confesion que el le habia hecho la noche anterior, impulsado por su estado de embriaguez, y, mas aun, que podria hacer con esa informacion. Se puso tenso al pensar en eso. ?Que habia confesado exactamente? Luego trato de recordar como habia transcurrido la velada una vez que el y Dy se volvieron a sentar en la taberna.

– Creo que lo mejor es que me hables sobre ella, viejo amigo -habia dicho Dy, clavandole una mirada compasiva que no contenia ni un apice de lastima sino preocupacion sincera de un viejo amigo. Lentamente, Darcy habia abierto por fin la boca y su pena mas intima parecio salir a borbotones: el interes inicial, la resistencia y la actitud cautelosa y luego la total fascinacion, el deseo y el amor.

– Tu semejante, el equivalente que te conviene; sera tu otro yo, exactamente conforme a todo lo que desea tu corazon -habia citado Dy para sus adentros con aire distraido, cuando Darcy termino, y luego solto un silbido-. Por Dios, Fitz, te conozco bien, amigo mio, y habiendo dicho eso, debo decir que tu Elizabeth debe de ser una jovencita extraordinaria para haberte atrapado de esa manera.

– No es mi Elizabeth, pero tienes razon -habia dicho Darcy con un suspiro-, es una mujer extraordinaria.

– Ya veo. Ahora bien, perdoname la insistencia, pero, dejando de lado el comienzo que tuvisteis, ?le propusiste matrimonio finalmente, a pesar de tus multiples reservas y dudas?

– Si -habia afirmado Darcy-. Despues de haberme propuesto olvidarla, nos encontramos por casualidad en Kent. Su amiga mas intima se habia casado con el parroco de mi tia unos meses antes y Elizabeth habia ido a visitarla, sin saber que yo estaria en casa de lady Catherine. Puedes imaginarte la impresion que me causo encontrarla alli, alojada muy cerca de la casa de mi tia y convertida en una especie de favorita de lady Catherine.

– ?Impacto? ?Yo mas bien diria panico! ?Estabas en una posicion imposible! Enamorado a pesar de lo que te dictaba el buen juicio, habiendote propuesto olvidarla hacia solo poco tiempo y ?te la encuentras! -Brougham sacudio la cabeza-. ?Y tan cerca!

En ese momento se habia producido un largo silencio, pero no fue incomodo. Dy se habia limitado a asentir con la cabeza con actitud compasiva y habia desviado la mirada, mientras las arrugas de cansancio de su rostro se volvian mas profundas y parecia sumergirse en sus propias reflexiones. Transcurrido un rato, se levanto y llamo a la camarera para pedirle una jarra de cafe fuerte y tazas. Luego volvio a su lugar y se dirigio otra vez a su amigo con una pregunta laconica:

– ?Y despues?

Darcy respiro profundamente.

– Despues, tras muchas noches de luchar contra el deber que tenia para con mi apellido y mi posicion, contra la perspectiva de la justificada desaprobacion de mi familia y de la sociedad, y las consecuencias de vincularme y vincular a Georgiana con una familia de sospechosa decencia, sucumbi. La vida, el futuro sin ella, parecia imposible. Parte de mi alma, ya que estamos citando a Milton. -Dy habia asentido-. Comence a cortejarla, o al menos eso fue lo que pense que estaba haciendo. En ese momento, crei que la parquedad de sus respuestas obedecia a la modestia y al reconocimiento de la disparidad de posiciones; pero en eso, como en tantas otras cosas, estaba totalmente equivocado. -Darcy se rio con tristeza-. Habia decidido pedir su mano, pero me resultaba dificil llegar finalmente a ese punto, ya me entiendes. De repente se presento una oportunidad y yo la aproveche en el acto. Ella se encontraba sola en la rectoria y fui a verla.

El propio dueno de la taberna habia venido a traer el cafe y le habia lanzado una interrogante mirada a Dy, mientras ponia las tazas sobre la mesa. Brougham habia respondido con una sonrisa cansada.

– Yo cerrare por usted. -Despues de despachar al tabernero, habia servido cafe para los dos. Estaban casi solos, pues la hora de cerrar habia pasado hacia rato-. Fuiste a verla -insistio Dy.

– Y ella me rechazo -respondio Darcy con gesto sombrio.

– ?Pero hay mas! -dijo Dy.

Su amigo habia cerrado los ojos y habia apretado la mandibula. La escena que habia recordado con tanta frecuencia revivia con facilidad incluso en medio de su embriaguez.

– ?Mas? Ah, claro que hay mas -habia respondido con amargura-. Le confese mi amor de la manera mas clara y le relate, todavia con mas vigor, todos los combates que habia tenido que librar antes de aparecer en su puerta a proponerle matrimonio.

– Tus combates -repitio Dy lentamente-. Perdoname, pero ?te he oido bien? ?Le expusiste todas las razones por las cuales tu no debias estar proponiendole matrimonio? -Brougham habia dejado la taza sobre la mesa y lo habia mirado con asombro. Pero tras un instante de reflexion, habia comenzado a esbozar una sonrisa, sacudiendo la cabeza para constatar aquella afirmacion-. Si, si, ese tenia que ser el estilo Darcy, ?verdad? No era necesario pensar en la sensibilidad de la dama, ?no es cierto? -dijo con sarcasmo-. ?Sus atractivos habian prevalecido sobre el inflexible codigo Darcy, y que podia resultar mas natural que anunciarle la increible suerte que habia tenido, y lo poco que se la merecia! -Dy se habia reido con cinismo al ver la mirada penetrante de Darcy y habia dado un golpe en la mesa, haciendo que las tazas tintinearan-. Si, solo tu, amigo mio, podias ser capaz de convertir la falta de requisitos de la dama en el tema principal de una propuesta de matrimonio. ?Por favor, ilustrame! ?Cual de tus escrupulos te llevo a hacer semejante confesion?

– La honestidad… el honor… el orgullo… ?Llamalo como quieras! -habia respondido Darcy con rabia.

– Sin duda fue uno de ellos, pero es a ti a quien te corresponde decidir, no a mi. -Dy habia vuelto a agarrar su taza y se habia recostado contra la silla-. Por favor, sigue. ?Cual fue la reaccion de la dama?

Darcy habia vacilado, atrapado bajo el ojo mordaz de Brougham, pero la conviccion de que relatar aquellos dolorosos sucesos le serviria para aliviar la confusion que le oprimia el alma y el cuerpo, lo habia impulsado a seguir.

– Ella guardo un silencio absoluto. -Darcy habia cerrado los ojos mientras hablaba, pues el recuerdo de la escena todavia estaba vivo en su memoria-. Sonrojada, sin mirarme ni responder a mi oferta. Yo me quede perplejo ante esa respuesta -continuo Darcy, levantando la vista para observar las vigas grisaceas del techo de la taberna-. No era ni remotamente lo que esperaba. Pense que tal vez no me habia creido o quiza aquella perspectiva era demasiado para ella. -Darcy volvio a mirar a su amigo-. Insisti en mi ofrecimiento, con el deseo de que ella supiera que habia considerado nuestra union durante meses, desde todos los angulos posibles; que mi propuesta de matrimonio no era el resultado del capricho de un escolar sino una proposicion bien pensada, que habia tenido en cuenta la diferencia de nuestras situaciones en la vida.

Brougham habia silbado en voz baja y habia sacudido la cabeza.

– ?Caramba! Me atreveria a decir que no hay muchas mujeres en toda Inglaterra que se atrevan a rechazar tu oferta de convertirse en duenas de Pemberley, sin importar la pomposidad de tu propuesta o la falta de sensibilidad al hacerla. Sin embargo, con todo eso ante ella, al alcance de su mano, la muchacha se quedo muda. ?Extraordinario! -Dy habia esperado un momento para que los dos tuvieran tiempo de pensar en eso, antes de concluir-: Y luego, a pesar de las innumerables ventajas que ella y su familia podrian obtener, ?te rechazo! Supongo que estaba muy ofendida por algo, ?no es asi?

Darcy se habia reido con amargura.

– ?No solo estaba muy ofendida sino que inicio un contraataque! Mi caracter fue puesto en duda a causa de las mentiras que Wickham le habia contado meses antes y luego…

– ?Wickham! ?El hijo del administrador de tu padre? -habia preguntado Dy con sorpresa-. ?Que extrano que haya vuelto a aparecer despues de todo este tiempo y en Hertfordshire! ?Acaso el es el casaca roja…? Pero por supuesto que si. ?Ahora se dedica a la vida militar? -Darcy habia asentido y bebido un poco de cafe-. Sigue -lo habia animado su amigo.

– Luego me ataco a causa de su hermana y Bingley.

– ?Ah, entonces aqui es donde entra Bingley! ?La inadecuada senorita de Hertfordshire a proposito de la cual pediste mi ayuda en casa de lady Melbourne es la hermana de tu Elizabeth? -Darcy habia asentido de nuevo y luego espero a que Brougham se riera, pero no lo hizo-. Ella te culpa por haber acabado con las esperanzas de su hermana -afirmo Dy con claridad.

– Y tiene razon al hacerlo, aunque recibi bastante ayuda de las hermanas del propio Bingley. Ellas no querian tener ninguna relacion de ese tipo con la gente de Hertfordshire, y yo no pude sino estar de acuerdo… en ese momento.

– Lo recuerdo -habia dicho Brougham. Luego se incorporo en su asiento y siguio diciendo-: Es muy desafortunado que ella haya descubierto tu participacion en ese asunto. Supongo que eso significo la muerte de

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