en el tintero. Fruncio el entrecejo y vacilo un instante. Luego, agarrando bien la pluma, apoyo la punta contra el papel y escribio: «Una conducta caballerosa». Subrayo dos veces el titulo-. Hace tiempo que deberia haber sucedido -repitio, dirigiendose al mastin que yacia junto a el- tanto en tu caso como en el mio.

Varios dias despues, cuando Darcy habia terminado su sesion semanal en el club de esgrima de Genuardi, su primo Richard se reunio con el por primera vez desde su regreso de Kent. No se habian despedido en los mejores terminos, pues Richard habia tratado de sacar a Darcy de sus «amarguras», como las habia llamado, y el habia estado a punto de arrancarle la cabeza. Asi que Richard se habia alejado y se habia dedicado con devocion a sus deberes militares en el cuartel y a sus deberes sociales con la parte femenina de la sociedad, dejando a Darcy solo hasta que llegara el momento en que hubiese recuperado el buen humor o el necesitara dinero.

– ?Que tal, primo! -Cuando Darcy se quito la toalla de la cara, aparecio Richard con una amplia sonrisa. Genuardi habia sido bastante exigente ese dia y lo notaba. Tambien era bueno volver a ver a su primo.

– ?Richard! ?Vienes a practicar? ?A recuperar tu habilidad? ?Te reto a un duelo! -dijo Darcy, senalando la pista.

– ?Ah, no, gracias, Fitz! -Richard nego con la cabeza con un gesto de horror-. He oido algo sobre tu «practica» con Brougham y no tengo deseos de ser humillado publicamente o algo peor. He venido a ver si tenias sed despues de tanto ejercicio. Si quieres pasamos por Boodle's.

– ?Excelente! -exclamo Darcy, contento ante la oportunidad de recomponer aquella relacion tan importante para el-. Dame unos minutos. -Despues de vestirse, los dos recorrieron la calle St. James hasta el club, mientras Richard le contaba algunas noticias de la familia y selectos retazos acerca de la vida militar. Finalmente, cuando tenian ya en la mano sendos vasos y estaban sentados a una mesa uno frente al otro, Richard hizo una pausa, levanto su vaso y luego cayo en un incomodo silencio.

– ?Hay algo en lo que pueda ayudarte? -pregunto Darcy en voz baja, pasado cierto tiempo.

– Bueno, siempre me viene bien ganar una o varias partidas de billar, ya lo sabes. -Richard le dirigio una sonrisa de arrepentimiento-. Pero esa no es la razon por la cual queria verte.

– Independientemente de la razon, me alegra que lo hayas hecho. -Darcy se inclino hacia su primo-. Me he portado de una manera insufrible, un verdadero fastidio, durante nuestro viaje de regreso de Kent. No se como hiciste para tragarte la rabia y resistir la tentacion de darme una bofetada, porque con seguridad me la merecia.

– Puede haber tenido algo que ver con los resultados de ese encuentro mas bien fisico que tuvimos en el parque de Rosings, que me dejo algunos cardenales bastante desagradables -lo reprendio Richard, pero luego cambio su tono por un lamento mas burlon-. Ademas, llevaba puesto mi mejor chaleco de viaje y no queria arruinarlo con una mancha de sangre, ?ni tuya ni mia!

– Y siendo coronel al servicio de su majestad…

– ?Eso no importa! -lo interrumpio su primo y, soltando una carcajada, volvio a levantar el vaso, pero otra vez lo bajo con un aire de seriedad.

– Sera mejor que me digas de que se trata, antes de que te asfixies. -Darcy miro a su primo por encima del borde del vaso.

– ?Me ha llevado gran parte de un dia y una noche entera decidir si te lo digo o no, viejo amigo, asi que concedeme un poco de tiempo! -Su primo levanto el brandy haciendo un brindis y se tomo lo que quedaba. Puso el vaso sobre la mesa con lenta precision y levanto la mirada hacia Darcy-. La he visto. A la senorita Bennet. Aqui, en Londres.

Todo se quedo inmovil mientras Darcy asimilaba lentamente las palabras de Richard. Elizabeth en Londres, ?en aquel momento?

– ?Donde? -pregunto bruscamente.

– En el teatro, anoche. Estaba con un pequeno grupo: un caballero mayor y su esposa y una hermosa criatura que supongo era su hermana. Y, por supuesto, la senorita Lucas.

– ?Hablaste con ella? -Darcy no pudo evitar preguntar. Agarro el vaso como si su suave solidez le pudiera dar estabilidad.

– No, no pense que fuera prudente, aunque hubiese podido llegar hasta ella, porque habia mucha gente. No creo que ella me haya visto. Tenia…

– ?Si? -pregunto Darcy.

– Tenia un aspecto estupendo, como siempre, incluso en medio de la opulencia. Creo que observaba al publico con el mismo interes que le dedico a los actores.

Darcy estuvo a punto de sonreir. Asi debia ser. ?Acaso ella misma no se habia jactado de ser una estudiosa del caracter?

– Espero haber hecho lo correcto al decirtelo, Fitz. -La preocupacion de Richard era autentica-. No estaba seguro de si querias saberlo o no, pero que me muera aqui mismo si queria ser yo el que te lo dijera. Sin embargo, pense que era mejor advertirte que arriesgarnos a que te la encontraras sin estar preparado, o nunca supieras que ella esta aqui y… y…

– Has hecho lo correcto, primo, y te lo agradezco. -Darcy asintio lentamente con la cabeza y luego le dio un largo sorbo a su bebida. La calle Gracechurch. Tiempo… necesitaba tiempo para pensar.

– ?Vas a…? -Richard se detuvo y desvio la mirada.

– ?Voy a…?

– ?Vas a… eh, vas a acompanar a Georgiana a los servicios religiosos el domingo? -La recuperacion de su primo era admirable, Darcy tenia que admitirlo.

– Si, voy a hacerlo. El servicio sera dirigido por un nuevo sacerdote que Brougham desea que yo recomiende y…

– «Brougham desea». -La carcajada de incredulidad de Richard atrajo miradas y gestos de sorpresa de todos los rincones del salon-. ?Debes de estar bromeando! Ah, eso si que es gracioso, primo.

Darcy se sonrojo de contrariedad al darse cuenta de su indiscrecion. Era logico que esa afirmacion pareciera absurda y totalmente opuesta a la persona que Dy trataba de representar.

– Casi tengo deseos de ver a un sacerdote que pueda atraer la atencion de Brougham. -Richard siguio riendose.

– Entonces, ?por que no vienes? -El desafio habia salido de sus labios sin pensar y mas por el interes en desviar la conversacion del tema de Dy que por cualquier otra cosa-. Lady Matlock estaria complacida, no tengo duda, al oir de tus propios labios una opinion sobre este hombre, y el conde de Matlock…

– El conde de Matlock no creeria ni una palabra, pero mi padre confiaria en la opinion de mi madre en este asunto. Hummm. -Richard se recosto en la silla y reflexiono sobre las ventajas y desventajas de la propuesta de su primo. El hecho de que lo considerara significaba que sus bolsillos ya estaban vacios, o a punto de estarlo, hasta que recibiera la paga.

– Mas tarde podriamos jugar una partida de billar.

– Cinco -replico Richard.

– Entonces, ?tan mal estan las cosas? -Darcy enarco las cejas-. Tres.

– ?Hecho! -Su primo sonrio-. ?Pedimos otra ronda?

– ?Pedimos?

– Ah, solo hablaba en sentido amplio, Fitz. ?Todavia no te he ganado el dinero!

Algunos dias mas tarde se encontraban los dos, codo con codo, sentados en el banco de los Darcy-Matlock, en un calido domingo. Durante los dias transcurridos hasta entonces, Darcy no habia tratado de ver a Elizabeth ni habia tenido que atender ningun asunto, real o imaginario, en las proximidades de la calle Gracechurch, que pudiera propiciar un encuentro fortuito. Eso no tendria sentido. Lo ultimo que queria ver era la mirada de reservada cortesia, o las apresuradas excusas para marcharse que propiciarian un encuentro semejante. Y no se mereceria otra cosa despues de aquella abominable carta que ahora daria cualquier cosa por haber escrito de forma completamente distinta. No, era mejor conservar sus recuerdos de Elizabeth a traves de un filtro mas amable. Ella no pasaria mucho tiempo en Londres. Al abrir su libro de oraciones, Darcy hundio una esquina del libro en el brazo de su primo y le senalo la lectura del dia, mientras el sacerdote de Dy comenzaba la lectura.

Las sombras se estaban haciendo mas largas y los rincones de su estudio ya estaban en penumbra, cuando Witcher golpeo en la puerta y le entrego una tarjeta de visita.

Вы читаете Solo quedan estas tres
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату