El joven genio de la informatica hizo lo que le pidieron y luego se acerco a la mesa de trabajo de Carver.
– ?Que pasa, jefe?
– Quiero que cojas esa caja con las pertenencias de Freddy y se las lleves.
– Pensaba que decias que se habia ido de la ciudad.
Carver lo miro. Penso que algun dia contrataria a alguien que no metiera baza en todo lo que el decia.
– Dijo que probablemente se iria, pero eso no viene al caso. Las dos personas que han venido antes han visto esa caja en su silla y se han dado cuenta de que o bien habiamos despedido a alguien o bien tenemos problemas con cambios de personal. De cualquier manera, no infunde confianza en el potencial cliente.
– Entendido.
– Bien. Entonces, coge esa caja, atala en la parte posterior de tu moto y llevala a su almacen. Sabes donde esta, ?no?
– Si, he estado alli.
– Pues venga, en marcha.
– Pero Kurt y yo estabamos a punto de desmontar la treinta y siete para ver cual es la causa de la acumulacion de calor. Tenemos una alerta.
– Bueno, estoy seguro de que puede encargarse el. Quiero que lleves eso.
– ?Y luego vuelvo?
Carver miro su reloj: Mizzou estaba pidiendose el resto del dia libre. Lo que este ignoraba era que Carver ya sabia que no iba a volver, al menos ese dia.
– Bien -dijo como si estuviera frustrado por estar acorralado-. Tomate el resto del dia. Pero vete ya, antes de que cambie de opinion.
Mizzou salio de la oficina y cerro la puerta. Carver miro las camaras con ansiedad, esperando para seguirle la pista una vez que Mizzou llegara a su idolatrada motocicleta en el aparcamiento. Tuvo la impresion de que tardaba una eternidad en salir. Comenzo a tararear. Volvio a su viejo recurso, la cancion que habia impregnado todos los aspectos de su vida hasta donde alcanzaba a recordar. Pronto canto en voz baja sus dos versos favoritos y se puso a repetirlos cada vez mas deprisa en lugar de continuar con la letra de la cancion.
Por fin Mizzou entro en el encuadre de la camara y comenzo a asegurar la caja de carton en el pequeno portapaquetes de detras del asiento. Estaba fumando un cigarrillo y Carver vio que estaba consumido casi hasta el filtro. Eso explicaba el retraso. Mizzou se habia tomado un rato para ir al banco de la parte posterior del edificio y tal vez saludar a sus companeros fumadores.
Al final, la caja quedo asegurada en la moto. Mizzou tiro la colilla del cigarrillo y se puso el casco. Se sento en la moto, arranco y cruzo la verja abierta.
Carver lo siguio a lo largo de todo el camino y luego giro la camara hacia el Public Storage situado calle abajo. Mc Evoy y Walling habian visto la caja y habian mordido el anzuelo. Mc Evoy estaba arrancando para seguirlo.
Capitulo 16
– Sigue a esa caja -dijo Rachel.
Arranque y enseguida me incorpore a McKellips. Perseguir una moto en un coche de alquiler que parecia una lata de sardinas no se correspondia con mi idea de un buen plan, pero no habia otra alternativa. Pise el acelerador y enseguida me coloque a unos cien metros de la caja.
– ?No te acerques demasiado! -me advirtio Rachel, muy nerviosa.
– No voy a acercarme. Lo unico que quiero es no perderlo de vista.
Ella se echo hacia delante y puso las manos en el salpicadero, visiblemente nerviosa.
– Esto no ira bien. Seguirle la pista a una moto con cuatro coches que se turnan ya es dificil. Hacerlo nosotros solos sera una pesadilla.
Tenia razon. A las motos no les costaba nada colarse entre el trafico. La mayoria de motoristas parecian menospreciar el concepto de los carriles senalizados.
– ?Quieres que pare y conduces tu?
– No, pero hazlo lo mejor que puedas.
Me las arregle para mantener el contacto visual con la caja durante los siguientes diez minutos en un trafico de paradas continuas y entonces nos sonrio la suerte. La moto se metio en la autopista y se dirigio hacia Phoenix por la 202. Ahi no tenia ningun problema para seguirla. Circulaba a quince kilometros por encima del limite de velocidad, y yo me mantuve detras a unos cien metros y dos carriles mas alla. Durante quince minutos lo seguimos en el trafico fluido mientras el cambiaba a la I-10 y luego se dirigia al norte por la I-17 a traves del centro de Phoenix.
Rachel empezo a respirar mas relajada e incluso se apoyo en el respaldo. Creia que habiamos disimulado tan bien nuestra persecucion que incluso me pidio que aceleraramos por nuestro carril para tener una mejor vision del motorista.
– Es Mizzou -dijo-. Lo se por la ropa.
Eche un vistazo, pero yo no podia asegurarlo. No habia retenido en la memoria los detalles de lo que habia visto en el bunker. Rachel si, y esa era una de las razones de que fuera tan buena en lo que hacia.
– Si tu lo dices… ?Que crees que esta haciendo?
Volvi a quedarme atras para que Mizzou no pudiera reparar en nosotros.
– Le lleva su caja a Freddy.
– Eso ya lo se. Pero ?por que ahora?
– Quizas este en su descanso para comer, o quizas ha acabado el trabajo por hoy. Puede ser por muchos motivos.
Habia algo que me preocupaba en esa explicacion, pero no tuve tiempo para pensar en ello. La moto empezo a cruzar cuatro carriles de la interestatal para dirigirse hacia la siguiente salida. Hice la misma maniobra y me quede detras de el, con un coche entre nosotros. Pillamos el semaforo en verde y nos dirigimos hacia el oeste por Thomas Road. Pronto estuvimos en un barrio de naves industriales en el que los pequenos negocios y las galerias de arte intentaban mantenerse a flote en un area abandonada por la industria.
Mizzou se detuvo frente a un edificio de ladrillo de una planta y bajo de la moto. Yo pare a media manzana de distancia. No habia apenas trafico y vi pocos coches aparcados en la zona. Destacabamos como… en fin, como policias en mision de vigilancia. Sin embargo, Mizzou no miro a su alrededor en ningun momento pensando que alguien podia seguirle. Se quito el casco, lo cual confirmo la identificacion de Rachel, y lo coloco sobre el faro. Luego desato el pulpo, saco el paquete del portaequipajes de la moto y cargo con el hacia una gran puerta