de distancia. Cuando hablamos de ello, me comento la teoria de la bala unica. ?Sabes lo que es eso?

– ?Lo del asesinato de Kennedy?

Rachel simulo que me daba un punetazo en el pecho.

– No, sobre el amor de tu vida. Todo el mundo tiene una persona por ahi, una bala. Y si tienes suerte en la vida, conoces a esa persona. Y una vez que lo haces, una vez te disparan en el corazon, entonces no hay nadie mas. No importa lo que ocurra (muerte, divorcio, infidelidad, lo que sea), nadie mas puede volver a acercarse. Esa es la teoria de la bala unica.

Rachel asintio con la cabeza. Creia en ella.

– ?Que estas diciendo, que el era tu bala?

Nego con la cabeza.

– No, estoy diciendo que no lo era. Llego demasiado tarde. Ya ves, ya me habian disparado antes. Alguien me disparo antes que el.

La mire un buen rato, luego me incline para besarla. Despues de unos momentos se echo hacia atras.

– Pero tengo que irme. Deberiamos pensar en esto y en todo lo demas.

– Quedate aqui. Duerme conmigo. Nos levantaremos temprano manana y los dos llegaremos a tiempo a

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