este juego! -Brougham hizo una mueca de incomodidad, lo que impulso a Darcy a decir-: Pero, por favor, adelante.

– Todo comenzo a mediados de nuestro ultimo trimestre en la universidad. -Brougham dio media vuelta y se dirigio hacia la ventana para mirar a la calle-. Estabamos compitiendo por el premio de matematicas, ?recuerdas?

– Si -recordo Darcy-. No te vi durante varios dias mientras preparabamos nuestros ejercicios.

– Si, bueno… Yo no estaba trabajando en mi ejercicio; no todo el tiempo. Ni siquiera estaba en Cambridge sino aqui, en Londres.

– ?En Londres!

Su amigo asintio con la cabeza, pero siguio mirando por la ventana.

– Una noche, mientras estaba trabajando en mi tesis, aparecieron en mi habitacion unos hombres que me llevaron a una reunion muy privada, a la que no me podia negar a asistir. Aparentemente, mi trabajo acerca de la relacion entre las matematicas y la linguistica habia llamado la atencion de ciertos funcionarios del gobierno, que querian que aplicara mis teorias a algunos mensajes codificados que habian interceptado aqui en Inglaterra. ?Siendo joven e impresionable, accedi enseguida! -Brougham se detuvo y se dio la vuelta para mirar a su amigo-. No, esa no es toda la verdad. Accedi porque era, por fin, la oportunidad de exorcizar un fantasma personal. Jamas te he contado nada sobre mi padre, Darcy. ?Nunca te has preguntado por que?

– Claro que si. -Darcy se incorporo, sorprendido por el giro que habia tomado la explicacion de Dy e intrigado por ver adonde iba a parar todo aquello-. El hecho de que no usaras tu titulo, Westmarch, sino que prefirieras usar Brougham, siempre me extrano. Pero desde muy pronto tu dejaste claro que cualquier cosa que tuviera que ver con tu familia era un asunto privado.

– ?Mi familia! -resoplo Brougham-. Si, supongo que puedes llamarla asi. Se dice que mi padre, el conde de Westmarch, era un hombre brillante, y quiza lo haya sido alguna vez. Pero yo no tuve mas pruebas de su intelecto que las ingeniosas formas que encontraba para perseguir a mi madre y humillarme a mi. Tambien tenia un temperamento endemoniado, le encantaba pegarle a la gente con su fusta y tenia pasion por el juego. La fortuna que mi madre aporto al matrimonio desaparecio rapidamente y, cuando yo naci, el ya no la necesitaba para nada y preferia pastar en otros prados.

– ?Santo Dios, Dy!

Brougham se encogio de hombros.

– Es una historia bastante frecuente en nuestra clase social, Fitz. ?Entiendes ahora por que practicamente te rogue que me invitaras a pasar ese verano con tu familia en Pemberley, despues de nuestro primer ano? Aunque el conde ya habia muerto y yo no tenia nada que temer al ir a casa, ansiaba experimentar la sensacion de tener una familia de verdad. ?Tu padre fue toda una revelacion para mi! Me siento honrado por haberlo conocido y confieso que el siempre ha representado mi ideal de lo que debe ser un esposo y un padre.

Darcy asintio con la cabeza para agradecer el elogio. Los dos tragaron saliva y miraron hacia otro lado.

– Perdona el parentesis. -Brougham rompio el silencio-. Despues de la muerte de mi madre, mi padre se quedo en una situacion economica desesperada, pues los ingresos que ella recibia de las propiedades de su familia pasaron directamente a mi y mis tios se aseguraron de que el no pudiera poner las manos sobre ese dinero. Fue entonces cuando se dedico a conspirar.

– ?A conspirar? -Darcy arrugo la frente-. ?Con quien?

– ?Con cualquiera! -Brougham levanto las manos-. Cualquiera que tuviera dinero: los franceses, los irlandeses, los prusianos, ?los mismos piratas, por lo que se! El castillo de Westmarch se convirtio en el paso obligado de todo el que quisiera eludir la vigilancia del gobierno.

– ?Un traidor! -Darcy no pudo contener la exclamacion de condena.

– Si, un traidor. -El rostro de Dy se endurecio-. Y ni siquiera por una buena causa, por un ideal, sino exclusivamente por dinero. Cuando las autoridades por fin lo descubrieron, se disparo un tiro en la cabeza, antes de que pudieran apresarlo. Pero como su suicidio salvo al Ministerio del Interior de enfrentarse a un escandalo, todo se mantuvo en secreto. Dijeron que habia tenido un accidente mientras estaba limpiando su pistola o algo asi. Pero yo sabia la verdad, Fitz, ?yo la sabia! -Dio media vuelta, con la cabeza y los hombros rigidos-. Podras imaginarte, entonces, que esa oferta represento para mi la oportunidad de redimir el honor de mi apellido. Ademas, descifrar mensajes secretos tambien era un reto fascinante. Medirse intelectualmente con un enemigo desconocido era muy excitante. Termine el ultimo ano de universidad repartiendo el tiempo entre la preparacion de la tesis y mi trabajo para el Ministerio del Interior.

– ?Y aun asi lograste ganar varios premios! -Darcy sacudio la cabeza con mortificacion.

Brougham lo miro y sonrio.

– Creo que todavia no me has perdonado por eso.

– ?No! -respondio Darcy-. Pero despues de esto, ya no puedo envidiarte ni guardarte resentimiento. Sigue -le insto a continuar, para que no se alejara del tema-. Porque todavia no veo que tiene que ver todo eso con estos ultimos siete anos, o esas misteriosas estratagemas tuyas.

– Ah, pero ya prepare el escenario, por decirlo de algun modo. -Otra vez volvio a aparecer aquella mirada intensa y concentrada-. Despues de valorar el contenido y la complejidad de los mensajes, se hizo evidente que procedian de las clases altas de la sociedad britanica y que circulaban entre sus miembros antes de ser enviados a Francia. Cuando las fuerzas de Napoleon se reunieron en Boulogne en el ano 1804, con la intencion de iniciar una invasion, a los Ministerios del Interior y Exterior les entro el panico. Los planos de las fortificaciones costeras de Pitt en Sussex y en Kent fueron descubiertos en un paquete que iba con destino a Holanda. Yo mismo los vi y descifre la nota que los acompanaba; una nota muy elegante e ingeniosa, debo anadir. -Brougham sonrio con sarcasmo al recordar.

– ?Bien hecho, Dy, pero el problema seguia latente! -exclamo Darcy, entusiasmado por el relato de su amigo-. ?Todavia habia que atrapar a los traidores!

– ?Exacto! -contesto Brougham-. Pero ?como descubrirlos? Se movian en los circulos mas altos de la sociedad. Eran muy inteligentes y posiblemente se trataba de hombres poderosos. ?Incluso podian formar parte del propio gobierno! Infiltrar a un agente seria inutil, porque nunca seria aceptado y mucho menos lograria ganarse su confianza. Solo quedaba, entonces…

– ?Tenia que ser uno de ellos! -Darcy miro a su amigo con asombro y un poco de inquietud-. Alguien al que aceptaran sin reparos y que los igualara en astucia e ingenio. ?Por Dios, Dy! ?Te convertiste en espia? -Brougham inclino la cabeza como confirmacion-. ?Todo este tiempo! ?Con esa pose de petimetre imbecil?

– Desgraciadamente, si. -Suspiro-. Fue un poco deprimente ver la rapidez con que me aceptaron bajo esa caracterizacion, pero asi es. ?Por el rey y por el reino, ya sabes!

– ?Pero lograste descubrirlos? -insistio Darcy. ?Aquello era demasiado increible! ?Su mejor amigo era un espia!

– Ah, si, lo consegui. -Una mirada de tension aparecio de pronto en el rostro de Brougham. Luego la escondio-. Pero no puedo revelar su nombre ni los de otros que he dejado al descubierto. Otras personas se ocupan de ellos silenciosamente, mientras que el petimetre sigue asistiendo a bailes y partidas de juego y de caza, y juega a ser el bufon de la sociedad. Te aseguro, Fitz, que no creo que te gustara saber las cosas relativas a los de nuestra clase de las que se entera un bufon.

– ?O un criado? -pregunto Darcy en voz baja. Es posible que todo hubiese comenzado como una noble cruzada para redimir el honor de su familia y un excitante desafio para su activo intelecto, pero ahora el juego estaba pasandole factura y podia verlo en cada rasgo de su amigo.

– Si, cuando no dispongo de las conexiones adecuadas, como aquellas que me permitan entrar en el circulo de fanaticos que rodean a lady Monmouth. A ella no le gusta la gente como yo, es una dama demasiado fiel como para querer rodearse de bufones. ?Me ofrecerias algo de beber, viejo amigo? -pregunto Dy bruscamente-. ?Esta confesion me ha dejado seco! ?Casi envidio tu manera de hacerlo!

– ?Te refieres a emborracharte? -replico Darcy-. No te lo recomiendo. Ademas, es posible que digas algo que no debas. -Se dirigio a una vitrina y la abrio para mostrar diferentes licores-. ?Vino, brandy?

– ?Vino! Cenaremos con tu hermana en pocos momentos y no quisiera que algo mas fuerte ofuscara mis sentidos.

Darcy le sirvio una copa y luego guardo la botella. ?No queria tomar nada hasta la cena!

– ?Y que hay de tu amistad con los taberneros y tu magnifica habilidad con las cerraduras?

– Gajes del oficio, Fitz. -Brougham casi se bebe todo el vino de un solo sorbo-. En este negocio no es

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