– ?En serio? -La senorita Bingley miro a Darcy y a su hermana con total incredulidad.
– Ese era mi deseo, senorita Bingley, y mi hermano tuvo la gentileza de concedermelo. -Georgiana le alcanzo una taza de te a Darcy con una sonrisa tierna-. El es muy bueno conmigo, ?verdad?
Con los labios apretados en una sonrisa de desconcierto, la senorita Bingley asintio con la cabeza.
– ?Y que planes teneis ahora que habeis vuelto? -Darcy dirigio la conversacion hacia un tema que no tuviera que ver con el-. Londres pronto se convertira en un frenesi de actividad y tendreis muchas invitaciones.
– Aun no hemos decidido nada. -Bingley bajo la taza-. Ya tengo el escritorio inundado de invitaciones y mensajes.
Darcy asintio para mostrar que entendia la situacion.
– Debes tratar de mantener el control de las riendas, Bingley, y no dejarte llevar por el vertigo de la sociedad. De otra manera, amigo mio, terminaras muy mal.
Bingley hizo una mueca.
– Tendre en cuenta tu advertencia. Apenas esta comenzando…
– A proposito de eso, he hablado con Hinchcliffe.
– ?Hinchcliffe! -exclamo su amigo, y una luz de esperanza ilumino su rostro.
– El mismo. -Darcy sonrio al ver la expresion de cautela que cruzo por el rostro de Bingley al oir mencionar el nombre de su temible secretario-. Dice que, si estas de acuerdo, cree que su sobrino podria comenzar a trabajar a tu servicio como secretario, encargado de los asuntos sociales.
– ?De acuerdo? ?Por supuesto que si!
– Entonces, esta hecho. ?Que tal si se entrevista contigo manana?
– ?Manana… Si, claro! ?Puede venir esta misma noche! Le mandare una nota ahora mismo, si tu me lo permites.
– ?Desde luego! -Darcy senalo la puerta y luego se volvio hacia su hermana-. Con el permiso de las damas.
Cuando estuvieron en su estudio, deslizo una hoja de papel sobre el escritorio y destapo el tintero, mientras Bingley tomaba asiento.
– Esto no podria haber llegado en mejor momento. -Bingley sonrio, agarrando la pluma que Darcy le ofrecia y mordiendose el labio con expresion de seriedad. Luego mojo la pluma en el tintero y se dispuso a escribir. Darcy se recosto contra el respaldo del asiento para observar como Bingley garabateaba un mensaje, contento al pensar en la utilidad de la ayuda que habia podido ofrecer a su amigo y en el placer con que este habia aceptado-. Listo -exclamo Bingley, al tiempo que colocaba el punto de la «i» de su apellido y le pasaba la nota a Darcy-. Dime si te parece bien. No quisiera arriesgarme a causarle una mala impresion a Hinchcliffe, con un mensaje que tuviera algun error.
Darcy leyo la corta nota rapidamente, pero cuando volvio a mirar a Bingley con un gesto de confirmacion, lo sorprendio en una actitud que solo se podria calificar de desaliento, con los ojos fijos en el vacio y una sonrisa postiza en el rostro. Incluso mientras el observaba, Bingley dejo caer los hombros y arrugo la frente. Darcy dirigio de nuevo la mirada rapidamente hacia la nota, sintiendo como se evaporaba su sensacion de satisfaccion. La receta que tenia en su mano para alivio de las obligaciones sociales de Bingley no podia hacer nada para curar el dolor que todavia albergaba el corazon de su amigo. Mientras fijaba los ojos en la nota, noto como lo envolvia una oleada de afliccion. ?Que pareja tan lamentable formaban el y Bingley! Unidos ahora por algo mas que la amistad, cada uno habia encontrado su alma gemela en una de las hermanas Bennet; y, como consecuencia de la intervencion de Darcy, los dos padecian por la certeza de tener que pasar el resto de sus dias sintiendose medio vivos. Si, Charles amaba a Jane Bennet tal como Darcy amaba a Elizabeth. Ahora podia apreciarlo. Pero era peor en el caso de Bingley, porque Jane Bennet si le correspondia, segun le habia dicho Elizabeth; y el la creia. ?Que despreciable acto de vanidad habia sido constituirse en arbitro del amor! Habia sido injusto con su amigo, le habia hecho dano de una manera imperdonable y violenta y en un asunto que el corazon de Charles deberia haber resuelto por si solo, libre de su influencia o injerencia. ?Como podria compensarlo por ese terrible error? Incluso aquel acto de gentileza tenia un cierto sabor a condescendencia y superioridad.
– ?Ejem! -Darcy carraspeo y se arreglo el chaleco para dar a su amigo tiempo a recuperarse. Cuando Bingley levanto la cabeza, le devolvio la nota por encima del escritorio-. Es perfecta. ?Quieres enviarla?
– Si, por favor -respondio Bingley con una sonrisa rapida y fugaz-. No quisiera aceptar las invitaciones equivocadas. -Tomo la nota y la doblo lentamente en tres partes iguales, mientras Darcy lo observaba con un sentimiento de desaliento ocasionado por lo que acababa de decir. ?Acaso Charles tenia realmente tan poca fe en su propio juicio? ?O quiza el intento de Darcy de actuar como su mentor lo habia convencido de que era mas seguro poner su vida en las manos de otras personas que el creia que eran mas sabias que el mismo? Si ese era el caso, Darcy le habia causado a Bingley un dano todavia mayor.
– Debes tomar las recomendaciones del joven Hinchcliffe solo como sugerencias, Charles. La ultima palabra la tienes tu, tanto en esto como en todos tus asuntos. Si algun dia te encuentras en un lugar en el que descubres que preferirias no estar, tu sabras que hacer. En todas las ocasiones en que te he visto, siempre has sabido como comportarte.
– ?Tu crees? -El rostro de Bingley se ilumino fugazmente-. ?Es eso un cumplido, Darcy? -El desconcierto de Charles sacudio fuertemente al caballero. ?Cuando habia adquirido la costumbre de tratar a su amigo como menos que un igual? ?Como habia podido tolerar Bingley semejante actitud de superioridad?
– No, en serio, Charles. -Darcy lo miro directamente a los ojos-. Si mas gente poseyera tu buen caracter innato, tu capacidad de hacer que los que te rodean se sientan bien y tu buena disposicion hacia el mundo, la sociedad no seria ni la mitad de dificil de lo que es. -Hizo una pausa para observar el efecto de sus palabras. El rostro de Bingley habia pasado del entusiasmo al rubor, pero la sonrisa de sus labios le aseguro a Darcy que ese cambio era producto del placer y no de la rabia o la incomodidad-. ?Dios sabe que a mi me sentaria muy bien un poco de tu talento! -Suspiro a causa de la verdad que contenia su confesion, y tambien por el alivio que le produjo ver que Bingley volvia a recuperar su forma de ser-. ?Tal vez deberia pedirte que me dieras unas clases!
– ?Clases! -Bingley solto una carcajada y se levanto de la silla-. ?Acaso el maestro y el alumno van a intercambiar los papeles?
– No. -Darcy nego con la cabeza y se levanto-. ?Tu ya te graduaste, Bingley! Ha sido un error alentarte a que permanezcas en el aula. Preferiria que fueramos dos amigos que acuden a ayudarse mutuamente. -Le ofrecio la mano, que Bingley tomo rapidamente, aunque con un poco de sorpresa-. Dos iguales que estan dispuestos a ayudarse el uno al otro a lo largo del camino.
– ?Por supuesto, Darcy, por supuesto! -exclamo Charles con aire radiante.
Darcy asintio con la cabeza y estrecho la mano de su amigo con mas fuerza.
– He sobrepasado el limite, amigo mio. Y prometo rectificar lo que pueda. Te lo aseguro.
Una semana despues, un golpecito en la puerta de su estudio hizo que Darcy levantara la cabeza de su libro y que su sabueso suspendiera la intima contemplacion de la escena.
–
– Un caballero muy selectivo, me temo. -Darcy le dedico una mirada de censura al fiel seguidor de su hermana, al tiempo que se levantaba para saludarla-. Solo se comporta bien con aquellas personas a las que aprueba. Lo que sucede es que tu, querida, sencillamente formas parte de ese selecto grupo.
Georgiana se rio y, tras darle una ultima palmadita a
– He venido a informarte de que la senorita Avery acaba de marcharse y ya puedes salir de la seguridad de tu cueva y visitar otras partes de la casa.
Darcy miro a su hermana de reojo.
– ?Estas diciendo que crees que me estoy escondiendo?
– No he podido evitar notar que has logrado ausentarte, o encontrar asuntos urgentes que debes resolver aqui, cada vez que la senorita Avery viene de visita. -Georgiana le sonrio mientras se colocaba junto a el-. Sin