deseos del hombre mas apreciado de la comarca-. Los Gardiner han salido a dar un paseo, senor. -La decepcion que le causo saber que Elizabeth no estaba disminuyo un poco su ansiedad, pero Lambton no era grande. Podria encontrarlos; lo que lamentaba era tener que perder tanto tiempo.
– ?En que direccion…? -comenzo a preguntar, pero el criado lo interrumpio.
– La joven todavia esta arriba, senor. ?Le gustaria subir a hablar solo con ella?
Darcy casi no pudo contener la risa al oir el tono de disculpa del muchacho. ?Queria subir a hablar solo con Elizabeth? Darcy sintio que su corazon se ensanchaba. Aquello era perfecto, mucho mas apropiado para sus propositos de lo que habria podido planear o esperar.
– Si, por favor. -Le sonrio al muchacho y le hizo senas para que siguiera adelante y lo condujera a las escaleras.
El corredor del segundo piso estaba tranquilo, el salon de abajo todavia no se habia llenado de clientes y los otros huespedes de la posada estaban fuera, ocupados en sus asuntos.
El golpeteo de sus botas contra el suelo de madera resonaba en sus oidos, pero no alcanzo a ocultar el ruido de una silla que alguien arrastraba tras la puerta de los Gardiner. ?Elizabeth! El corazon le dio un vuelco cuando se detuvo detras del criado y espero. El sonido de unos pasos ligeros llego hasta sus oidos. Darcy contuvo la respiracion. El criado puso la mano en el pomo y, dando un paso atras, abrio la puerta.
Elizabeth aparecio de repente, con la cara palida, y lo miro con una expresion de dolor y desesperacion. Al ver en todos los rasgos de la muchacha semejante angustia, Darcy se sobresalto y no supo que decir.
– Perdoneme, pero tengo que dejarle -dijo Elizabeth, jadeando-. Debo encontrar al senor Gardiner en este mismo momento, para informarle de un asunto que no puede demorarse; no hay tiempo que perder.
– ?Dios mio! ?De que se trata? -pregunto Darcy, mientras la expresion de angustia de Elizabeth despertaba no solo su alarma sino todos los sentimientos de ternura que poseia. ?Encontrar a los Gardiner? ?Ella no podria hacerlo en ese estado!-. No quiero entretenerla ni un minuto; pero permitame que sea yo el que vaya en busca del senor y la senora Gardiner, o que mande a un criado. -Darcy tomo el control de la situacion tanto como pudo, sin conocer los detalles-. Usted no se encuentra bien; no puede ir en esas condiciones. -El caballero esperaba que ella lo contradijera y se preparo para insistir, pero Elizabeth no dijo nada, lo cual aumento su preocupacion. La muchacha vacilo un momento, mientras temblaba, antes de asentir con la cabeza. Despues de llamar al criado y ordenarle que fuera en busca de sus tios, Elizabeth se desplomo en una silla.
?Que debia hacer?, se pregunto. Al mirar el rostro angustiado y la actitud de derrota de los hombros de la muchacha, supo que no podia dejarla. Estiro una mano, aunque todo lo impulsaba a tomarla entre sus brazos y prometerle que todo iria bien, pero tuvo que dejar caer la mano a un lado. No tenia ningun derecho.
– Permitame llamar a su doncella -le dijo con voz suave. Al ver que ella negaba con la cabeza, decidio intentar otra cosa, pero con el mismo tono-. ?Que podria tomar para aliviarse? ?Un vaso de vino? Voy a traerselo. -Elizabeth nego otra vez con la cabeza. El sentimiento de impotencia de Darcy aumento. ?Tal vez estaba demasiado angustiada para darse cuenta de su estado?-. Usted esta enferma -le dijo Darcy con voz suave.
– No, gracias. -Elizabeth se enderezo un poco-. No se trata de mi. Yo estoy bien. Solo estoy desolada por una horrible noticia que acabo de recibir de Longbourn. -En ese momento no pudo reprimir el torrente de lagrimas que habia permanecido contenido por la angustia y ya no pudo decir mas. Darcy solo supo que la causa de su estado era una noticia que habia recibido de su casa. La explicacion mas probable parecia ser una muerte en su familia. ?Acaso habia habido algun terrible accidente? Sintio que el corazon se le rompia, desesperado por resultar de alguna ayuda, por servir de consuelo a Elizabeth en medio de aquella expresion del mas vivo dolor. Por Dios, ?cuanto tiempo mas podria ser capaz de verla asi y mantener la compostura? Darcy se agarro al respaldo de la silla que estaba ante ella y se aferro a el con tanta fuerza que los dedos le dolieron.
– Senorita Elizabeth, por favor… permitame ayudarle de alguna manera -insistio el, pero la muchacha siguio llorando desconsoladamente y no habia nada mas que pudiera decir o hacer, excepto esperar.
– Acabo de recibir una carta de Jane con unas noticias espantosas. -Aunque hablaba de manera entrecortada, Elizabeth finalmente lo miro. Darcy se inclino sobre ella, con intencion de oir cada silaba-. Esto no puede ocultarse. -Elizabeth tomo aire y luego continuo-: Mi hermana menor ha abandonado a sus amigos; se ha fugado, se ha rendido a los encantos de… del senor Wickham.
El impacto que sufrio el caballero fue mayusculo. ?Wickham! ?Maldito demonio! Pero ?como habia sucedido aquello?
– Se han escapado de Brighton -siguio diciendo Elizabeth, de forma inconexa-. Usted conoce a Wickham demasiado bien para comprender lo que eso significa. Ella no tiene dinero, ni contactos, nada que lo haya podido tentar a… -Volvio a sollozar-. Esta perdida para siempre.
Al oir el relato de Elizabeth y pensar en sus implicaciones, Darcy sintio que la cabeza comenzaba a darle vueltas, que lo invadia la rabia y se quedaba sin palabras. ?Acaso aquel hombre no tenia ni una pizca de conciencia? Al menos con Georgiana estaba la motivacion de la venganza y obtener algun beneficio, pero ?cual habia sido su proposito con Lydia Bennet? Elizabeth tenia toda la razon; Lydia no tenia nada que ofrecer para tentarlo a casarse. Sus atractivos eran la juventud, la imprudencia y la promesa de sensualidad. Cuando Wickham se hubiese aprovechado de eso, la abandonaria sin ninguna consideracion.
– Cuando pienso que yo habria podido evitarlo. Yo, que sabia como era Wickham -se reprocho Elizabeth con amargura-. ?Si yo hubiese explicado a mi familia solo una parte, algo de lo que sabia de el! Si hubiesen conocido su manera de ser, esto no habria sucedido. Pero ya es tarde para todo. -Volvio a hundir la cara entre las manos.
Sin poder hacer nada, Darcy miro los hombros agitados de Elizabeth. ?Que podia decir o hacer para mitigar el desastre que implicaba este nuevo giro de los acontecimientos? ?Poco, muy poco!
– Estoy apenado, muy apenado, horrorizado -susurro Darcy-. Pero ?es cierto, absolutamente cierto?
– ?Ah, si!, -respondio Elizabeth con una sonrisa amarga-. Huyeron de Brighton el domingo por la noche y pudieron seguirles la pista hasta Londres, pero no mas alla; es indudable que no fueron a Escocia.
Por lo menos, tenian algo: ?una hora y un lugar! La mente de Darcy comenzo a funcionar de manera mas racional. ?Cuando y donde!
– ?Y que se ha hecho, que han intentado hacer para encontrarla?
– Mi padre ha ido a Londres -respondio Elizabeth, haciendo un gesto de desaliento-. Y Jane escribe solicitando la inmediata ayuda de mi tio; espero que podamos irnos dentro de media hora. Pero no se puede hacer nada, se muy bien que no se puede hacer nada. -Suspiro con desconsuelo-. ?Como convencer a un hombre semejante? ?Como vamos a encontrarlos? No tengo la menor esperanza. Se mire como se mire, es horrible.
?
– ?Ah, si cuando abri los ojos y descubri quien era Wickham hubiese hecho lo que debia! -Elizabeth retorcio su panuelo, mientras la rabia desplazaba al dolor-. Pero no me atrevi. Temi excederme. ?Que desdichado error!
La tristeza de Elizabeth enternecio el corazon de Darcy. Verla alli, llorando, culpandose por el comportamiento imprudente de una hermana a la que se le habia permitido demasiada libertad y el perfido engano de un experto seductor habria tentado a Darcy a llenarse de rabia, si no lo hubiese golpeado de repente, con terrible ferocidad, la idea de que el tambien tenia parte de culpa en el asunto. ?Un error de Elizabeth? No, habia sido un error suyo… lo que habia permitido que aquel canalla tuviera la libertad de atacar a otras jovencitas habia sido el orgullo de Darcy, su negligencia con todo lo que estaba mas alla del circulo de su familia. Y ahora el lobo habia atacado a otra familia, la familia de la mujer a la que tanto amaba y a quien tanto le debia. Esa revelacion amenazo con volverle a provocar el torrente de emociones que habia sentido cuando la habia visto tan angustiada y habia conocido la noticia. ?Pero no! Si Darcy se permitia caer otra vez en eso, no seria de ninguna ayuda para Elizabeth. Dio media vuelta y comenzo a pasearse por el salon, aferrandose a cada dato que le habia transmitido Elizabeth como si fuera la pieza de un rompecabezas. ?Adonde habria ido Wickham en Londres y quien podria conocer su paradero? De repente, se le ocurrieron varias formas posibles de averiguarlo. ?Si Dy estuviese en la ciudad! Pero aunque su amigo no estuviese disponible, habia que encontrar el rastro de Wickham con la mayor premura, antes de que se cansara de Lydia Bennet y desapareciera en cualquier otro rincon del reino.
En ese momento, Darcy dio media vuelta y observo a Elizabeth. Trataba de contener las lagrimas con el panuelo, absorta en los terribles hechos de la desgracia de su familia. El caballero tenia miles de razones para quedarse con ella en medio de su angustia, pero no tenia ningun derecho. Tenia que disculparse, pero ?como iba a hacerlo? Vacilo y luego echo mano de una torpe excusa.
– Me temo que hace rato que desea que me vaya y no hay nada que disculpe mi presencia, excepto un