– ?De que va el articulo? -pregunto Stone.
– Es sobre ella y un policia de Los Angeles que consiguieron acabar con el tipo que ellos llamaban el Asesino de las Bolsas. Cortaba a mujeres y las metia en bolsas de basura. Esta foto fue tomada en la conferencia de prensa que dieron. Hace dos anos y medio, en Los Angeles, lo mataron. -Carver oia a Stone respirando por la boca-. Ahora termina de recoger tus cosas, Freddy.
– ?Que vamos a hacer? ?Iremos tras ella ahora?
– No, no lo creo. Creo que nos sentaremos a esperar.
– ?A que?
– A ella. Rachel Walling vendra a buscarnos, y cuando lo haga, sera un premio.
Carver espero a ver si Stone decia algo, si se oponia o manifestaba su opinion. Pero no dijo nada, demostrando que al parecer habia retenido algo de la leccion de la manana.
– ?Como tienes la espalda? -le pregunto Carver.
– Me duele, pero esta bien.
– ?Seguro?
– Estoy bien.
– Bueno.
Carver se desconecto de Internet y se levanto. Metio la mano por detras de la torre del ordenador y desenchufo el cable del teclado. Sabia que el FBI podria encontrar ADN en los fragmentos microscopicos de piel que caian entre las letras en un teclado. No lo dejaria ahi.
– Date prisa y terminemos de una vez -dijo-. Despues iremos a que te den un masaje para la espalda.
– No necesito un masaje. Estoy bien.
– No quiero que te duela. Necesitare toda tu fuerza cuando aparezca la agente Walling.
– No te preocupes. Estare listo.
Capitulo 14
La sala estaba completamente muerta, sin un solo periodista o redactor a la vista, y tuve una sensacion descarnada sobre lo que me deparaba el futuro. Hubo un tiempo en que la sala de redaccion era el mejor sitio del mundo para trabajar. Un lugar rebosante de camaraderia, competencia, cotilleo, ingenio cinico y humor, una encrucijada para las ideas y el debate. Se producian articulos y paginas vibrantes e inteligentes, que dictaban la pauta de lo que se discutia y se consideraba importante en una ciudad tan diversa y emocionante como Los Angeles. Ahora cada ano se reducian miles de paginas de contenido editorial y pronto el periodico seria como la sala de redaccion, un pueblo fantasma intelectual. En muchos sentidos, me sentia aliviado por el hecho de que no estaria alli para verlo.
Me sente en mi cubiculo y empece por comprobar el correo electronico. Los tecnicos de sala de redaccion habian reabierto mi cuenta con una nueva contrasena el viernes anterior. Durante el fin de semana habia acumulado casi cuarenta mensajes, la mayoria de desconocidos, en reaccion a los articulos sobre los asesinatos. Lei y borre cada uno de ellos, porque no queria perder tiempo respondiendolos. Dos de ellos eran de personas que aseguraban ser asesinos en serie y decian que me habian puesto en su lista de objetivos. Esos los guarde para mostrarselos a Rachel, pero no estaba demasiado preocupado por ellos. Uno de los autores habia escrito asesino en
Tambien recibi un mensaje airado del fotografo Sonny Lester, quien me decia que lo habia traicionado al no ponerlo en el articulo como habia acordado. Respondi con un mensaje igualmente enojado en el que le preguntaba de que articulo estaba hablando, porque ninguno de los articulos sobre el caso llevaba mi firma. Le dije que me habian dejado de lado aun mas que a el y lo invite a dirigir todas sus quejas a Dorothy Fowler, la redactora jefe de Local.
A continuacion, saque los archivos y mi ordenador portatil de la mochila y me puse a trabajar. La noche anterior habia hecho muchos progresos. Habia terminado mi estudio de los documentos relativos al asesinato de Denise Babbit y habia elaborado un perfil del homicidio junto con una lista exhaustiva de las cosas que el asesino tenia que conocer sobre la victima para cometer el crimen de la manera en que se llevo a cabo. Estaba a medio camino de mi estudio del asesinato de Sharon Oglevy y continuaba compilando el mismo tipo de informacion.
Me puse a trabajar y no me interrumpi cuando la sala de redaccion poco a poco fue cobrando vida con la llegada de redactores y periodistas, tazas de cafe en mano, para iniciar otra semana de trabajo. A las ocho hice una pausa para tomarme un cafe y un donut y luego hice una ronda de llamadas a la policia para ver si habia ocurrido algo interesante en el turno de noche, algo que pudiera distraerme de la tarea que me ocupaba.
Satisfecho de que todo estuviera tranquilo por el momento, volvi a los expedientes. Ya estaba completando mi perfil del caso Oglevy cuando sono el aviso de mi primer correo electronico del dia en el ordenador. Levante la cabeza. El mensaje era del verdugo: Richard Kramer. La misiva era breve en contenido, pero misteriosa.
De: Richard Kramer «[email protected]·
Asunto: Re: hoy
Fecha: 18 de mayo de 2009 9:11 PDT
Para: JackMc [email protected]
Jack, pasate cuando tengas un momento.
RK
Mire por encima del borde de la pared de mi cubiculo y de la linea de los despachos acristalados. No vi a Kramer en el suyo, pero desde mi angulo no podia ver su escritorio. Probablemente estaba alli, preparado para comunicarme quien ocuparia el lugar de Angela Cook en la cronica policial. Una vez mas tendria que acompanar a un joven sustituto por todo el Parker Center y presentar a ese nuevo reportero a la misma gente a la que habia presentado a Angela tan solo una semana antes.
Decidi sacarmelo de encima. Me levante y me dirigi a la pared de cristal. Kramer estaba alli, escribiendo un mensaje de correo electronico a otro desventurado destinatario. La puerta estaba abierta, pero llame antes de entrar. Kramer dio la espalda a su pantalla y me hizo senas para que pasara.
– Jack, sientate. ?Como estamos esta manana?
Cogi una de las dos sillas delante de su escritorio y me sente.
– No se tu, pero yo estoy bien, supongo. Dadas las circunstancias.
Kramer asintio con la cabeza, pensativo.
– Si, han sido diez dias increibles desde la ultima vez que te sentaste en esa silla.
De hecho, me habia sentado en la otra silla cuando me habia comunicado que me despedian, pero no valia la pena hacer la correccion. Me quede en silencio, esperando lo que fuera a decirme a mi; o a nosotros si iba a continuar hablando en plural.
– Tengo buenas noticias para ti aqui -dijo.
Sonrio y movio un documento grueso del lado de su escritorio al frente y al centro. Lo miro mientras hablaba.
– Mira, Jack, pensamos que este caso va a traer cola. Tanto si atrapan a ese tipo pronto como si no, es una historia que vamos a seguir durante un tiempo. Y por eso estamos pensando que vamos a necesitarte, Jack. Simple y llanamente, queremos que te quedes.
Lo mire desconcertado.
– ?Quieres decir que no me despedis?