oido antes algo sobre St. Dunstan's?

Dy respiro profundamente.

– Entonces hasta luego, amigo mio -dijo, colocandose el sombrero sobre sus rizos bien peinados-. Cuida a la senorita Darcy y piensa en mi. Cuando volvamos a vernos, necesitare un relato pormenorizado. -Se rio y luego pregunto-: ?Por que has puesto esa cara?

– ?St. Dunstan's! ?Donde he oido hablar antes de esa parroquia? ?Ciertamente no frecuento esa parte de Londres!

Brougham se rio de manera provocativa.

– ?Ah, me sorprenderia mucho que lo hicieras! ?Donde oiste hablar de ella? Me imagino que te cruzaste con ese nombre en las referencias que te suministro la excelente senora Annesley. -Le hizo una sena al lacayo para que abriera la puerta.

– ?La senora Annesley! -Darcy se quedo inmovil, mirando estupidamente a su amigo, mientras trataba de recordar el contenido de las cartas de referencia de la mujer.

– St. Dunstan's era la parroquia de Peter Annesley, el difunto marido de la senora Annesley -dijo Dy, mientras Darcy seguia inmovil por la sorpresa-. Te ruego que no le menciones que conoci a Peter, ni le cuentes nada sobre las notas que envies alli cuando me necesites. Ella no sabe absolutamente nada de nuestra relacion ni de los asuntos en los que estaba envuelto Peter y el queria que eso se mantuviera asi.

Darcy asintio con la cabeza.

– ?Por Dios, Dy! Y ahora ?que?

– ?El final de esta maldita guerra para derrotar a Napoleon, espero! -contesto de manera sombria-. Debo irme. -Suspiro y le dedico a su amigo una sonrisa que reflejaba todos los anos de aprecio mutuo-. ?Cuidate, Fitz! -Dio media vuelta y en unos segundos fue devorado por la oscuridad.

6 Inclinado a los pies de la culpa

La proxima vez que tu y Brougham decidais enfrentaros, espero que me aviseis. -Sir Hugh Goforth uso su reina de treboles para levantar las cartas de la jugada que acababa de ganar-. ?He oido que fue una esplendida demostracion de destreza con la espada!

– Nunca habria imaginado que ese petimetre pretencioso y frivolo supiera que extremo de la espada es el que se empuna -senalo lord Devereaux, arrastrando las palabras, mientras arrojaba sus cartas al centro de la mesa-. Aunque les aseguro que, como jinete, vuela como un rayo. Creo que acabo con su caballo en Melton el ano pasado. Tuvo que matarlo de un disparo.

Atrapado entre el deseo de defender a su amigo y el temor de revelar algo que no deberia divulgar, Darcy reunio los naipes y se limito a barajarlos. Habia pasado mas de una semana desde su enfrentamiento en el club de esgrima de Genuardi, y hasta ese dia no se habia acercado a Boodle's, donde la ausencia de los dos habia levantado algunos comentarios.

Sir Hugh fue tomando las cartas que Darcy le repartio una a una y las fue organizando en su mano, mientras Devereaux y el cuarto jugador de la partida las agarraban todas juntas, antes de comenzar a ordenarlas. Darcy volvio a mirar por encima de la mesa a su inesperado companero de juego. Lord Manning respondio a su mirada inquisitiva enarcando una ceja en senal de burla.

– Si hubieras estado en Cambridge y no en Oxford, Devereaux -observo Manning-, no tendrias una idea tan equivocada. Brougham es, o era, en aquel entonces, un excelente espadachin. Cuando el y Darcy no estaban compitiendo por los premios academicos, estaban midiendose con la espada.

– ?Ah, informacion confidencial! -Sir Hugh cerro el abanico de cartas-. Las apuestas estan a favor de Darcy por el momento. Y tu, Manning, ?apuestas por Brougham o por Darcy?

– Ah, por Darcy -afirmo Manning con una risita-, pero solo para molestarlo. El odia ser objeto del interes publico. ?No es asi, Darcy?

– ?Jugamos, caballeros? -Darcy eludio la pregunta de Manning-. Tu apuesta, Devereaux. -Una vez que su senoria hizo su apuesta, el juego y la noche siguieron su curso sin que hubiese ninguna otra mencion sobre un posible encuentro en el futuro, pero Manning se encargo habilmente de mostrar que tenia razon con un movimiento de los hombros. La aparicion de su viejo antagonista en los salones del club habia sorprendido a Darcy, porque aunque Manning era socio de Boodle's, tambien lo era de White's y habia demostrado su preferencia por este ultimo mediante la ausencia prolongada del primero. Darcy no lo habia visto desde los horribles acontecimientos del castillo de Norwycke. No habia ninguna explicacion acerca de la razon por la cual Manning habia decidido subitamente honrar Boodle's con su presencia, excepto por el perverso placer que sentia en molestar a Darcy, tal como hacia en aquel momento. Con ese objetivo en mente, se habia apresurado a ofrecerse como su companero de partida cuando, despues de recibir una nota urgente, Sandington habia tenido que abandonar el juego.

Aunque no disfrutaba de su compania, Darcy no podia negar que el hombre jugaba bien. Manning era tan habil con las cartas como en el arte de provocar y sabia desbaratar la estrategia de sus oponentes con la misma destreza con que destruia la reputacion de los otros miembros del club que pasaban a su lado. Tanto Goforth como Devereaux bufaban divertidos al oir los comentarios de Manning, mientras Darcy parecia ser el unico al que le molestaba el pasatiempo del baron y deseaba estar en otro lado. Terminaron la noche triunfantes, pero Darcy no pudo alegrarse de haber ganado y tampoco le gusto la grosera expresion de satisfaccion de Manning. Tras hacer un gesto de asentimiento como respuesta al parco elogio de su companero, Darcy se levanto de la mesa con el proposito de volver a casa, cuando Manning se interpuso en su camino.

– ?Tienes un momento? -El tono de la solicitud era casi cortes.

– Por supuesto -respondio Darcy de forma neutra, tratando de ocultar su irritacion. Manning le senalo una pequena mesa que estaba un poco apartada. Despues de sentarse, quedaron nuevamente el uno frente al otro.

– ?Que sucede, Manning? -pregunto Darcy sin preambulos-. Me marcho a casa y no tengo deseos de entretenerme mucho mas.

– Quisiera hablar contigo… acerca de un asunto de caracter personal. -La arrogante voz de su senoria parecio quebrarse, al tiempo que desviaba la mirada de los ojos de Darcy-. Se que debe de sonar absurdo. ?Imaginarme a mi pidiendote algo a ti! Pero te aseguro que solo la mas apremiante necesidad me ha impulsado a buscarte. ?Maldicion! -Manning se dejo caer sobre el respaldo de la silla, sumido en lo que parecia ser una gran lucha interna. Darcy se sintio tentado a levantarse y marcharse, pero algo en el aspecto de Manning lo hizo quedarse. Se recosto y espero a que el baron continuara-. Se trata de Bella; ?recuerdas a mi hermana? -El baron volvio a mirarlo a los ojos.

– Espero que la senorita Avery se encuentre bien. -Darcy enarco las cejas. ?Que podria querer Manning de el, a proposito de su hermana?

– Si… ?y no! No esta enferma, en el sentido literal de la palabra -dijo Manning, frunciendo el ceno-. Pero ?ya sabes como es! Siempre como un ratoncito asustado. ?Y con ese endemoniado tartamudeo! -Darcy fruncio el entrecejo. Si, conocia de sobra la opinion que Manning tenia de su hermana menor y el desprecio con que la trataba. Al mirar al baron con intencion de comunicarle su desaprobacion, se sintio complacido al ver que tenia la decencia de sonrojarse y suspender sus quejas.

– El asunto es el siguiente, Darcy -dijo, bajando la voz-. He conseguido comprender que a Bella le ha faltado la orientacion apropiada. Nuestros padres murieron antes de que ella cumpliera ocho anos. La institutriz que ha tenido desde entonces ha sido adecuada, pero no muy inspirada. Y yo nunca he sabido que hacer con ella. -Volvio a levantar la voz con irritacion-. Y Dios sabe que mi hermana, lady Sayre, nunca mostro el mas minimo interes, incluso antes del enojoso asunto de enero pasado. Ya he desperdiciado una temporada de presentacion en sociedad y este ano parece que va a ocurrir lo mismo.

– Entiendo a tu hermana y la aprecio…

– ?Si! -Lo interrumpio Manning-. Eso me imaginaba. Tu actuaste con ella muy bien en Norwycke. Esa es la razon por la que decidi recurrir a ti. -Darcy lo miro sin comprender-. Soy consciente de que tu estas muy unido a tu hermana.

– Si, tengo ese honor. -Darcy miro a Manning con suspicacia.

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