que desperto en el una gran curiosidad. Le devolvio la sonrisa, se inclino y dijo:
– Lady Monmouth. -Luego se levanto para quedar frente a un rostro aun mas hermoso, al estar iluminado por un fulgor risueno.
– ?Por que tan formal,
Cuando Darcy ocupo el lugar vacio que habia junto a ella, sus admiradores, que se habian dispersado cuando ella los abandono, regresaron rapidamente y observaron al recien llegado con ojos llenos de interes. Entre ellos, sin embargo, algunos lo miraron con cierta desconfianza y otros con abierta hostilidad. Uno en particular, un caballero de penetrante mirada, cuya actitud parecia revelar que estaba molesto por la posicion privilegiada de Darcy, se inclino hacia Sylvanie y le susurro algo al oido, al tiempo que ella le indicaba a un criado que trajera mas bebidas.
– Mi querido Bellingham -respondio ella con voz suave y en voz baja-, ?todo va bien! -Luego le dirigio una extrana sonrisa a Darcy-. ?Todos estan ansiosos por conocerlo! ?Me permitira usted hacer las presentaciones?
Tras asentir con cierta incomodidad, para indicarle a la dama que la autorizaba a presentarlo, Darcy tomo un vaso de vino de la bandeja que un criado le mostro a su lado. Fiel a su palabra, Sylvanie ignoro los titulos nobiliarios y presento a todo el mundo solo por el apellido. Sin embargo, Darcy reconocio a varias personas que tenian titulos, aunque menores. Aquellos que gozaban de algun reconocimiento por su arte o sus escritos, fueron anunciados de esa manera, y al presentar a los que tenian aspiraciones politicas, Sylvanie menciono los nombres de sus contactos. Tal como habia anticipado, era un grupo variado, aunque Darcy decidio que
Pero si interpretaba bien esta reunion, el tema estaba a punto de irrumpir en su conciencia.
–
– ?Bellingham! -exclamo Sylvanie bruscamente, pero luego continuo con un tono mas conciliador-: Todo va
– Es una pregunta muy sencilla. -Bellingham ignoro a Sylvanie, mientras seguia mirando fijamente a Darcy-. ?Que tiene usted en la mano?
– Parece una copa de vino. -Darcy se llevo la copa a los labios y se tomo la mitad del contenido, mientras le sostenia la mirada a Bellingham-. Si, ?definitivamente es vino! Pero, por favor, senor, ilustreme si usted cree que es algo mas. -Le acerco la copa a Bellingham.
Bellingham retrocedio y miro a Darcy con desprecio.
– Eso pense -dijo. Luego solto una risita y se volvio hacia su anfitriona-. ?«Todo va bien», Sylvanie? -le pregunto-. ?No lo parece! -Y despues de hacer una rapida inclinacion, se marcho.
Darcy se quedo observandolo con perplejidad, pero cuando su mirada volvio a posarse en los que lo rodeaban, enseguida sintio que el buen espiritu con que lo habian recibido se estaba disipando con la misma rapidez con que Bellingham avanzaba hacia la puerta. ?Que era lo que habia dicho? Termino apresuradamente el contenido de su copa.
– No debe preocuparse por Bellingham. -Sylvanie se inclino sobre Darcy y, pasandole el brazo por delante, agarro la copa que el sostenia en la otra mano. El aroma de su perfume floto sobre Darcy, un olor a rosas frescas y musgo humedo por lluvia-. Es un hombre extrano y esta noche esta mas preocupado que de costumbre. -Le sonrio a Darcy, enarcando sus cejas cuidadosamente delineadas-. No permita que el le arruine la velada. -El caballero no pudo evitar devolverle la sonrisa e inclinar la cabeza en senal de aceptacion-. Excelente. -Solto una risa de complacencia y se levanto de su sitio, tras colocar la copa sobre una mesa-. Entonces, venga; hay gente aqui a quienes creo que le gustara conocer. -Darcy se levanto al oir la invitacion de Sylvanie y nuevamente ella agarro su brazo-. Como anfitriona suya, debo asegurarme de que usted este comodo -murmuro con tono intimo- y como debo retirarme dentro de unos minutos, mejor sera que lo deje en buena compania hasta que regrese.
– ?Tiene que retirarse? -pregunto Darcy, molesto por la idea de quedarse solo en un salon lleno de desconocidos. Tambien se dio cuenta de que le gustaba oir la acariciadora voz de Sylvanie y sentir la calida presion de su mano sobre el brazo.
– Solo un rato, mientras canto unas cuantas canciones para mis invitados. Esta noche es bastante especial - susurro con tono de conspiracion, mientras atravesaban el salon-. ?Monmouth ha logrado traer a Tom Moore! Accedio a cantar, pero solo con la condicion de que hagamos un dueto y que yo toque para el.
– Un gran honor, ciertamente -admitio Darcy, muy impresionado. Habia oido en mas de una ocasion al famoso tenor irlandes y siempre en muy buena compania. El hecho de que Sylvanie hubiera logrado que asistiera a su velada era, de por si, un triunfo social de primer orden. Y el deseo de Moore de que ella cantara y tocara para el era un inmenso elogio.
– ?Sylvanie, querida! -La exclamacion de sir John O'Reilly los hizo detenerse-. ?Que va a hacer con Darcy? ?Lo va a reservar para usted toda la noche?
– ?O'Reilly! -dijo Sylvanie con asombro-. ?Entonces ustedes dos ya se conocen?
– ?Claro! Monmouth nos presento cuando llego. -Hizo una pausa y rozo con los labios la mejilla de Sylvanie-. ?Tengo el honor de ser su amigo mas antiguo aqui! ?No es verdad, mi querido muchacho? -O'Reilly volvio a hacerle un guino, moviendo sus pobladas y canosas cejas. Si Sylvanie era la reina de las hadas, O'Reilly era un duende de gran tamano, aunque Darcy sospechaba que su tesoro residia en su lengua de plata y no en un baul enterrado y lleno de oro.
Sylvanie solto una carcajada.
– Entonces tal vez no le moleste encargarse de presentarle a algunos invitados, porque ahora tengo que ocuparme de Moore y de nuestro pequeno espectaculo. Pero espero que lo cuide bien -le advirtio Sylvanie-, porque volvere a reclamarlo cuando termine. -Sylvanie les hizo un gesto de asentimiento, pero obsequio a Darcy con una ligera caricia de sus dedos antes de retirar la mano y abrirse paso con elegancia entre los corrillos de invitados.
– Supongo que eso significa que ella lo querra encontrar sobrio, ?que lastima! -Sir John suspiro con dramatismo-. Ah, bueno, al mal que no tiene cura, ponerle la cara dura. ?Oiga! -Detuvo a un criado y, tras agarrar dos whiskys de la bandeja, le dio uno a Darcy-. ?Por la tolerancia! -dijo, haciendo un brindis y bebiendo un buen trago del licor.
– ?Por la tolerancia! -repitio Darcy, levantando tambien el vaso. Hacia algun tiempo que no bebia una cantidad tan considerable de whisky y el que servian alli era bastante fuerte. El licor le quemo la garganta, pero al menos esta vez no se le inundaron los ojos de lagrimas. Bajo el vaso y poso la mirada en sir John, que sonreia.
– ?Mejor esta vez, no? -Luego hizo un gesto circular hacia el salon, mientras el whisky se sacudia peligrosamente en el vaso-. ?Conoce a mucha mas gente aqui?
– A casi nadie -contesto Darcy-. Monmouth y yo somos amigos desde la universidad. Conoci a Syl… a lady Monmouth mientras visitaba a sus hermanos en Oxfordshire, en enero pasado. A Moore lo he oido cantar antes, claro, pero no lo conozco.
– ?Le gustaria conocer a alguien en particular? -Sir John termino su vaso y busco un lugar donde dejarlo.
– No estoy seguro. -Darcy vacilo mientras observaba a la concurrencia, antes de recordar el curioso incidente