volvio a suspirar-. Es un dia tan hermoso… Lydia, esa chiquilla malcriada, no se lo merece, pero ?asi son las cosas! -Miro a su alrededor-. Si no fuera porque eso le subiria mas los humos a mi discola sobrina, desearia que su familia estuviera aqui, al menos Jane y Elizabeth.
Se colocaron detras de su marido y Lydia y los siguieron al interior de la iglesia, recorriendo con pasos lentos el pasillo central, que se veia salpicado aqui y alla de manchas de color que se proyectaban desde las vidrieras.
Llegaron hasta el altar. La senora Gardiner se solto del brazo de Darcy y ocupo su lugar detras de su sobrina, mientras que el se dirigia al suyo, a la derecha de Wickham. La impecable chaqueta azul del novio, cuya tela todavia crujia al ser nueva, le conferia una dignidad que este asumia con aterradora tranquilidad frente al pastor. La novia se sonrojo y le dijo a su tia, en un tono que todo el mundo pudo oir:
– ?No te parece muy apuesto?
– Queridos hermanos… -El sacerdote comenzo la ceremonia. Wickham echo los hombros hacia atras. Darcy miro directamente al frente, por temor a que la descarga de sabiduria de las palabras que el ministro estaba recitando y que irrumpian como canonazos en medio de aquella charada en la que estaba participando hiciera que su rostro revelara sus verdaderos pensamientos. Milagrosamente, en pocos minutos todo estuvo concluido. Darcy se inclino para firmar como testigo en el registro, mientras la senora Gardiner abrazaba a su sobrina y estrechaba ligeramente la mano de su nuevo sobrino. El senor Gardiner estampo un rapido beso sobre la frente de la novia.
– Bueno -dijo el senor Gardiner, ignorando el ademan que hizo Wickham para estrechar su mano-, creo que todo esta preparado en casa. ?Querra usted acompanarnos al desayuno nupcial, senor? -le dijo al pastor, que declino la oferta con cortesia. Luego se volvio hacia Darcy-. Se que usted debe marcharse y no nos acompanara, pero espero que venga a cenar manana, cuando estos dos se hayan ido. -Le tendio la mano, que Darcy estrecho con firmeza para testimoniar el aprecio que sentia por el-. Es usted un gran hombre, senor Darcy. Es un honor. -El senor Gardiner se inclino y, llamando a su esposa para que lo acompanara, bajo las escaleras hasta el carruaje que los esperaba.
– Darcy -le dijo Wickham.
– Wickham… Senora Wickham -respondio Darcy. La senora Wickham hizo una reverencia y se rio.
– ?Cuando…? -pregunto Wickham, acercandose un poco.
– Tan pronto como llegue a casa, todo se pondra en marcha -murmuro-. Atiende a tu esposa y todo ira bien.
– ?Por supuesto! -Wickham retrocedio y agarro la mano de su flamante esposa-. Ella significa mucho para mi, ?no? -Se oyo otra cascada de risitas.
– Senora Wickham. -Deseando marcharse ya de alli, Darcy hizo una rapida inclinacion a la novia y bajo las escaleras hacia su carruaje.
– A casa -le indico al conductor.
– Si, senor -respondio su cochero, tomando las riendas. El mozo recogio la escalerilla y cerro la puerta, y Darcy perdio de vista a la pareja de recien casados. Arrojo el sombrero sobre el asiento, cerro los ojos y se estiro, liberando la tension de sus musculos. ?Ah, era estupendo estar de nuevo en su propio carruaje! Viajar de manera anonima en ruidosos coches de alquiler habia sido emocionante, pero ya habia terminado; y se alegraba de que asi fuera. Preferia dejar ese tipo de intriga a otros que, por naturaleza, la disfrutaban. Debia salir para Pemberley lo mas pronto posible… lo mas pronto posible. Se relajo, deleitandose con aquel pensamiento. Pemberley. ?Necesitaba estar en casa!
10
Darcy examino el nudo de seda de colores de la corbata distintiva de su club ecuestre y observo particularmente la serie de nudos que caian en cascada, con postiza facilidad, sobre la parte superior del chaleco. Las reglas del club decretaban que debia arreglarse precisamente de aquella forma, y ningun miembro que se desviara lo mas minimo podia ser admitido a la cena. Como nunca habia tolerado semejante desproposito, Darcy habia dejado de asistir a la cena anual del club Four-and-Go desde su ingreso, hacia ya varios anos, pero aquella era la noche de Bingley. En consecuencia, para conseguir aquella particular tarjeta de entrada para la cena, Darcy tuvo que poner a prueba no solo la habilidad sino la memoria de Fletcher.
– ?Bien hecho, Fletcher!
– Gracias, senor. -Fletcher bajo el espejo de mano y lo dejo con cuidado sobre la mesita-. Solo espero que el ayuda de camara del senor Bingley pueda lograr el mismo resultado. Su ultimo intento fue unicamente pasable.
– Esa es la razon por la cual el senor Bingley va a venir a Erewile House, para que usted lo revise antes de ir a la cena. -Darcy hundio los brazos en la levita que su ayuda de camara le sostenia.
– ?Claro, senor! -respondio Fletcher, alisando la chaqueta sobre los hombros. Darcy pudo oir el tono de satisfaccion de su voz-. Estare atento a su llamada.
El caballero asintio, tomo su reloj de bolsillo, salio de la habitacion y bajo las escaleras hasta el salon de las visitas. El ansiado descanso en Pemberley, despues de todo el asunto de Wickham, solo habia durado una semana. Sus tios, los Matlock, llegaron poco despues de su regreso y la mayor parte del tiempo Darcy estuvo a su disposicion. Para el habia sido muy agradable recibir a lord y lady Matlock, y la presentacion de la nueva prometida de su primo D'Arcy, una jovencita adorable y modesta que lady Matlock habia sugerido, resulto ser un autentico placer, sobre todo para Georgiana. Darcy logro tener unos cuantos minutos en privado con su hermana, en los cuales le conto que habia descubierto a Wickham y le relato en terminos generales que el asunto habia sido llevado a feliz termino. Georgiana lo escucho con interes y acepto su abreviado relato, contenta de que todo hubiese terminado bien para la familia Bennet.
– ?Podria visitarnos otra vez la senorita Elizabeth Bennet? -pregunto Georgiana, pero Darcy solo le contesto con un vago: «Tal vez».
El deseo de su hermana de volver a ver a Elizabeth resono fuertemente en el corazon del caballero. ?Cuanto anhelaba conocer sus pensamientos, sus sentimientos acerca de todo lo que habia ocurrido! ?Se habria recobrado ya de todo aquel sufrimiento? ?Habria recuperado su antigua vivacidad, o el asunto la habria transformado de manera irrevocable? A Darcy le dolia el corazon al pensar en la imposibilidad de sus deseos. Elizabeth nunca llegaria a saber que el habia estado involucrado en el asunto, mas alla de la desesperada confesion que le habia hecho ese dia en Lambton. Darcy les habia pedido encarecidamente a los Gardiner que mantuvieran en secreto su participacion y que Lydia jurara guardar silencio. La familia Bennet no debia saber nada. Por tanto, Darcy no tenia ninguna razon para albergar esperanzas de
– Hagalo pasar, Witcher -le indico Darcy al mayordomo, cuando vino a anunciarle la presencia de Bingley en la puerta. Su amigo entro con paso rapido y, algo perturbado, se detuvo frente a el, pidiendo su opinion sobre «este condenado nudo».
– Participar en la carrera bajo el ojo critico de los jinetes y los conductores mas destacados del pais no ha resultado ser ni la mitad de enervante que ver las dificultades que tuvo mi ayuda de camara con esta cosa. - Levanto las puntas de los lazos de seda con desprecio.
Darcy solto una carcajada.
– Ya he avisado a Fletcher, Charles. Vamos, dejemos que el te lo arregle antes de que los demas se burlen de ti.
– Me siento tan confundido -le dijo Bingley mas tarde, mientras el carruaje de Darcy comenzaba a avanzar-… Y no es solo por esto -anadio, senalando la corbata-. O por el estricto examen que el club hara de cada una de mis palabras hasta mi ingreso esta noche. ?Es toda mi vida! -concluyo con exasperacion.
– ?A que te refieres? ?Ha ocurrido algo? -Darcy se volvio hacia Bingley con preocupacion.
– Nada en particular, pero eso es parte del problema. Yo no tengo ningun objetivo, ninguna direccion. Nada